Todos somos rehenes
Por vez primera, dos personas, los periodistas franceses Christian Chesnot y Georges Malbrunot, han sido secuestradas en Irak con pretextos que no tienen que ver con la situaci¨®n local ni con la presencia de tropas de su pa¨ªs. El Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Irak, que se ha atribuido el secuestro, ha exigido la retirada en 48 horas -plazo que expiraba anoche, aunque fue ampliado 24 horas- de la ley que prohibir¨¢ a partir del jueves llevar velo isl¨¢mico y otros "signos religiosos ostensibles" en la escuela p¨²blica francesa. En realidad, se trata de un subterfugio. El secuestro se produjo una semana antes de esta demanda y de que volvieran las manifestaciones en Francia contra esta ley. Pero indica que estos grupos, vinculados o no a Al Qaeda, est¨¢n bien informados e intentan apelar globalmente a los musulmanes del mundo.
No lo han conseguido. El chantaje a un Estado democr¨¢tico como la Rep¨²blica Francesa ha sido no s¨®lo rechazado, como no pod¨ªa ser de otra forma, por el presidente Chirac y su Gobierno, sino por toda la clase pol¨ªtica y, muy significativamente, por los representantes de la comunidad isl¨¢mica en Francia a pesar de su oposici¨®n a la ley. Independientemente del apoyo o la oposici¨®n a la ley del velo, el jaque desde Irak a Francia ha producido una ola de solidaridad y movilizaci¨®n entre todos los que viven en este pa¨ªs, en el resto de Europa y en buena parte del mundo.
Desde Arafat al secretario general de la Liga ?rabe o el partido islamista marroqu¨ª Unificaci¨®n y Reforma, entre otros, han condenado el secuestro. Par¨ªs se ha lanzado a una iniciativa diplom¨¢tica para evitar -puede presionar, pero no negociar- el asesinato de dos de sus ciudadanos por un grupo que act¨²a en el tri¨¢ngulo sun¨ª en Irak y ha demostrado que cumple sus amenazas. Asesin¨® al periodista italiano Enzo Baldoni y a otros extranjeros en Irak, cuyos degollamientos en esa plaza p¨²blica que han encontrado en Internet est¨¢n dirigidos a provocar horror. Quiz¨¢s se sintiera reforzado al haber logrado este verano que Filipinas se comprometiera a retirar su tropas tras poner en libertad a un filipino secuestrado. Pero deber¨ªan saber que una democracia como Francia no podr¨ªa ceder ante un chantaje de este tipo. Las leyes las aprueba el Parlamento en el pleno ejercicio de su soberan¨ªa.
Francia pudo creerse a salvo de este tipo de acciones con su oposici¨®n a la guerra de Irak y su negativa a enviar tropas. Pero algunos islamistas recordaban ayer que Francia participa activamente en la lucha contra Al Qaeda en Afganist¨¢n. En todo caso, lo ocurrido pone de manifiesto que, pese al pecado de origen de la situaci¨®n en Irak, sus consecuencias nos afectan ya a todos. Poco importa la nacionalidad; todos somos rehenes.
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