La descoordinaci¨®n internacional y la falta de fondos dificultan el desarrollo de una vacuna
Hay m¨¢s de 30 productos en fase de ensayo, pero muchos se basan en estrategias redundantes
M¨¢s de dos d¨¦cadas despu¨¦s de que fuera detectado el virus del sida, la existencia de una vacuna -el ¨²nico medio de acabar con la epidemia, seg¨²n los expertos- sigue siendo un sue?o lejano. As¨ª lo reconoci¨® ayer Seth Berkley, presidente ejecutivo de Iniciativa Internacional para una Vacuna contra el Sida (IAVI), durante la conferencia de Bangkok. El n¨²mero de vacunas en desarrollo se ha duplicado desde el a?o 2000, y en la actualidad hay m¨¢s de 30 candidatas en ensayos cl¨ªnicos humanos en 19 pa¨ªses, pero la falta de fondos, la descoordinaci¨®n y la redundancia de enfoques dificultan su avance.
IAVI es una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro creada en 1996 para impulsar la b¨²squeda de una vacuna y para que sea accesible a todo el mundo. Todav¨ªa no hay una vacuna "porque su desarrollo no es una prioridad cient¨ªfica, pol¨ªtica ni econ¨®mica", afirm¨® Berkley. "El lema de este congreso es Acceso para todos. Esto debe incluir tambi¨¦n la prevenci¨®n y el desarrollo de una vacuna", a?adi¨®. La clave, seg¨²n Berkley, est¨¢ en disminuir las duplicidades e incrementar los fondos. Unos fondos que permitir¨ªan aumentar la capacidad de realizaci¨®n de ensayos en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, donde millones de enfermos no tienen acceso a los medicamentos antirretrovirales, donde se est¨¢n produciendo la mayor¨ªa de las infecciones y donde ya est¨¢n circulando diferentes subtipos de virus.
Seg¨²n explic¨® Berkley, uno de los problemas es la redundancia, ya que casi todas las iniciativas en marcha utilizan la misma hip¨®tesis sobre c¨®mo puede otorgar protecci¨®n el futuro f¨¢rmaco. Esto significa que, en caso de que la hip¨®tesis falle, todos los jugadores deber¨¢n regresar "a la casilla de partida". "Demasiados cient¨ªficos est¨¢n trabajando en la misma idea", afirm¨® Wayne Koff, vicepresidente y jefe de investigaci¨®n de IAVI.
Esta uniformidad en la v¨ªa de investigaci¨®n se muestra en que todos los ensayos se basan en desarrollar f¨¢rmacos que tienen como ¨²nico objetivo incrementar los gl¨®bulos blancos llamados c¨¦lulas T, que se encargan de atacar a las c¨¦lulas del sistema inmunitario que ya han sido infectadas por el HIV.
Sin embargo, no existen vacunas en desarrollo basadas en la estimulaci¨®n de anticuerpos que luchen directamente contra el virus antes de que act¨²e.
En segundo lugar, hay una falta de cooperaci¨®n, ya que los diferentes candidatos est¨¢n realizando ensayos a peque?a escala sin un consenso sobre cu¨¢les merecer¨ªan pruebas m¨¢s masivas.
Y en tercer lugar, hay una carencia de recursos econ¨®micos. "El gasto global en desarrollo de vacunas [650 millones de d¨®lares al a?o] representa menos del 3% de lo que se destina al sida", afirm¨® Berkley, quien pidi¨® que la cantidad sea duplicada. Porque "s¨®lo una vacuna puede acabar con la epidemia", lanz¨® el m¨¢ximo responsable de IAVI, organismo financiado, entre otros, por los Gobiernos de Canad¨¢, Dinamarca, Irlanda, Suecia, Holanda y Estados Unidos, y donantes como las fundaciones Rockefeller y la Bill y Melinda Gates.
Pero Berkely dio una nota de optimismo. "Aunque una vacuna s¨®lo sea efectiva en un 30%, tendr¨ªa un impacto enorme. Y si fuera efectiva en un 50% y fuese administrada a dos tercios de la poblaci¨®n adulta, podr¨ªa reducir las infecciones hasta un 60%".
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