El desquite de Baros
El goleador lleg¨® enrabietado por su conflicto con Owen y Houllier en un Liverpool que ahora, con Ben¨ªtez, quiere retenerle
Un periodista chino dobla el espinazo sobre una valla para observar la tibia izquierda del m¨¢ximo goleador, con cinco tantos, de la Eurocopa. Mientras tanto, Baros, ajeno a su curiosidad, contesta de pie a las preguntas con la misma determinaci¨®n con la que juega: veloz y frontal. Huye de los circunloquios y es educado: "Sorry, sir", repite cada vez que no oye bien o no entiende una pregunta.
La escena se produce en la noche del domingo, en el estadio Drag?o, de Oporto, cuando la Rep¨²blica Checa acaba de desplumar a Dinamarca: 3-0. El reportero sigue agachado, indagando qu¨¦ demonios quieren decir los caracteres tatuados en vertical en la trasera de la pantorrilla izquierda del checo. Como si fuera el secreto mejor guardado del goleador imprevisto, del delantero de moda despu¨¦s de que la gloria del ingl¨¦s Rooney se esfumara por una lesi¨®n ante Portugal. Finalmente, se levanta con la derrota escrita en el rostro: "No es ni chino ni japon¨¦s. No he podido descifrarlo". Todo era mucho m¨¢s sencillo. Bastaba con preguntar directamente a Baros: "?Qu¨¦ significa ese tatuaje?" "Mi familia", responde. Alguien se le acerca y le pide un aut¨®grafo. Y entonces estampa una firma llena de grandes garabatos y coronada con un n¨²mero al margen en peque?ito: el 15.
El joven delantero aspira a igualar el r¨¦cord de Platini en 1984: marcar en 5 partidos seguidos
Baros es m¨¢s alto y m¨¢s fuerte de lo que parece sobre el c¨¦sped. Su espalda y sus brazos expulsan m¨²sculos pese a que su cara est¨¢ a¨²n sumida en la adolescencia. Y ofrece una sonrisa de conejo cuando se le interroga sobre c¨®mo romper¨¢ la p¨¦trea defensa griega. "A eso debe responder nuestro entrenador [Karel Br¨¹ckner]". Lo que s¨ª est¨¢ a su alcance es igualar el r¨¦cord de Platini, que marc¨® en cinco partidos consecutivos en la Eurocopa de 1984, la que Francia gan¨® a Espa?a.
"?Nosotros la sorpresa? Acabamos invictos la fase clasificatoria", contesta la revelaci¨®n del torneo, alguien que ha sorprendido a todos menos a sus compa?eros. Su capit¨¢n, Nedved, ya lo advirti¨®: "Las estrellas ser¨¢n Baros y Rosicky". Bingo en el caso del delantero del Liverpool y menos en el del volante del Borussia de Dortmund, que no consigue superar su timidez. Tampoco el t¨¦cnico, Br¨¹ckner, muestra el m¨¢s m¨ªnimo gesto de asombro: "Es lo m¨¢s natural que Baros est¨¦ entre los m¨¢ximo goleadores. Marca de manera instintiva".
El instinto goleador vive en Baros desde que a los 6 de sus 22 a?os empezara a marcar en el Vigantia, su primer club. Siempre jug¨® en categor¨ªas superiores a su edad. Fue campe¨®n de Europa sub 21, junto al portero, Cech, ante Francia en 2002. Pero en 2000, con 17, ya hab¨ªa sido tambi¨¦n subcampe¨®n sub 21 frente a la Italia de Marco Tardelli y Pirlo. Entonces fue cuando G¨¦rard Houllier, entrenador del Liverpool, decidi¨® ficharle y pagar 5,4 millones al Banik Ostrava, en el que hab¨ªa marcado 23 goles en 76 partidos. "Cuando un chico de 17 a?os act¨²a en un equipo sub 21 y en 20 minutos es decisivo debe de tener algunas cualidades", afirm¨® el preparador franc¨¦s, que, parad¨®jicamente, se convirti¨® en el principal enemigo del jugador una vez de que convenci¨® de que abandonar¨ªa Anfield tras la Eurocopa. Pero su ¨¦xito en el torneo y la llegada de Rafa Ben¨ªtez han cambiado el decorado. "Ahora partimos todos de cero", puso en boca de Baros la p¨¢gina web del Liverpool al d¨ªa siguiente de sus dos goles a los daneses.
El caso es que Baros no ha sido feliz a orillas del r¨ªo Mersey. Lleg¨® como sustituto de Anelka, pero se le acumularon los problemas. En el primer curso, desmotivado y con exceso de peso, hubo de resignarse al segundo equipo mientras esperaba un permiso de trabajo que se retras¨®. En el segundo, mejor¨®: marc¨® 12 goles. Y en el tercero, el ¨²ltimo, se lesion¨® de gravedad -se rompi¨® un tobillo tras una entrada de Babbel, del Blackburn- y el club le busc¨® un sustituto para la pr¨®xima temporada: el franc¨¦s Ciss¨¦, del Auxerre. Un nuevo compa?ero para Owen, quien le dijo a Houllier que Baros y ¨¦l son incompatibles.
As¨ª que Baros se pas¨® seis meses lesionado y con las maletas listas. Encontr¨® refugio en su novia, Eva, una modelo checa. Y empez¨® a prepararse para la Eurocopa: "Sab¨ªa que en junio pod¨ªa estar listo". Comenz¨® con tantas ganas que a punto estuvo de estropearlo. Ante Letonia protagoniz¨® un contragolpe con Nedved en el que, rodeado de contrarios, busc¨® la acci¨®n individual y neg¨® el pase al capit¨¢n. Le robaron la pelota y, a continuaci¨®n, marc¨® Letonia. Nedved le lanz¨® una demoledora mirada porque sab¨ªa lo que les iba a costar la remontada. La lograron, casi al final, y con un gol de Baros, que purgaba su pecado e iniciaba una imparable carrera para convertirse en el delantero por el que suspira Italia. Sus periodistas le acribillan a preguntas. Y ¨¦l se deja querer, dolido como est¨¢ con el Liverpool. S¨®lo Ben¨ªtez puede convencerle de que siga bajo la m¨ªstica de Anfield.
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