Dellas, todo un h¨¦roe
El juego de la selecci¨®n helena parte del poderoso y goleador central
La imaginaci¨®n de Rosicky busc¨® grietas toda la noche para escapar de la mara?a de centrocampistas griegos, todos iguales: trabajadores, tenaces y disciplinados, no exentos ninguno de calidad. Las encontr¨® a duras penas, pero al menos fue el ¨²nico jugador diferente entre tanta homogeneidad. Anulados Nedved y Baros por sendos marcajes individuales, s¨®lo Rosicky pod¨ªa romper el entramado heleno. No pudo. Lo evit¨® Dellas, el mejor central del campeonato junto a Ricardo Carvalho.
- Dellas. H¨¦roe griego para siempre, Dellas fue el hombre del partido: elegante, tranquilo y eficaz. Tanto atr¨¢s como adelante. Apareci¨® en el ¨²ltimo segundo de la primera parte de la pr¨®rroga para ganar el partido. Cabece¨® al primer palo un centro de Tsartas. Aunque, en realidad, ya lo hab¨ªa ganado antes. Siempre al corte, Dellas inici¨® el juego de Grecia con un notable desplazamiento en largo. Act¨²a de l¨ªbero y nada le pone nervioso. Transmite una enorme seguridad a su defensa. Al final, incluso meti¨® a Grecia en la primera final de su historia.
- Rosicky. Da gusto ver a este flaco desgarbado con la camisola fuera c¨®mo conduce el bal¨®n, muy r¨¢pido y muy pegado al pie. Y c¨®mo tira paredes a velocidad de v¨¦rtigo como la ¨²nica manera de salir del laberinto heleno. Roz¨® el gol del campeonato: una volea desde 25 metros que peg¨® en el larguero en el primer minuto. Cada vez que interven¨ªa algo bueno parec¨ªa que pod¨ªa pasar.
- Nedved. Sometido a un marcaje individual por Katsouranis, que le atiz¨® una patada de aviso en el minuto 1, busc¨® cabalgadas en solitario y sufri¨® un infierno para salvar la tupida red griega en el centro del campo. Se lastim¨® la rodilla en un choque involuntario y se pas¨® m¨¢s de cinco minutos cojeando antes de ser sustituido por Smicer. Chequia acus¨® la marcha de su capit¨¢n, el hombre que empuja en los momentos dif¨ªciles.
- Poborsky. Tras la marcha de Nedved, quiso asumir el liderazgo que le corresponde. Lanz¨® las faltas y los c¨®rners como la ¨²nica manera de derribar el muro griego, pero le falt¨® la claridad de otras veces. Tampoco le ayud¨® nada el lateral que ten¨ªa detr¨¢s, Gryguera, el peor de los checos.
- Karagounis. El ¨²nico con cambio de ritmo y con regate en el centro del campo del combinado griego. R¨¢pido y agresivo, super¨® a menudo al mismo Poborsky en el duelo por esa banda. Se perder¨¢ la final por una tarjeta amarilla.
- Zagorakis. Ocupa una franja reducida del terreno: el c¨ªrculo central, pero desde all¨ª parece tenerlo todo bajo control. Rara vez pierde el bal¨®n y sabe moverlo con claridad a las bandas. Si no es Dellas desde atr¨¢s, ¨¦l inicia las jugadas.
- Baros. Tard¨® 20 minutos en zafarse con una media vuelta en velocidad del pegajoso marcaje al hombre de Seitaridis, al que le sac¨® una tarjeta. El lateral griego apenas jug¨®, pero tampoco permiti¨® que lo hiciera el m¨¢ximo goleador. Y si lo intentaba, llegaba Basinas desde atr¨¢s y lo tumbaba. Hubo de marcharse a la banda derecha el joven Baros para entrar m¨¢s en contacto con el bal¨®n. Claro que si lo consegu¨ªa, no ser¨ªa por mucho tiempo: volv¨ªa a ser derribado.
- Jankulovski. Es lateral izquierdo pero tiene alma de delantero. Potente, decidido y con una buena zurda. Concentr¨® las tres mejores ocasiones de su equipo en la primera parte, con tres disparos peligrosos: los dos primeros los desvi¨® Nikopolidis y el tercero se le escap¨® alto por poco. Totti quiere llev¨¢rselo al Roma.
- Nikopolidis. Los aficionados griegos corearon su nombre. Con raz¨®n. Lleva un campeonato magn¨ªfico el guardameta del Panathinaikos, de 33 a?os. Le detuvo dos tiros a Jankulovski y m¨¢s que le hubiera dirigido.
- Koller. Trabaj¨® m¨¢s en defensa que en ataque. Baj¨® siempre que vio en apuros defensivos a sus compa?eros. Se emparej¨® con Kapsis, al que sacaba dos cabezas y gan¨® casi siempre en el juego a¨¦reo, matando el bal¨®n y sirvi¨¦ndolo a quienes llegaban de la segunda l¨ªnea. No se entendi¨®, sin embargo, con su compa?ero de ataque Baros y Collina le escamote¨® un penalti tras un agarr¨®n de Dellas.
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