Arcadi Espada analiza la fuerza devoradora del periodismo
Los hombres no son el objeto de conocimiento de los medios de comunicaci¨®n, su estudio pertenece a otros campos, y a lo m¨¢ximo a lo que pueden acceder los periodistas es a representar sus siluetas. El periodista Arcadi Espada defendi¨® as¨ª el papel de los medios durante su intervenci¨®n esta semana en los cursos de verano de la Universidad Complutense. "El periodista deber¨ªa recuperar la modestia de no querer explicarlo todo, sino ce?irse exclusivamente a los hechos, a las apariencias".
El equ¨ªvoco reside, a su juicio, en pensar que los medios de comunicaci¨®n pueden llegar a profundizar. Puso el ejemplo de un accidente ocurrido en Madrid: un chico fue atropellado en una autopista al cruzarla de noche. "Los peri¨®dicos no se ci?eron a lo que ocurri¨®, sino que buscaron razones y dijeron que era una prueba de amor a su novia. Y resulta que luego no hab¨ªa ni novia". "?Por qu¨¦ el periodista tiene que preguntarse por todo? Es una voracidad rid¨ªcula que le obliga a dar todo tipo de respuestas, y luego resulta que ¨¦stas son falsas", critic¨® el autor de Diarios, un libro convertido en foro en Internet (www.arcadi.espasa.com).
Espada mencion¨® como un exceso de esta representaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n a los personajes medi¨¢ticos que se instalan en las casas como si fueran de la familia, que vive sus tragedias como propias. "Esa imagen es tan devoradora y est¨¢ tan incrustada en lo social que nos est¨¢ convenciendo de que ese drama que muestra es humano. Y no lo es, se trata de un drama entre dibujos animados, que nada tiene que ver con la humanidad", lo que le lleva a deducir que "el periodismo es el principal drama contempor¨¢neo".
M¨¢scaras
El drama como terapia es el t¨ªtulo del curso en el que tambi¨¦n particip¨® Enrique Gil-Calvo. El soci¨®logo utiliz¨® el t¨¦rmino m¨¢scaras, y su propiedad de ser ambivalentes, para referirse a la funci¨®n del periodismo. "En este teatro medi¨¢tico tiene la funci¨®n, primero, de alentar en lo que empieza y, despu¨¦s, investigar la trastienda, levantar el velo y ver qu¨¦ se esconde detr¨¢s de la m¨¢scara que siempre tiene dos caras". Recurri¨® a dos momentos esc¨¦nicos muy concretos: el de la investidura de un nuevo presidente del Gobierno y el momento de su salida. A los medios de comunicaci¨®n, seg¨²n Gil-Calvo, "les gusta mucho lo nuevo", pero no consiste s¨®lo en alentar lo que empieza, sino que la clave est¨¢ en su salida, "en que rinda cuentas al irse". Ah¨ª es donde debe de estar el periodista, en vigilar si ha cumplido los compromisos anteriores a dejar la presidencia.
Surgi¨® el debate sobre el desaf¨ªo del terrorismo islamista mostrando im¨¢genes de decapitaciones. "La ¨²nica manera de combatirlo que tiene Occidente y la democracia es abriendo los ojos, viendo las im¨¢genes, public¨¢ndolas y, por lo tanto, desactiv¨¢ndolas", apunt¨® Arcadi Espada. Porque en el caso contrario de querer ocultarlas, a?adi¨®, no se podr¨ªa evitar que circularan por Internet, creando as¨ª un mundo clandestino m¨¢s repugnante.
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