Imparable Poborsky

La Rep¨²blica Checa seduce de muchas maneras en Portugal desde su ya famoso partido contra Holanda. Hay cierta veneraci¨®n hacia la figura de Karel Br¨¹ckner, un revolucionario t¨¢ctico de 64 a?os de edad que le gan¨® la plaza a Jozef Jarabinski para sustituir a Jozef Chovanec en 2001. No hay d¨ªa en que no se pregunte por Baros, el m¨¢ximo goleador del torneo (5 tantos), jugador del Liverpool y pretendido por el calcio. Igualmente habitual resulta buscar a Nedved, el bota de oro del f¨²tbol europeo y el capit¨¢n del equipo, amenazado ahora de suspensi¨®n despu¨¦s que no se le retirara una tarjeta amarilla. Y desde que comenz¨® el torneo, a cada partido, se reivindica la figura de Poborsky (30 de marzo de 1972).

Hoy, frente a Grecia, cumplir¨¢ Poborsky su 99? partido como internacional -incluyendo en ellos los disputados con la antigua Checoslovaquia)-, una cifra r¨¦cord en su pa¨ªs, al igual que lo ser¨¢n sus 14 partidos en fases finales de la Eurocopa. "Poder disputar el encuentro n¨²mero 100, la final, ser¨ªa la guinda del pastel", comenta, "pero mi preocupaci¨®n no son las estad¨ªsticas, sino los griegos". A sus 32 a?os, Poborsky es nuevamente el protagonista de su equipo en Portugal como lo fue en Inglaterra 1996, donde la Alemania de Bierhoff gan¨® al final el t¨ªtulo a los checos.

En el Villa Park, de Birmingham, Poborsky marc¨® un gol de vaselina o, como a veces se dice ahora, de cuchara a Vitor Ba¨ªa en el cruce de los cuartos de final contra Portugal, una jugada que fue especialmente celebrada y todav¨ªa hoy se recuerda con nostalgia. Puede que desde entonces Poborsky haya perdido un poco de capacidad goleadora -suma siete tantos en su curr¨ªculo con la selecci¨®n- y otro poquito de velocidad. A cambio, sin embargo, ha ganado lucidez y experiencia, como lo certifica su liderazgo en las asistencias, cuatro, una faceta del juego que siempre domin¨®.

"Jugamos como un equipo", responde; "y no importa quien pase o quien marque. A m¨ª, por ejemplo, me pareci¨® magn¨ªfico el gol de K?ller en un c¨®rner que saqu¨¦ desde la derecha. Es muy importante que mejoren nuestras jugadas de estrategia. La que era nuestra gran arma en la fase de clasificaci¨®n est¨¢ dando sus frutos, por fin, en Portugal".

Poborsky monopoliza para bien el juego de la banda derecha de su equipo. M¨¢s que de falso extremo, ejerce de volante, por su dinamismo, rapidez y facilidad para desbordar. El protagonismo que ha adquirido le pone de nuevo en el escaparate del mercado. La pr¨®xima semana acaba su contrato con el Sparta de Praga y, aunque hace tiempo asegur¨® que igual se retiraba, tiene la opci¨®n de renovar o de regresar a Inglaterra en el Portsmouth.

Poborsky ya jug¨® en el Manchester United, club que le fich¨® en 1996 por 5 millones de euros. La llegada de Beckham le cerr¨® la titularidad y un a?o y medio despu¨¦s recal¨® en el Benfica por 3 millones. "Pas¨¦ unos a?os estupendos aqu¨ª", recuerda ahora cuando se le advierte del cari?o que le tiene la hinchada portuguesa; "la gente es afable y el clima bueno. Me gusta". Del Benfica se fue al Lazio, con Sven-Goran Eriksson de avalador, pues el t¨¦cnico sueco ejerci¨® en los dos clubes, y despu¨¦s de participar decisivamente en la victoria que le cost¨® el scudetto al Inter de H¨¦ctor C¨²per en 2002 regres¨® a su pa¨ªs para jugar en el Sparta.

"Que nadie me pregunte nada sobre mi futuro", insiste; "mi ¨²nico objetivo, es ganar a la selecci¨®n griega".