Alegres, pero preocupados
El congreso del Partido Socialista que se celebra el pr¨®ximo fin de semana ser¨¢, sin duda, un acontecimiento alegre, marcado por el ¨¦xito electoral; pero tambi¨¦n un congreso preocupado porque, se hable en p¨²blico mucho o poco del tema, en la pr¨¢ctica todos los delegados y responsables territoriales del partido saben que el modelo auton¨®mico que vaya a defender el PSOE en esta legislatura ser¨¢, junto con la situaci¨®n econ¨®mica, la aut¨¦ntica llave, o el cerrojo, de futuras victorias. Los cuatro a?os que afronta la direcci¨®n del Partido Socialista son especialmente dif¨ªciles, pero tambi¨¦n muy interesantes. Las circunstancias, y el reparto de fuerzas, han hecho que en esta legislatura se abran expectativas de cambio en la organizaci¨®n territorial del Estado, reclamadas por sectores catalanes y vascos, aunque con interpretaciones diferentes Muchos dirige
La pol¨¦mica sobre el grupo del PSC, que dejar¨ªa al PSOE como la segunda fuerza del Parlamento, no llega activa a la asamblea socialista, pero s¨®lo est¨¢ enfriada
ntes pol¨ªticos, incluidos algunos socialistas, como Pasqual Maragall, est¨¢n adem¨¢s firmemente convencidos de que ¨¦sta es la ocasi¨®n, el ahora o nunca, de adecuar la forma del Estado a su propia concepci¨®n de Espa?a. Ese convencimiento introduce un punto de urgencia y de exigencia que puede hacer complicadas las relaciones con el Gobierno de Madrid.
Casi todo el mundo en el PSOE cree que, m¨¢s importante que las relaciones con el PNV, ser¨¢ concretar los m¨¢rgenes de negociaci¨®n con el PSC para la reforma del estatuto de Catalu?a. Esa negociaci¨®n (que tendr¨¢ lugar, sin duda, en los pr¨®ximos meses) ser¨¢ la aut¨¦ntica piedra de toque de todo el proceso. Muy pocos dirigentes socialistas quieren, sin embargo, que ese tema llegue al congreso del partido. "Ahora importa mucho renovar nuestro compromiso de di¨¢logo y reiterar los acuerdos de Santillana y el programa electoral, pero sin abrir un debate interno sobre ese asunto", asegura un dirigente nacional.
El presidente de la Generalitat (y presidente del PSC), que probablemente conoce esa realidad, no ha querido, pese a todo, dejar pasar la ocasi¨®n sin recordar que el asunto est¨¢ sobre la mesa. Sus declaraciones reclamando un grupo parlamentario para los 21 diputados del PSC deben inscribirse en ese plano de "activista pol¨ªtico" que tanto le gusta. Maragall sabe perfectamente que la creaci¨®n de ese grupo dejar¨ªa al del PSOE como segunda fuerza de la C¨¢mara por detr¨¢s del PP (141 diputados, frente a 148 populares). Posiblemente no le parece un coste excesivo, pero no todos comparten su an¨¢lisis. El secretario general del PSC, Jos¨¦ Montilla, ministro de Industria, ha hecho otros c¨¢lculos, por lo menos de momento, y ha ayudado a cerrar la pol¨¦mica para que no llegue viva al congreso. Sin embargo, el tema, seg¨²n reconoci¨® el ministro, no est¨¢ cerrado, sino enfriado.
Competencias exclusivas
Todo parece m¨¢s claro desde el punto de vista de las relaciones con el PNV. El firme rechazo que provoca el plan Ibarretxe entre los socialistas no ha impedido que se hayan restablecido las relaciones institucionales. El apoyo en el Senado del PNV (y de CiU) a la ley de estabilidad presupuestaria del Gobierno evit¨® esta semana que el PP pudiera tumbarla y obligara a reenviarla al Gobierno, provocando la primera crisis pol¨ªtica de Rodr¨ªguez Zapatero. La dif¨ªcil negociaci¨®n en el Senado, protagonizada por Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, pas¨® inadvertida, pero ha sido una de las m¨¢s importantes desde que se abri¨® el nuevo Parlamento.
Restablecidas las relaciones con el Gobierno vasco, el problema cara al futuro estriba en la oferta alternativa que pueda formular Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y en la reacci¨®n que provoque en otras comunidades. En algunas de ellas, por ejemplo, se ha recibido con disgusto la posibilidad de que se acepte que el Pa¨ªs Vasco deje de pagar a la Hacienda del Estado 32 millones de euros del cupo fijado para este a?o, por considerar que otras autonom¨ªas financiadas por el r¨¦gimen general han recibido fondos especiales para equilibrar su gasto sanitario. La cuesti¨®n, afirman algunos especialistas, es que ya existe un desequilibrio a favor del Pa¨ªs Vasco sin necesidad de un nuevo recorte del cupo. En estos momentos, si cada cama hospitalaria del r¨¦gimen general se financia con un m¨®dulo determinando, la misma cama en el Pa¨ªs Vasco recibe 1,6 m¨®dulos.
Al margen de cuestiones puramente econ¨®micas, queda por ver tambi¨¦n si la alternativa que plantea Catalu?a y que podr¨ªa ofrecerse al Pa¨ªs Vasco incluye la transferencia de algunas materias que ahora son competencia exclusiva del Estado, pero que, de acuerdo con el art¨ªculo 152 de la Constituci¨®n, pueden ser transferidas a las comunidades aut¨®nomas. Sin embargo, esas tranferencias no se pueden hacer a trav¨¦s de la reforma de los estatutos, sino de una ley org¨¢nica espec¨ªfica, que debe ser aprobada por mayor¨ªa absoluta en el Congreso y que previamente debe recibir el dictamen consultivo del Consejo de Estado.
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