Y el cami¨®n, durmiendo

Manuel Rodr¨ªguez y Rosario Casta?ares llevan media vida ligados al cami¨®n. A sus 38 a?os, comparten vida familiar, empresa y preocupaciones. Empezaron muy j¨®venes como transportistas, con un cami¨®n propio, como tantos otros. En 1998 dejaron de ser aut¨®nomos y crearon una sociedad. Y el a?o pasado dieron el salto con la compra de 15 camiones especializados en el transporte refrigerado, para completar una flota de 40. "Crecimos con nuestros clientes [Caprabo y Alcosto], pero no cont¨¢bamos con esto". Esto es el efecto devastador del incremento del precio de los carburantes, un aut¨¦ntico castigo para el bolsillo de los transportistas.

"A principios de a?o, el gas¨®leo se llevaba el 25% de nuestros ingresos; ahora, el 35%", dice Manuel. A grandes males, grandes remedios: "No aceptamos pedidos de los clientes con los que tenemos menos compromiso. Para no ganar dinero, prefiero tener el cami¨®n durmiendo", a?ade.

Manuel ha desechado esta semana una ruta Madrid-Sevilla con uno de sus camiones frigor¨ªficos. Son 1.000 kil¨®metros y un consumo de unos 350 litros de gas¨®leo. "S¨®lo la ¨²ltima subida, supone un coste adicional de 21 euros por ruta y d¨ªa. A lo largo del mes, el margen de beneficio se reduce a la m¨ªnima expresi¨®n", argumenta. "Y con las tarifas del sector, 0,72 euros por kil¨®metro, es preferible rechazar algunas rutas", aduce.

Con una facturaci¨®n anual que ronda los 34 millones de euros, en los ¨²ltimos meses han llegado los n¨²meros rojos. "Hay subvenciones para pescadores, para agricultores, pero no las hay para los transportistas. ?Qu¨¦ cree el Gobierno, que con ese gas¨®leo nos vamos a ir de paseo con los camiones?", se pregunta.

Manuel y Rosario no lo ven claro. En los ¨²ltimos a?os, el gas¨®leo se hab¨ªa mantenido moderadamente estable, pero la reciente escalada de precios les ha sorprendido mirando de reojo a Irak, la cotizaci¨®n del petr¨®leo y el c¨¦ntimo sanitario. "Los aut¨®nomos a¨²n pueden aguantar, porque algo todav¨ªa se puede hacer con la devoluci¨®n del IVA. Pero para las empresas, ahora mismo cuantos menos camiones tengas, mejor". El pesimismo arrecia: "A este paso, acabaremos como empezamos: con un cami¨®n cada uno y menos problemas".