Una reforma legal impulsada por Rajoy

"Yo creo que [expulsar a los delincuentes extranjeros] es de sentido com¨²n", coment¨® a varios periodistas Mariano Rajoy cuando todav¨ªa era ministro del Interior. Rajoy hablaba subido en la ola de indignaci¨®n popular provocada por el asesinato de un abogado en un chal¨¦ de Pozuelo, en Madrid, a manos de un moldavo que se hallaba en situaci¨®n irregular.

Durante aquella conversaci¨®n, el entonces ministro mostr¨® a los informadores un listado de inmigrantes irregulares, en su mayor¨ªa magreb¨ªes, algunos de los cuales hab¨ªan sido detenidos m¨¢s de cien veces. La relaci¨®n, impactante a primera vista, no precisaba las razones de las detenciones. Esto es, no dec¨ªa si se hab¨ªan producido por infringir la Ley de Extranjer¨ªa (es decir, por residir en Espa?a sin permiso), por peque?os hurtos o por grandes delitos.

Con datos como ¨¦sos, el Gobierno del PP teji¨® una campa?a que identificaba la inmigraci¨®n con la delincuencia. Luego, present¨® en el Parlamento un proyecto de ley cuyo nombre ya respond¨ªa a la inquietud social que ¨¦l mismo hab¨ªa alentado. Se titulaba Medidas en Materia de Seguridad Ciudadana, Violencia Dom¨¦stica e Integraci¨®n Social de los Extranjeros y modificaba el C¨®digo Penal, el C¨®digo Civil y la Ley de Extranjer¨ªa. Con ¨¦l, el PP persegu¨ªa dos objetivos: aliviar la saturaci¨®n en las c¨¢rceles y descargar de trabajo los tribunales. La sentencia del Supremo muestra que era un camino equivocado.