Nuevo golpe sorpresa
Hace escasas semanas, el consejero delegado del Santander, Alfredo S¨¢enz, sorprendi¨® a los asistentes a una conferencia suya en Bilbao al apostar por el desmantelamiento del Estado de bienestar. El impacto de esa afirmaci¨®n fue tal que nubl¨® una informaci¨®n lanzada en el mismo foro. Desvel¨® entonces que el banco hab¨ªa desestimado comprar el Abbey National, una entidad que "estaba muy obsoleta", pero que les gustaba mucho. La cosa, no osbtante, qued¨® reflejada en los medios sin pasar a mayores. Y S¨¢enz, apasionado aficionado a la ¨®pera, supo colocar perfectamente el escenario para tiempos venideros y, de paso, hacer mutis por el foro.
En los diferentes bolos veraniegos en los que, posteriormente, han participado representantes del Santander se han hartado de repetirlo y, sobre todo, de aventurar compras. No fusiones, en contra de la opini¨®n de otros banqueros. La ¨²ltima vez, esta misma semana, lo hizo el propio Emilio Bot¨ªn durante uno de esos actos culturales que tanto le gustan. Fechas atr¨¢s, y ante m¨¢s de 40 periodistas de informaci¨®n econ¨®mica reunidos en Santander, Juan Rodr¨ªguez Inciarte, director general del grupo, lo dijo muy claro: "Haremos compras selectivas".
Tal como se juegan los cuartos en el mundo bancario, la concurrencia no ha sabido muy bien si los hombres de Bot¨ªn estaban jugando al despiste. Pero lo del asunto del Abbey era verdad. De la misma forma que era verdad (o media verdad) que hab¨ªan frenado la operaci¨®n. Pero, Bot¨ªn, que quiere crecer en Europa a toda costa, ote¨® el horizonte y no encontr¨® ninguna otra oportunidad que ¨¦sa. Ni en Francia, ni en Alemania, ni en Italia, donde est¨¢ deseando aumentar su presencia en el San Paolo, ni en otro pa¨ªs continental. Es conocida, por otra parte, la debilidad de Bot¨ªn por el mundo anglosaj¨®n, con lo que hubo poco que discutir. As¨ª que retom¨® el inter¨¦s y el menor de los hermanos Inciarte lo sab¨ªa muy bien, porque ha sido el encargado de llevar las negociaciones con los brit¨¢nicos desde el principio.
El Abbey, como reconoci¨® S¨¢enz, es una pera en dulce para los intereses del Santander. Est¨¢ en una situaci¨®n delicada -saliendo de varios a?os de p¨¦rdidas por meterse en banca de inversi¨®n-, pero con unas perspectivas extraordinarias despu¨¦s de la gesti¨®n hecha por Luqman Arnold, que le ha devuelto al mercado hipotecario y a la banca comercial. En fin, en una situaci¨®n ideal para que Bot¨ªn y los suyos hayan vuelto a sorprender al mercado. El banquero c¨¢ntabro ten¨ªa miedo de que otro banco se le adelantara. Por eso, se ha lanzado, aunque la acci¨®n sufriera un fuerte retroceso.
A estas alturas, ya son conocidos sus ¨®rdagos y que son a la grande. Primero fue la compra de Banesto cuando contaba para muy pocos; despu¨¦s se comi¨® el Central Hispano y se convirti¨® en el primer grupo espa?ol; paulatinamente ha ido creciendo en Latinoam¨¦rica hasta ser una potencia, y ahora est¨¢ a punto de realizar la primera operaci¨®n bancaria transfronteriza de la UE justo cuando toda la banca trata de digerir Basilea II. Un nuevo golpe sorpresa.
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