No hay quinto malo
Yivanevskaia asume que a los 27 a?os no puede competir con Coughlin, Coventry y Manaudou, que se llevaron los metales en 100m espalda
Esta vez ni siquiera hubo decepci¨®n. Nina Yivanevskaia dio su ¨²ltima brazada y, como el resto de nadadoras, se qued¨® quieta en la piscina con la mirada fija en el tablero que iba a dictar la sentencia de la final de los 100 metros espalda. Entonces no era consciente todav¨ªa de su posici¨®n, pero sab¨ªa perfectamente que no hab¨ªa entrado en las medallas. En realidad, eso lo supo ya en las semifinales, cuando constat¨® que la tercera clasificada en el Mundial de Barcelona en 2003, la brit¨¢nica Kathy Sexton, se hab¨ªa quedado incluso fuera de la final. Las medallas fueron para la estadounidense Natalie Coughlin, la ¨²nica nadadora que ha logrado bajar del minuto en los 100 metros espalda, la zimbabuesa Kirsty Coventry y la francesa Laure Manaudou. Nina acab¨® quinta. ?Y a ella le supo a gloria!.
"?Medallas?", reflexion¨® s¨®lo unos minutos m¨¢s tarde. "S¨ª. Hablo de ellas porque es lo que la gente quiere escuchar. Tambi¨¦n yo quisiera ganarlas, pero ahora mismo el quinto puesto me parece muy bueno, aunque creo que pod¨ªa haber mejorado mi tiempo". Tal vez pudo arriesgar m¨¢s. Nina se lanz¨® bien en la salida, pero en el primer parcial era la ¨²ltima en dar el giro (30,3 segundos). "Tal vez fui demasiado lenta all¨ª; demasiado conservadora. Mi tiempo deber¨ªa haber sido de 29,8 o 29,9. Y tal vez las cosas hubieran cambiado". Pero no mucho. Los 100 metros espalda es una prueba que a los 27 a?os le est¨¢ pesando ya demasiado a Yivanevskaia. No es que se prepare mal, o que no se entregue a fondo en los entrenamientos. Ocurre simplemente que sus rivales son ahora m¨¢s altas y m¨¢s j¨®venes y que todas han aprendido una t¨¦cnica tan depurada que les permite dar algunas sorpresas, como la plata que ayer consigui¨® Coventry.
Cuando todo acab¨®, Nina se sinti¨® liberada. Desde que se clasific¨® para la final, hab¨ªa tenido que aplicarse terapias psicol¨®gicas para quitarse de la cabeza aquel ¨²nico pensamiento. "Siempre la sent¨ªa ah¨ª", confiesa. "Era imposible pensar en otra cosa: la final, la final. Intent¨¦ liberarme, viendo pel¨ªculas, yendo a comer. Y ahora, me siento mucho mejor que antes de la carrera. Llega un momento en que ya no lo soportas m¨¢s. Que sea el quinto puesto o el primero, pero s¨®lo piensas en acabar".
Para Nina Yivanevskaia no es agradable saber que ya no cuenta para el podio en una prueba que le dio la mayor gloria de su carrera profesional: el bronce en Sidney 2000. Fue la misma medalla que se colg¨® tambi¨¦n en los 100 metros espalda en el Europeo de Madrid, el pasado mes de mayo. Hace mucho tiempo que Nina es el ¨²nico referente de la nataci¨®n espa?ola, la ¨²nica que sube al podio en las grandes citas -a la espera de lo que pueda ofrecer Erika Villa¨¦cija, que en Madrid se colg¨® el oro en los 800 metros- y la ¨²nica que, desde hace muchos a?os, ha conseguido ganar una medalla en un Mundial, como hizo en Barcelona en los 50 metros espalda en 2003.
"Claro", confiesa, "?qu¨¦ voy a responder, cuando la gente me ve por la calle y me dice si voy a ganar la medalla? La federaci¨®n siempre espera metales. Y yo ya s¨¦ que cuando las gano me apoya todo el mundo y cuando no las logro, todo son problemas. La reacci¨®n de la federaci¨®n me da lo mismo. Estoy preparada para todo. Pero la gente que entiende de esto sabe que subir al podio es muy dif¨ªcil. Y si no lo entienden peor para ellos, yo hago mi trabajo lo mejor que puedo".
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