La verdad de las cuentas p¨²blicas

La presentaci¨®n de unas cuentas p¨²blicas matizadas, que incluyen un d¨¦ficit a?adido de casi un 0,8% del PIB para este a?o, y un riesgo de d¨¦ficit para el futuro (si cambian algunas circunstancias) de un 2,6% m¨¢s, abre un nivel de autoexigencia para el Gobierno socialista que habr¨¢ de ser tenido en cuenta al final de su legislatura. La diferencia entre esta ocasi¨®n y las anteriores (cuando el PSOE sustituy¨® a UCD en 1982, o cuando el PP relev¨® al PSOE en 1996) es muy notable: no se han buscado "auditor¨ªas de infarto" en las covachuelas del Estado, ni se ha encontrado una inexistente "amnist¨ªa fiscal para los amiguetes" por valor de m¨¢s de 200.000 millones de las antiguas pesetas.

La primera lectura del informe hecho p¨²blico por Pedro Solbes sobre las cuentas del Estado tiene que ver con lo que le compromete: la inclusi¨®n de la transparencia (una de las grandes promesas de los socialistas en la campa?a electoral) en los Presupuestos Generales del Estado y la obligaci¨®n de a?adir a los mismos, a partir de los que tendr¨¢ que presentar el PSOE el pr¨®ximo oto?o, un anexo con los compromisos de gasto adquirido con cargo a ejercicios futuros, as¨ª como los avales conseguidos: la deuda que se traslada a generaciones futuras. Hace pocos d¨ªas, el vicepresidente confirm¨® en su cargo a Carmen Alcaide, excelente funcionaria, como directora del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), con lo que se?alaba con el dedo del apag¨®n estad¨ªstico, tantas veces denunciado en las legislaturas pasadas, a los responsables pol¨ªticos del PP. Eliminar de una vez ese apag¨®n estad¨ªstico exig¨ªa tambi¨¦n poner a cero -y de forma p¨²blica- el contador de lo que realmente deben los ciudadanos, m¨¢s all¨¢ de contabilidades creativas irregulares o aceptadas.

Solbes present¨® compromisos de gasto hasta ahora desconocidos y riesgos de d¨¦ficit en el futuro. El d¨¦ficit adicional para el a?o en curso asciende a 6.140 millones de euros, un 0,78% del PIB espa?ol; ello a?ade ajustes no incluidos; la deuda hist¨®rica con Andaluc¨ªa, recientemente pagada; el d¨¦ficit de RTVE, que ha obligado Bruselas a introducir en el presupuesto, y un aval del Estado a un cr¨¦dito a Argentina. En cuanto a los riesgos de d¨¦ficit en el futuro, Solbes advirti¨® de lo que puede llegar a ser d¨¦ficit, pero todav¨ªa no lo es. Es decir, una hip¨®tesis que present¨® como tal: gastos que ya se han realizado, pero que por los criterios contables al uso no tienen por qu¨¦ reconocerse todav¨ªa como d¨¦ficit p¨²blico. Un cambio en esas condiciones puede obligar a que se consideren d¨¦ficit. En estos momentos, por ejemplo, hay una discusi¨®n entre las dos partes -Bruselas y el Gobierno espa?ol- sobre las aportaciones que el Estado ha realizado al Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF), que superan los 6.000 millones de euros, y en septiembre se abrir¨¢n otras disputas. Entre las operaciones realizadas que entra?an riesgo de d¨¦ficit est¨¢ la deuda de Renfe, el citado GIF, la deuda hist¨®rica, las dotaciones a algunas sociedades estatales, la deuda de Aeropuertos Nacionales (otros 6.000 millones de euros) y otras posibilidades dif¨ªciles de cuantificar, como el peligro de que las comunidades aut¨®nomas y los ayuntamientos registren d¨¦ficit en las sociedades instrumentales que crean.

Solbes ha hecho un esfuerzo por poner claras las cuentas p¨²blicas. Si no se est¨¢ de acuerdo con su actualizaci¨®n, debe discutirse su contenido. La reacci¨®n de los responsables del PP no ha sido ¨¦sa. Tambi¨¦n en este terreno el PP muestra una mand¨ªbula de cristal que no se compadece con el pu?o de hierro que ha utilizado habitualmente. El ex ministro de Hacienda Crist¨®bal Montoro -tan falt¨®n como siempre-, y el portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Miguel Arias Ca?ete, entienden que el principal riesgo para las cuentas del Estado no es la deuda de Renfe, AENA, etc¨¦tera, sino el propio Gobierno socialista; un Gobierno que no tiene la voluntad de controlar el gasto p¨²blico y que est¨¢ paralizado por los compromisos adquiridos que no hace p¨²blicos, principalmente porque necesita apuntalar su minor¨ªa parlamentaria; un Gobierno que "ha dinamitado la Ley de Estabilidad Presupuestaria para poner dar rienda suelta a sus t¨¦cnicas de despilfarro".

Contestan as¨ª a las cifras con ideolog¨ªa tremendista. Mala pr¨¢ctica, propia del pasado.