Cruel derrota en el mejor partido
Alemania aparta a Espa?a de las semifinales tras un intenso encuentro con dos pr¨®rrogas y penaltis
El final no pudo ser m¨¢s pat¨¦tico. Pero al mismo tiempo m¨¢s brillante. Espa?a perdi¨® ante Alemania en los cuartos de final, tras disputar el mejor partido de este campeonato. Nadie puede cuestionar ni la entrega, ni la calidad del equipo espa?ol. Sin embargo, fue tr¨¢gico perder de la forma como Espa?a perdi¨®, en los penaltis. Tras un final de infarto y dos pr¨®rrogas, Alemania se adjudic¨® la victoria por innanici¨®n del equipo espa?ol. Barrufet, siguiendo en su l¨ªnea de todo el partido, par¨® tres penalties. Pero ni siquiera eso fue suficiente, porque los cuatro jugadores espa?oles que lanzaron fueron incapaces de marcar un gol.
"Si no se marca en los penalties es imposible ganar", se?al¨® David Barrufet, el h¨¦roe indiscutible del partido y el hombre que permiti¨® a Espa?a no s¨®lo llegar al final del encuentro con empate a 27, sino concluir las dos pr¨®rrogas con empates a 28 y a 30. Barrufet realiz¨® 27 paradas durante los sesenta minutos del partido, y lleg¨® a desquiciar a los lanzadores alemanes, que no sab¨ªan ya por d¨®nde atacarle. Fue b¨¢sicamente gracias a ¨¦l que Espa?a pudo levantar los tres goles de ventaja que los alemanes adquirieron ya en los primeros compases del partido (3-6) y que, luego, pudo ir por delante en muchas partes del choque siempre con ventajas m¨ªnimas.
ALEMANIA 32 - ESPA?A 30
Alemania: Fritz, Kretzschmar (2), Schwarzer (9), Zerbe (4), Baur (3), Sthepan (9, 5p) y Kehrmann (4). Tambi¨¦n: Ramota, Dragunski, Immel, Peterssen, Von Behren, Zeitz y Jansen (1).
Espa?a: Barrufet, Entrerr¨ªos (1), Garralda (3), Hern¨¢ndez (2), Juancho P¨¦rez, Col¨®n (2) y Juan Garc¨ªa (7, 2p). Tambi¨¦n: Hombrados, O?Callaghan, Belaustegui (2), Dujshebaev (5), Lozano, Romero (6, 1p) y Urios (2).
Marcador cada cinco minutos: 1-1, 6-4, 8-8, 12-10, 13-12, 15-16 (descanso); 18-16, 20-20, 21-22, 24-23, 25-25, 27-27 (final).
Primera pr¨®rroga: 27-27 (final primer tiempo); 28-28 (final primera pr¨®rroga).
Segunda pr¨®rroga: 28-30 (final primer tiempo), 30-30 (final segunda pr¨®rroga).
Penaltis: Kretzschmar (para Barrufet), Hern¨¢ndez (para Fritz), Kehrmann (para Barrufet), Balaustegui (para Fritz), Jansen (gol), Juan¨ªn Garc¨ªa (para Fritz), Baur (para Barrufet), O,Callaghan (lanzamiento al palo) y Sthepan (gol).
Arbitros: Arnaldsson y Vidarsson. Excluyeron por dos minutos a los alemanes Krtzschmar, Petersen y Stephan y a los espa?oles Belaustegui, Lozano y Romero.
Pabell¨®n de Faliro. Unos 6.400 espectadores. Alemania se clasific¨® para las semifinales.
Espa?a fall¨® todos los lanzamientos en la tanda de penaltis. Fue desesperante e incongruente
Sin embargo, su actuaci¨®n no hubiera sido posible si el resto del equipo no se hubiera entregado de la forma en que lo hizo. E incluso, si C¨¦sar Argil¨¦s, el seleccionador, no hubiera reaccionado con rapidez cuando las cosas se empezaban a complicar. Fue un acierto suyo sentar a Mateo Garralda y a Alberto Entrerr¨ªos, cuando al principio del partido estaban hundiendo a la selecci¨®n con unos lanzamientos precipitados que no llevaban a otra parte que a la derrota. Y acert¨® de nuevo al mantener a Duisheb¨¢ev como director del equipo a pesar de que el central espa?ol atraves¨® fases de m¨ªnima eficacia en el lanzamiento.
Tambi¨¦n acert¨® en el planteamiento defensivo. Espa?a realiz¨® la mejor defensa que se le ha visto en Atenas, con una solidez y una movilidad que ayud¨® a que Barrufet pudiera lucirse, porque a los alemanes les cost¨® encontrar buenas situaciones de lanzamiento antes de ser sancionados con pasivos. El ¨²nico reproche defensivo fue que tal vez pudieron cerrar mejor los canales de conexi¨®n entre Baur y el pivot ex azulgrana Schwarzer (9 goles). Sin embargo, Espa?a no perdi¨® la compostura defensiva ni siquiera en los momentos clave, cuando el marcador se acercaba al final del partido y de las pr¨®rrogas, con el marcador en empate y el bal¨®n en poder de los rivales.
En ataque hubo precipitaciones y lanzamientos sin condiciones. Pero muchos menos que en otros partidos. Fue edificante ver a Garralda y a Entrerr¨ªos jugar el bal¨®n buscando al compa?ero cuando no ten¨ªan buena posici¨®n para el tiro. Pero eso no ocurri¨® siempre. Al final, en la pr¨®rroga, fueron ellos quienes m¨¢s acusaron la presi¨®n y no lograron marcar ni un gol en seis lanzamientos. En realidad la efectividad baj¨® en picado en aquellos momentos, puesto que de 14 lanzamientos Espa?a marc¨® 3 goles. Claro que entonces el cansancio de los dos equipos era tan brutal, que los alemanes no supieron aprovecharse de ello.
Con estas premisas se lleg¨® a los penalties. La presi¨®n era brutal y el cansancio acumulado tambi¨¦n. Los jugadores de ambos equipos cogidos por los hombros formaban dos l¨ªneas de uni¨®n y tensi¨®n. Todo les un¨ªa. Eran rivales, pero hab¨ªan luchado hasta la extenuaci¨®n y esperaban recoger el premio. Comenz¨® a lanzar Alemania y Barrufet par¨®. Y as¨ª hasta tres veces. Pero cuando lanzaron los espa?oles, toparon tambi¨¦n con otro gran portero: Fritz, que hab¨ªa parado ya m¨¢s de 20 balones en el partido. Y los fallaron todos. Fue la imagen de la impotencia, del desespero, de la incongruencia. Parec¨ªa imposible. Pero fue el adi¨®s.
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