Defender y contraatacar
El equipo de Argil¨¦s gana a Rusia y se asegura la clasificaci¨®n para los cuartos de final
A medida que el torneo ol¨ªmpico de balonmano va a llegando a sus fases determinantes, el equipo espa?ol va consolidando su juego. Comenz¨® titubeante y con dudas en su debut contra Corea, pero fue encontrando el ritmo ya en el segundo encuentro ante Islandia y ayer mostr¨® frente a Rusia una imagen de solvencia y determinaci¨®n casi desconocida en los ¨²ltimos campeonatos internacionales. Espa?a gan¨® a Rusia por 29-26 y se asegur¨® la clasificaci¨®n para los cuartos de final, a falta a¨²n de dos partidos, contra Eslovenia y Croacia. Sin embargo, m¨¢s importante incluso que el resultado fue el hecho de que, por fin, el equipo de C¨¦sar Argil¨¦s dio una imagen de equipo, de uni¨®n y de motivaci¨®n que les llev¨® a la victoria.
ESPA?A 29 - RUSIA 26
Espa?a: Barrufet; Entrerr¨ªos (5), Hern¨¢ndez (5), Juancho P¨¦rez, Col¨®n (1), Juan¨ªn (2) y Romero (3). Tambi¨¦n: Urios (1), Dujshebaev (2), Garralda (1), Lozano (3), O,Callaghan (1) y Ortega (5, 1p),
Rusia: Lavrov; Ivanov (3), Krivoshlykov (2), Tuchkin (4), Torgovanov (4), Rastvortsev (6) y Kochkarov (3, 2p). Tambi¨¦n: Kuleshov (2), Gorpichin, Chipurin (2) y Pogarelov.
Marcador: 2-3, 4-6, 7-9, 8-9, 10-10, 11-11, 14-12, 18-16, 19-19, 21-22, 23-23 29-26.
?rbitros: D. Nachevski y M. Nachevski. Excluyeron a Urios, Col¨®n, Garralda, Chipurin, Torgovanov y Gorpichin, Juancho P. (2) y Kokcharov (3).
Pabell¨®n Faliro. Unos 2.000 espectadores.
No fue un partido f¨¢cil. Aunque Rusia es un equipo lleno de veteranos que est¨¢n ya en la parte final de sus respectivas carreras, sigue manteniendo una apreciable calidad. La mayor parte de sus jugadores est¨¢n instalados en las ligas m¨¢s potentes del continente europeo: o en Alemania, o en Eslovenia o en Espa?a. Y, tal como demostraron ayer, son capaces de ganar a cualquier equipo si se les deja espacio en la l¨ªnea de lanzamiento. Justamento eso fue lo que ocurri¨® al principio, cuando los grances lanzadores Tuchkin (de 40 a?os) y Rastvorsev encontraban buenas posiciones de tiro y consegu¨ªan situar a Rusia por delante (2-5).
Sin embargo, C¨¦sar Argil¨¦s reaccion¨® r¨¢pido esta vez y realiz¨® un cambio defensivo, llevando a los dos laterales hasta los nueve metros y desarticulando las l¨ªneas de circulaci¨®n de los rusos. Fue un cambio fundamental. Pero ayer, m¨¢s crucial que todo eso fue la actuaci¨®n del portero Barrufet, que no s¨®lo desquici¨® a algunos de los lanzadores rusos sino que fue la base en la que se asent¨® la defensa espa?ola. Porque la principal mejora que present¨® Espa?a en relaci¨®n a sus dos partidos anteriores fue una mejora sustancial de la defensa.Este valor hist¨®rico de la selecci¨®n va recuper¨¢ndose y permite desarrollar otro factor que ha sido clave en todos los grandes ¨¦xitos del equipo espa?ol: el contraataque. Ayer la mayor parte de los goles llegaron con balones robados que llegaron velozmente a los extremos en primera oleada. Contra eso, los rusos nada pudieron oponer. Y especialmente a partir de la segunda parte, cuando el cansancio comenz¨® ya a pesar en sus piernas.
Argil¨¦s estuvo h¨¢bil durante todo el partido. Cambi¨® la defensa cuando deb¨ªa. Y sent¨® a Duisheb¨¢ev al comienzo de la segunda parte, despu¨¦s de que hubiera marcado un gol, y de contraataque, en seis lanzamientos. Lavrov, el portero ruso de 42 a?os, consigi¨® desequilibrarle. Y ah¨ª, surgi¨® la figura de Alberto Entrerr¨ªos, que dirigi¨® al equipo, de Lozano, que tuvo una buena actuaci¨®n en ataque, de Iker Romero, y de Carlos Ortega y Juan¨ªn, magistrales en el contragolpe.
Pero toda su elogiable tarea pudo irse al traste, porque Espa?a sufri¨® uno de sus habituales bajones de concentraci¨®n. Cuando Rusia parec¨ªa ya batida, permiti¨® que se levantara (21-23). Sin embargo, esta vez no cundi¨® el p¨¢nico. Duisheb¨¢ev ya hab¨ªa vuelto a la pista y anot¨® un gol decisivo (25-24) que rompi¨® a Lavrov y levant¨® la moral de sus compa?eros. Ah¨ª acab¨® el partido. Ah¨ª naci¨® la esperanza espa?ola. Ah¨ª se logr¨® la clasificaci¨®n para cuartos de final y comenz¨® un sue?o que no est¨¢ claro d¨®nde puede culminar.
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