La nobleza de los 'miuras' cierra un fin de semana masificado

Veloces y muy nobles, los miuras protagonizaron ayer otro encierro masificado y peligroso que se sald¨® con tres corredores heridos, uno de ellos por asta de toro. El gregarismo de los animales condicion¨® una carrera ya cl¨¢sica de las fiestas de San Ferm¨ªn. En dos minutos y veintid¨®s segundos, los astados corrieron los m¨¢s de 850 metros del recorrido, batiendo el r¨¦cord de velocidad de esta semana de festejos.

Pese a las adversas condiciones (mucha gente y corredores inexpertos con bastante alcohol en sangre), los miuras dieron una lecci¨®n de casta y nobleza. Veloces, bien presentados y sin lanzar ning¨²n derrote, fueron como un cuchillo penetrando en la masa sin siquiera rozarla.

La salida fue lenta, con los cabestros en cabeza. Cuando la manada tom¨® contacto con los corredores, los tres toros m¨¢s veloces adelantaron a los cabestros y aceleraron el ritmo. Los mozos pudieron correr muy apretados hasta la entrada de la plaza del Ayuntamiento. Los astados no atendieron los amagos imprudentes ni se sintieron citados por los corredores y enfilaron la calle Mercaderes muy apretados y con fuerza. Como siempre, la curva con Estafeta volvi¨® a ser el punto m¨¢s peligroso, con varias ca¨ªdas de los animales.

Desde ese punto, un precioso casta?o tom¨® la cabeza y gui¨® a sus cong¨¦neres a trav¨¦s de la muchedumbre que abarrotaba Estafeta. La brava presencia de los miuras y sus afiladas cornamentas fueron un argumento decisivo para que se abrieran peque?os claros y los mozos corriesen limpiamente. Uno de ellos, Benjam¨ªn Azparren, de 36 a?os, fue alcanzado mientras intentaba asomarse entre las defensas del animal. El mozo pamplon¨¦s recibi¨® una cornada de cinco cent¨ªmetros en el gl¨²teo izquierdo, pero la peor herida se la produjo al caer: sufre un traumatismo craneoencef¨¢lico grave con herida en el cuero cabelludo.

Adem¨¢s de los corredores, los toros tambi¨¦n probaron el suelo adoquinado de Estafeta, convertida por la suciedad y el agua acumulada en ins¨®lita pista de patinaje.

La formaci¨®n de los tres toros que abr¨ªan manada, escalonados pero bastante juntos, tambi¨¦n sirvi¨® de mucho a los buenos corredores. Por detr¨¢s, los otros tres animales, acompa?ados por los cabestros, tambi¨¦n protagonizaban bonitas carreras, pero sin llegar a la espectacularidad de sus hermanos de camada.

En la recta de Telef¨®nica, la carrera continu¨® muy limpia, con alg¨²n tropez¨®n entre los corredores y mucha rivalidad para lograr las posiciones privilegiadas en la cara de los erales. Codazos, empujones y malos gestos fueron moneda de cambio com¨²n en el ¨²ltimo tramo.

En la entrada al coso, un mozo estuvo a punto de ser corneado. Resbal¨® en la testuz de un morlaco, pero gracias a las salidas existentes a ras de suelo pudo librarse de una casi segura cogida. Los animales no se entretuvieron en la arena. Como si conociesen de antemano el encierro, se dirigieron limpiamente a los corrales sin ver a los cientos de personas que llenaban la plaza.

Concluido el encierro, s¨®lo hubo que atender a otros dos heridos: el madrile?o ?lvaro Marcos Sienza, de 29 a?os, por traumatismos, y S. G. M., de 42 a?os y cuyo origen no fue facilitado, que se fractur¨® el hombro izquierdo en la calle Mercaderes.

Tras el multitudinario fin de semana, los protagonistas ser¨¢n hoy los animales de Jandilla.