Una asignatura pendiente desde 1982

La buena disposici¨®n con que los socialistas catalanes acuden al congreso del PSOE se ha enrarecido por la petici¨®n de grupo parlamentario propio en el Congreso de los Diputados, planteada por Pasqual Maragall. No es una idea nueva. Hace ya tanto tiempo que el PSC perdi¨® su grupo parlamentario que parece que nunca lo ha tenido. Pero lo tuvo. Desde 1977 hasta 1982. Su portavoz fue Ernest Lluch. Y consigui¨® un gran protagonismo pol¨ªtico. Su existencia responde a la idea que Maragall tiene del PSC. Ahora que es presidente de la Generalitat, adem¨¢s, echa en falta esa herramienta. Quiere poder hacer como su antecesor, Jordi Pujol, y negociar con los Gobiernos de Espa?a en las Cortes. Como hac¨ªa y hace el Gobierno Vasco mediante el grupo del PNV.

El protocolo de unidad socialista en Catalu?a consagraba el grupo parlamentario propio

El grupo parlamentario del PSC fue fruto de la unificaci¨®n del espacio socialista en Catalu?a, muy atomizado a la salida de la dictadura. Fue un proceso largo y complicado, entre otras razones porque nadie sab¨ªa cual ser¨ªa el peso electoral de cada uno. El PSOE tuvo la tentaci¨®n de ir por su cuenta a las primeras elecciones, las de junio de 1977, pero renunci¨® consciente de su debilidad org¨¢nica.

De las varias opciones socialistas que concurrieron a aquellas elecciones del 15-J de 1977, result¨® ganadora la coalici¨®n Socialistes de Catalunya, formada por el PSC-Congr¨¦s y la Federaci¨®n Socialista Catalana del PSOE. Gan¨®, cre¨® su grupo parlamentario y lo "asoci¨®" al del PSOE. Un a?o despu¨¦s, en junio de 1978, en vista del ¨¦xito inicial, estos dos partidos y un tercero, el PSC-Reagrupament, se fusionaron y dieron lugar al actual Partit dels Socialistes de Catalu?a (PSC-PSOE). Un Protocolo de Unidad determin¨® que el nuevo partido tiene "plena soberan¨ªa" en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica catalana y participa en el Congreso del PSOE para "definir conjuntamente con el resto de los socialistas del Estado los elementos estrat¨¦gicos coincidentes de la lucha de clases". El protocolo consagr¨® el grupo creado por la coalici¨®n.

Esto no impidi¨®, sin embargo, que en 1981, pocos meses despu¨¦s del golpe de Estado del 23-F, el PSOE pactara con la entonces gobernante Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD) una reforma del Reglamento del Congreso de los Diputados que, entre otras cosas, imped¨ªa la existencia de varios grupos parlamentarios socialistas. "El presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, estaba obsesionado con este asunto", recuerda uno de los dirigentes de entonces del PSC, "y el PSOE se opuso de boquilla, pero no hizo cuesti¨®n del asunto". El protagonista de la negociaci¨®n fue Alfonso Guerra, en el apogeo de su poder. Los socialistas catalanes vivieron aquella cesi¨®n a UCD casi como una traici¨®n. S¨®lo la aceptaron porque se produjo, como ahora ha recordado Maragall, como un elemento m¨¢s de la involuci¨®n auton¨®mica provocada por el 23-F.

La obsesi¨®n de Calvo Sotelo proced¨ªa de que su Gobierno, que estaba en minor¨ªa en el Congreso de los Diputados, deb¨ªa hacer frente a tres grupos socialistas. Primero interven¨ªa el portavoz del grupo del PSOE, despu¨¦s el del PSC y luego el de los socialistas vascos, que a pesar de no ser un partido distinto del PSOE tambi¨¦n ten¨ªan grupo propio. Otro de los protagonistas catalanes del momento define as¨ª el envite: "Las dos cosas son verdad. Hubo un cambio de vientos provocado por el 23-F, la presi¨®n de UCD... pero a la direcci¨®n del PSOE no le parec¨ªa mal".

El nuevo Reglamento entr¨® en vigor despu¨¦s de las elecciones legislativas de 1982, que el PSOE gan¨® por mayor¨ªa absoluta. El art¨ªculo 23.2 puso las condiciones para evitar que se constituyeran los grupos socialistas vasco y catal¨¢n. Dice as¨ª: "En ning¨²n caso pueden constituir grupo parlamentario separado diputados que pertenezcan a un mismo partido". Esta es la parte dedicada a los socialistas vascos. Luego a?ade: "Tampoco podr¨¢n formar grupo parlamentario separado los diputados que, al tiempo de las elecciones, pertenecieran a formaciones pol¨ªticas que no se hayan enfrentado al electorado". Esta es la parte dedicada a los socialistas catalanes.

La primera propuesta de reforma del Reglamento, elaborada en junio de 1980, abordaba la cuesti¨®n de forma que hubiera permitido la continuidad de un grupo del PSC, pero no de los socialistas vascos. Dec¨ªa as¨ª: "En ning¨²n caso podr¨¢n constituir grupos parlamentarios distintos los diputados que hubieran concurrido a las elecciones bajo una misma identificaci¨®n electoral".

El PSC ha mantenido siempre viva la reclamaci¨®n de su grupo, a la espera de una reforma del Reglamento. Es lo que ahora se anuncia. Sin embargo, la eventualidad de una reforma del Senado complica las expectativas. Si el Senado es efectivamente c¨¢mara territorial, argumenta un diputado del PSC, "lo normal es que el Congreso mantenga la configuraci¨®n de sus grupos en base a criterios ideol¨®gicos".