Bratislava, el regreso a Europa
La ciudad se reaviva en su nuevo papel como capital de Eslovaquia
Junto al centro geogr¨¢fico de Europa, once reyes y ocho reinas magiares fueron coronados en la catedral de San Mart¨ªn, en Pozsony, capital de Hungr¨ªa cerca de 300 a?os. En alem¨¢n se llam¨® Pressburg, cuando pas¨® a formar parte de la Corona de los Habsburgo y su castillo se convirti¨® en residencia de la emperatriz Mar¨ªa Teresa de Austria. Tras la batalla de Austerlitz, Napole¨®n, que contaba 36 a?os, firm¨® all¨ª el Tratado de Presburgo. Esa ciudad, Bratislava, hoy emerge de los bajos de la historia -como Cumil, la escultura del limpiador de alcantarillas-, a¨²n cubierta por las sombras que sobre ella proyectan gloriosas ciudades a su alrededor: Viena, Praga, Budapest. Poco se sabe de esa ciudad cuyo pa¨ªs se separ¨® de la Rep¨²blica Checa en 1993 provocando, por su desacuerdo, la dimisi¨®n del dramaturgo V¨¢clav Havel, presidente de Checoslovaquia.
Hoy, Bratislava es una de las capitales de la Uni¨®n Europea, de Eslovaquia, un pa¨ªs independiente que no exist¨ªa la primera vez que lo visit¨¦ y en cuya capital un hombre gordo me invit¨® a probar la mejor cerveza del mundo, ante la atenta mirada de su perro diminuto, y otro a quien no vi, d¨ªas despu¨¦s, se llev¨® la bolsa donde guardaba la c¨¢mara de fotos, un par de libretas y la ropa interior. Compr¨¦ otra c¨¢mara, una legendaria Praktica fabricada en la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, de segunda mano, y unos cuantos calzoncillos estampados. Doce a?os despu¨¦s, a los 36, el punto que se?ala Bratislava en el mapa fue agrand¨¢ndose de tal manera que no hubo otra alternativa que regresar. S¨®lo restaba desempolvar la Praktica.
Lo ideal, y pr¨¢ctico, es volar a Viena. Para salvar los 60 kil¨®metros que la separan de Bratislava, se puede escoger entre varios autobuses y trenes; pero lo m¨¢s agradable es desplazarse en metro al embarcadero de Viena. Por 22 euros, un barco nos transporta por el Danubio hasta Bratislava en poco m¨¢s de una hora.
Esculturas vigilantes
El bello sonido de dos palabras -stare mesto- que significan "casco antiguo" nos espera en la orilla norte del Danubio. Plazas unidas por calles peatonales, flanqueadas por imponentes edificios sobrios de patios interiores, vigiladas por esculturas de bronce que nos observan. Stare mesto. Tal vez lo mejor sea entonces dejar el equipaje en el hotel, cerrar el plano que por la noche en la habitaci¨®n nos mostrar¨¢ lo que hemos recorrido, y vagar sin rumbo por esa ciudad que enseguida nos dar¨¢ referencias para nunca perdernos del todo.
Volviendo cada poco a Michalska, la calle principal, que lleva hasta la torre Michael, cuyo arco es la ¨²nica de las cuatro entradas medievales a la ciudad que se conservan, y que nos indica la distancia a la que se est¨¢ de las principales ciudades del mundo (Madrid, a 1.865 kil¨®metros), mecidos por los violines de gitanos ancianos, desembocando a trav¨¦s de esas calles en plazas de las que salen otras calles. Plazas como la de Hlavne, con la fuente de Roland a un lado, la fuente que vio entrar los tanques sovi¨¦ticos que con sus maniobras torpes destrozaron fachadas en la primavera de Praga (aunque llegaron en agosto), la fuente sobre la que se fragu¨® la Revoluci¨®n de Terciopelo en 1989, que sirvi¨® para reclamar libertad en una manifestaci¨®n pac¨ªfica que pretend¨ªa desprenderse del comunismo, que dej¨® muestras de su arquitectura uniforme al otro lado del r¨ªo.
Cruzando el Danubio por el moderno puente Novy, de 1972, que tiene sobre uno de sus pilares un caf¨¦ a 80 metros de altura con unas vistas fant¨¢sticas de la ciudad antigua y de la ciudad nueva, que se nos presenta amurallada por una interminable serie de bloques similares a los que se encuentran en Hungr¨ªa, Bulgaria, Rumania, Ucrania, Rusia: una muralla de estructuras cuadriculadas que merece la pena contemplar desde el caf¨¦ del puente o desde el castillo de Bratislava.
En una colina junto al stare mesto, separado por una calle ancha, la avenida Staromestka, construida sobre el que fue el barrio jud¨ªo y dotada con casas nuevas levantadas en el mismo estilo tradicional de las demolidas y pintadas con colores intensos, vamos dejando atr¨¢s, abajo, mientras un camino empedrado sube hasta el castillo donde vivi¨® Mar¨ªa Teresa, quemado en las guerras napole¨®nicas, sede de la Presidencia, donde sentarse a mirar el Danubio, el puente, la ciudad nueva, antes de bajar otra vez al stare mesto y atravesar algunos de los arcos en las fachadas que nos descubren patios interiores donde comprobar que los eslovacos son de entrada secos y fr¨ªos, aunque correctos, pero su cerveza sigue siendo la mejor del mundo, y su capital, una ciudad que nunca ser¨¢ tan tur¨ªstica como las hermosas Budapest, Praga o Viena, pero que ah¨ª radica su encanto, una ciudad llena de cafeter¨ªas agradables (como la de los intelectuales, a la espalda del Museo Nacional) y de encantadores restaurantes donde degustar la excelente cocina, racianska specialita (carne de ternera y cerdo envuelta en panqueque de patata) o bryndzova halušky (?oquis con queso de oveja y panceta) y otra cerveza šariš. Y de calles con esculturas de bronce como la del limpiador de alcantarillas, que nos sonr¨ªe en una esquina descansando antes de abandonar del todo la ciudad subterr¨¢nea, los bajos de Bratislava, una ciudad que merece la pena visitar, como el resto de Eslovaquia; recorrerla sin prisas, en el centro geogr¨¢fico de Europa, en su coraz¨®n.
- Pablo Aranda (M¨¢laga, 1968) es autor de la novela La otra ciudad (Espasa).
GU?A PR?CTICA
Datos b¨¢sicos:
- Prefijo telef¨®nico: 00 42 12.
- Poblaci¨®n: 402.000 habitantes.
- Oficina de turismo: 507 00 801.
C¨®mo ir
- Iberia (
902 40 05 00; www.iberia.com)
. Vuelos de Madrid o Barcelona a Viena, 200 euros.
- Lufthansa
(902 22 01 01; www.lufthansa.com). Vuelos de Madrid o Barcelona a Bratislava (conexi¨®n en M¨²nich
o Francfort), por 334 euros.
- Recorrido en barco por el Danubio
(www.danube-river.org, www.ddsg-blue-danube.at, www.verkehrsnetz.at).
Desde Viena hasta Bratislava, unos 22 euros.
Dormir
- Ibis Bratislava Centrum
(central de reservas en Espa?a: 902 10 04 63; www.ibishotel.com). Zamocka, 38. Habitaciones dobles a partir de 68 euros.
- Hotel Dev¨ªn (59 98 51 11; www.hoteldevin.sk). Riecna, 4. Habitaciones dobles a partir de 170 euros.
Comer
- Prasna Basta (54 43 49 57). Zamocnicka, 11. Comida t¨ªpica en un lugar encantador con patio. 6 euros.
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