T¨¦cnica del golpe de Estado... del 11-M
"El problema de la conquista y de la defensa del Estado moderno no es un problema politico, sino t¨¦cnico", escribi¨® Curzio Malaparte en 1932, en su famoso libro. Malaparte, apunta el poeta y periodista Juan Gelman, "extrema el efectismo hasta el aburrimiento: no deja hablar a los hechos, los hechos son hablados por ¨¦l". Los dirigentes del Partido Popular, ¨¦mulos inadvertidos de Malaparte, tanto por su impl¨ªcita aceptaci¨®n de que basta un gui¨®n m¨¢s o menos eficaz para provocar un golpe de Estado, como por no dejar hablar a los hechos por s¨ª mismos, creen que la Comisi¨®n del 11-M, tras la comparecencia de los altos mandos policiales, deber¨ªa abordar el interrogatorio de los confidentes de la Guardia Civil o la utilizaci¨®n de ciertas informaciones por parte del partido Socialista Obrero Espa?ol durante las horas posteriores a la masacre.
El PP cree, ¨ªntimamente, que el 11-M se dieron las condiciones "t¨¦cnicas" de lo que Malaparte llamar¨ªa un golpe de Estado y algunos de sus dirigentes est¨¢n incluso dispuestos a conceder que ese golpe pudo consumarse apoy¨¢ndose en sus propios errores de interpretaci¨®n, en referencia a la actuaci¨®n del entonces ministro del Interior, ?ngel Acebes, ante las c¨¢maras de televisi¨®n y medios de comunicaci¨®n durante aquellas tr¨¢gicas horas.
La t¨¦cnica de los "malapartes" de estos d¨ªas es muy sencilla. Es, desde luego, m¨¢s f¨¢cil de "vender" que otras teor¨ªas. A saber, que en los atentados del 11-S ning¨²n avi¨®n cay¨® sobre el Pent¨¢gono. El ¨¦xito y la difusi¨®n de esta idea en Francia y otros pa¨ªses ha sido espectacular. Pero aqu¨ª, lo que los expertos norteamericanos en campa?as electorales ya han bautizado como el "escenario de Madrid" resulta m¨¢s sencillo. Es un hecho aceptado que un mill¨®n de electores cambiaron su voto tras el atentado del 11-M y que se orientaron a castigar al Partido Popular favoreciendo a los socialistas. Si se consigue esparcir la sombra de una duda sobre la presencia oculta de alguna mano invisible o, mejor, "negra" en la tragedia, el golpe de Estado quedar¨¢ al desnudo.
Los altos jefes policiales ya han contado lo que pas¨® a partir de la ma?ana del 11-M. Los pormenores, las escenas narradas, los encuentros entre polic¨ªas y entre ¨¦stos y el ministro del Interior ya est¨¢n en las actas. Cada ciudadano puede verlas y sacar sus conclusiones. El cuadro que sale se opone radicalmente al descrito por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, ?ngel ?cebes y Eduardo Zaplana, desde el Gobierno de la ¨¦poca, y al de Mariano Rajoy, como candidato del PP a la Presidencia del Gobierno. El Gobierno necesitaba que ETA fuera la organizaci¨®n autora de la masacre porque, a juzgar por los antecedentes, ello le permit¨ªa recuperar el gas perdido por Rajoy en su mala campa?a contra ZP y, qui¨¦n sabe, optar a una segunda mayor¨ªa absoluta accidental como la que se encontr¨® en marzo de 2000. Pero algunos de aquellos que le dieron esa mayor¨ªa, m¨¢s muchos votos de los jovenes, esta vez le dieron la victoria a los socialistas.
La explicaci¨®n del golpe de Estado es estupenda. Permite eludir el examen de las razones de la derrota del 11-M -es decir, todos aquellos puntos de apoyo que los socialistas fueron sumando hasta el 10 de marzo- y transferir de manera paranoica, culposa, las responsabilidades hacia el exterior. Para ello, la confusi¨®n, la cortina de humo es la mejor t¨¦cnica para dar un golpe de Estado contra la comisi¨®n del 11-M.
Dicen que el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, no ve raz¨®n alguna para oponerse a que los confidentes de Acebes -es decir las personas con las cuales hablaba la Guardia Civil durante su etapa como ministro del Interior- sean citados a declarar ante la comisi¨®n del 11-M. Los dirigentes parlamentarios socialistas, seg¨²n aseguran, no se oponen por principio, pero prefirir¨ªan que esos confidentes declaren una vez que lo hayan hecho los altos mandos de la Guardia Civil. ?Que vengan los confidentes y explican la t¨¦cnica del golpe de Estado del 11-M!
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