Mojarse la oreja
Piqu¨¦ pas¨® del militante Aznar; Rajoy lo desautoriz¨® sin miramientos: ahora quien manda en esto soy yo. Esto es el resto. El resto de un partido anta?o encolado por partidas de amigos; hoga?o a la busca de sus ra¨ªces ya a ras del suelo, como sarmientos, y a punto de pudrici¨®n. La Comunidad Valenciana que dicen, de reserva desleal de la derecha m¨¢s conservadora y ladina, es en estos d¨ªas un parque tem¨¢tico espectacular: pasen ustedes y contemplen, en vivo, el truco del almendruco; divi¨¦rtanse admirando los saltos jabonados de quien fue delf¨ªn y los saltos enladrillados de quien fue su adiestrador; la carrera por relevos para tirarse de las gre?as; y las habilidades y asechanzas para mojarse la oreja los unos a los otros, y todos entre s¨ª. Con un parque tem¨¢tico tan animado y verbenero, ?qu¨¦ hace la ruina de Terra M¨ªtica? No hay h¨¦roes, ni dioses, ni esfinges, ni bichas, ni criaturas quim¨¦ricas tan clamorosas y audaces, tan pintorescas y descaradas, como los aspirantes a compromisarios al congreso nacional del PP, en octubre, que se celebrar¨¢ en Madrid. En este parque tem¨¢tico, con varios escenarios simult¨¢neos, y n¨²mero bomba, ma?ana lunes, se representan grandezas y miserias, se disimulan contorsiones, extorsiones, negociaciones, piruetas, puro histrionismo, en fin. El cronista les recomienda que no se pierdan el entrem¨¦s -aunque almuercen en mesas separadas- protagonizado por Luis D¨ªaz Alperi y Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll. El primero en su papel de bueno defendiendo la legitimidad y el derecho del joven y g¨®tico presidente del Consell y del PPCV, Francisco Camps, y el segundo en su papel de malo, moviendo hilos e influencias del aparato, a favor del perverso -en una licencia po¨¦tica del libretista- Eduardo Zaplana ex y portavoz y apurado soplagaitas -lo que no deja de ser otra licencia po¨¦tica- de los conservadores en el Congreso. Y aunque los n¨²meros m¨¢s celebrados de todo este pimpante guirigay tienen una mayor presencia en la provincia de Alicante, feudo de un ardiente y sacralizado zaplanismo, tambi¨¦n intervienen en el reparto aficionados de las comarcas de todo el pa¨ªs, como el ?maduro? De Espa?a, presidente de las Cortes, ?lo recuerdan, no?, y el tan o m¨¢s ?maduro? Manuel Ortu?o, subdelegado del Consell en Elche. Pues qu¨¦ musical de capa y espada les ofrecen al respetable: De Espa?a se al¨ªa con Ripoll y pretenden expedientar al subdelegado, pero ¨¦ste no se achanta, nunca lo ha hecho, de forma que les exhibe en la punta de su acero las reiteradas vulneraciones de los estatutos, cometidas por ambos a dos. Y no veas: desde afiliaciones sospechosas hasta el incumplimiento de ciertas resoluciones tomadas en el congreso provincial. Alicante es una fiesta cuando el alcalde de Torrevieja, Hern¨¢ndez Mateo, del bando de los buenos, denuncia en ABC las amenazas y presiones a las que andan sometidos algunos militantes, por el entorno de Ripoll y De Espa?a. Nada de cuanto se cuenta y de lo m¨¢s que no se cuenta tiene desperdicio y s¨ª trazas de farsa grotesca. El PP valenciano le da al canto del cisne, mientras los campistas parece que ganan terreno, en este gran parque tem¨¢tico del bochorno y la descomposici¨®n. Pero guerra lo que se dice guerra entre ambas facciones, no. Es, en el mejor de los casos, una zaplanomaquia, con final fatal.
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