Museo Richard
Uno mira a los codos o a las rodillas de un ciclista, y no encuentra articulaciones, encuentra recuerdos. Uno mira con detenimiento por ejemplo a mi codo derecho -por no ir m¨¢s lejos-, y encuentra cicatrices quemadas por el sol. Debajo de una, podr¨ªa figurar en un peque?o cartelito rectangular como en los museos debajo de las obras: Pedro Horrillo Mu?oz. ?Cuidado que la curva es cerrada!, 1999. T¨¦cnica mixta, piel natural humana raspada con asfalto abrasivo del Coll del Homme Mort, Etapa de Saint Flour, Tour de France. 1,3X2 cm. Abadi?o, colecci¨®n privada del artista. Continuando, podr¨ªamos seguir recorriendo palmo a palmo el cuerpo viviente del ciclista-artista (preferentemente las partes m¨¢s expuestas) en una extra?a y peculiar actuaci¨®n art¨ªstica en la que el propio autor nos guiar¨ªa en el proceso de introducci¨®n-comprensi¨®n de su propia obra-trayectoria deportiva. Nota del autor: visita imprescindible Museo Tyler Hamilton.
Pero como en todo, hay excepciones. Richard Virenque, un habitual del Tour desde tiempos inmemoriales, huye despavorido de las tiendas de recuerdos. Lo suyo son los lugares abiertos, mercadillos en los que discutir el precio. Odia los lugares comunes (las ca¨ªdas que afectan a todos menos a ¨¦l) y detesta los recuerdos t¨ªpicos. Es un viajero incombustible -no un turista ocasional- que encuentra siempre su propio camino. El no busca nada, se busca a s¨ª mismo, ese es su recuerdo. Y el caso es que no falla, siempre se encuentra. Todos los a?os en julio en las monta?as de Francia, Richard siempre termina encontrando al famoso Virenque, ese chico franc¨¦s de la camiseta blanca con puntos rojos.
Y lo curioso del tema es que esa b¨²squeda que puede parecer tan egoc¨¦ntrica termina siendo patrimonio p¨²blico para el espectador. Todos somos Richard, dicen en Francia sinti¨¦ndolo con pasi¨®n. Yo soy Richard, pensaba ayer al verle por la televisi¨®n. En su casa, en su hipot¨¦tico museo deber¨ªan aparecer todas sus victorias en fila india, las "Richard Variationem" numeradas del 1 al 7. Luz Ardiden, Cauterets, Courchevel, Morzine, Mont Ventoux, otra vez Morzine, y ahora Saint Flour. Todas diferentes, todas iguales. Unas solo, otras en compa?¨ªa de unos que estuvieron y ya no est¨¢n, o de otros que ahora est¨¢n pero antes no estaban. Pero en todas una constante: Richad, que estuvo, est¨¢, y no s¨¦ por qu¨¦, algo me dice que seguir¨¢ estando.
Pedro Horrillo es corredor del Quick Step.
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