"Claudio es un personaje codiciado por cualquier actor", dice H¨¦ctor Alterio

Tras m¨¢s de un lustro apartado de los escenarios, el actor argentino H¨¦ctor Alterio ha vuelto a las tablas como protagonista de la adaptaci¨®n teatral de la novela de Robert Graves Yo, Claudio. El espect¨¢culo, dirigido por Jos¨¦ Carlos Plaza, abri¨® el Festival de Teatro Cl¨¢sico de M¨¦rida y, tras su paso por Sant Feliu de Gu¨ªxols, recala desde hoy hasta el lunes en el Grec. Alterio se considera afortunado: "Es un personaje codiciado por cualquier actor".

"El teatro me hace sentir due?o de mi trabajo", asegura Alterio. "Pero nos debemos a la ley de la oferta y la demanda, y las ofertas teatrales que hab¨ªa recibido hasta ahora no me motivaban lo suficiente", contin¨²a. El actor se sinti¨® interesado desde el principio por el proyecto de llevar al teatro una obra popularizada principalmente gracias a su versi¨®n televisiva, producida por la BBC. "La he vuelto a ver, con mi mujer, cuando ya hab¨ªa preparado el personaje. No tiene nada que ver con nuestro trabajo; me entretuvo, pero ha quedado un poco envejecido", se?ala Alterio, que encabeza un largo reparto compuesto, entre otros int¨¦rpretes, por Encarna Paso (Livia, abuela de Claudio), Carlos Mart¨ªnez-Abarca (Cal¨ªgula) e Israel Fr¨ªas (Herodes Agripa).

Dar a la historia una forma dram¨¢tica ha sido una tarea complicada. Jos¨¦ Luis Alonso de Santos, autor de la adaptaci¨®n teatral de la novela de Graves, escribi¨® tres versiones de la obra antes de darla por buena; han pasado siete a?os desde que el proceso se puso en marcha hasta el estreno, en un montaje coproducido por Tentaci¨®n Espect¨¢culos y el festival de M¨¦rida. En la adaptaci¨®n se han sacrificado muchos pasajes narrativos en busca de lo esencial. A prop¨®sito de la versi¨®n, Jos¨¦ Carlos Plaza explica que "est¨¢ basada en los temas m¨¢s contempor¨¢neos". El director empieza a enumerarlos y la lista se hace larga: "Habla de cuestiones como la dial¨¦ctica entre monarqu¨ªa y rep¨²blica, la corrupci¨®n en el poder, la falta de humanismo, el materialismo, la comercializaci¨®n del alma, la falta de individualidad por la fidelidad a un partido", resume, y compara a los senadores romanos, "que son borregos", con el Parlamento espa?ol. "No puedo olvidar la imagen de 170 o 180 diputados del PP aplaudiendo porque se hab¨ªa entrado en la guerra de Irak".

La obra se desarrolla como una retah¨ªla de recuerdos del protagonista cuando ya ha fallecido. En un mundo donde "la forma devora el contenido", Plaza ha buscado una puesta en escena sin una ubicaci¨®n concreta, donde lo viejo y lo nuevo se intercalan en el vestuario y en el decorado, con una importante presencia de la m¨²sica y de la imagen. Plaza dice del conjunto que es "profundamente pol¨ªtico, profundamente filos¨®fico y profundamente divertido en un sentido brechtiano". En M¨¦rida, la obra recibi¨® una calurosa acogida. Entre el p¨²blico se encontraba William Graves, el hijo del autor, que se emocion¨® con la funci¨®n. "?l reniega un tanto de la imagen de la obra dada por la televisi¨®n y dijo que a su padre le habr¨ªa gustado este montaje", asegura Jes¨²s Cimarro, el productor ejecutivo. ?sta es la primera adaptaci¨®n teatral de la obra y William Graves ha pedido autorizaci¨®n para que sirva de base a otros montajes que puedan hacerse en el futuro. Tras su presentaci¨®n en Barcelona, la obra realizar¨¢ una gira por Espa?a que acabar¨¢ a finales de a?o en Mallorca.