Un brillante espect¨¢culo de Lorca

Su¨¢rez ha trabajado el texto lorquiano a conciencia, buscando concretar lo que llevar¨ªa al escenario en unas cuantas escenas que ¨¦l llama ceremonia, en un intento m¨¢s, pienso, de dar al todo un car¨¢cter de ritual trascendente.

A mi juicio se aproxima bastante a ese objetivo. No conozco toda la obra teatral de Su¨¢rez, pero de la que conozco es aqu¨ª donde le veo realmente inspirado y coherente. Convierte al propio Garc¨ªa Lorca en personaje de la obra y narrador, y a trav¨¦s de ¨¦l arquitectura un hilo conductor que lleva de una a otra de esas ceremonias armoniosamente, sin violentar en ning¨²n caso los t¨¦rminos. En el camino va creando una densa teor¨ªa de belleza, de tensi¨®n, de emocionado homenaje, en la que se enhebran versos, m¨²sicas, cantes, bailes... En todo ello, como motor imprescindible, la palabra del poeta, con su poder, con su capacidad de fascinaci¨®n envolvente y decisiva.

Paco Su¨¢rez ha contado con unos colaboradores y unos int¨¦rpretes que han entendido perfectamente lo que se les ped¨ªa. El entusiasmo y la convicci¨®n se hacen patentes no s¨®lo en ¨¦l, sino en cuantos intervienen de alg¨²n modo. Hay un derroche de entrega y de buen hacer en todos, flamencos y no flamencos, y esa verdad trasciende y seduce a la audiencia. Casi dos horas de representaci¨®n ininterrumpida son recibidas en absoluto silencio, con respeto, con emoci¨®n. La emoci¨®n del buen teatro, de la buena m¨²sica, de la buena danza, y, en este caso especialmente, esa emoci¨®n incomparable que Lorca sab¨ªa transmitir en la magia subyugante de sus versos m¨¢s hermosos.