India toma la delantera

Cuando el nuevo ministro indio de Econom¨ªa, Chidambaram, present¨® el Presupuesto para el ejercicio 2004-2005 dio un golpe decisivo a la pobreza. India es un pa¨ªs en movimiento, con un r¨¢pido crecimiento econ¨®mico y un deslumbrante dinamismo en el sector de la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n. Pero en ese pa¨ªs residen tambi¨¦n 300 millones de las personas m¨¢s pobres del mundo. En las elecciones celebradas el pasado marzo, el electorado rural indio ech¨® a la coalici¨®n gobernante. La lecci¨®n estaba clara: hay que ocuparse de la pobreza rural.

El nuevo Gobierno ha escuchado y ha presentado un programa asombroso por sus repercusiones, para India y para el mundo en desarrollo. El nuevo Gobierno est¨¢ dirigido por un "equipo ideal" para el desarrollo internacional. El primer ministro, Manmohan Singh, es uno de los principales economistas del mundo especializados en desarrollo.

"Los pa¨ªses que ayuden a India se aseguran de que ese pa¨ªs ser¨¢ un socio pr¨®spero, democr¨¢tico y estable en las pr¨®ximas d¨¦cadas"

El Presupuesto presentado por Chidambaram para 2004-2005 es una brillante lecci¨®n de econom¨ªa del desarrollo: muestra c¨®mo combinar un programa de avance r¨¢pido hacia las reformas de mercado con una atenci¨®n urgentemente necesaria a la pobreza. En resumen, es un modelo para todos los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.

El elemento fundamental de este presupuesto es la aceptaci¨®n de que para reducir la pobreza hacen falta un crecimiento econ¨®mico r¨¢pido e inversiones destinadas a los m¨¢s pobres de los pobres. El crecimiento econ¨®mico r¨¢pido debe basarse en el sector privado, incluida la inversi¨®n exterior directa. Por consiguiente, el presupuesto respalda ¨¢reas cr¨ªticas de la reforma de mercado y el fomento del crecimiento, incluidas medidas destinadas a dar mayor profundidad al sector financiero, a promover las exportaciones y a liberalizar la inversi¨®n exterior directa.

Sin embargo, la clave est¨¢ en que el presupuesto no se basa simplemente en la teor¨ªa econ¨®mica del "efecto arrastre" para aumentar los niveles de vida. El segundo pilar en la reducci¨®n de la pobreza son las inversiones centradas en los pobres, especialmente en los pobres rurales. Este planteamiento compromete al Gobierno nacional y a los gobiernos estatales a garantizar que todos los indios, incluidos los m¨¢s pobres, tengan acceso a inversiones sociales b¨¢sicas, como la sanidad, la nutrici¨®n y la escolarizaci¨®n; a una infraestructura b¨¢sica, como electricidad, tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y de las comunicaciones y agua potable, y a subvenciones para modernizar la agricultura. En los pr¨®ximos a?os se deber¨¢ mejorar la situaci¨®n de todas las aldeas, proporcion¨¢ndoles las herramientas b¨¢sicas para que su econom¨ªa sea productiva.

Es un reto de enormes dimensiones. Se calcula que hay 600.000 aldeas en este vasto pa¨ªs con 1.000 millones de habitantes. Las aldeas situadas lejos de los puertos y de las ciudades importantes tienden a ser m¨¢s pobres y a estar menos fortalecidas por el reciente crecimiento econ¨®mico. El Gobierno propone equipar a estas aldeas con la estructura y los servicios b¨¢sicos que necesitan para el despegue de su econom¨ªa. Sus programas no son meras promesas populistas. El Presupuesto exige la creaci¨®n de un impuesto sobre la renta complementario para ayudar a financiar el aumento de los gastos sociales. La lecci¨®n que deben extraer otros pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo es que el gasto en sanidad, educaci¨®n, agua potable, electricidad y otras cosas por el estilo para los pobres no es un simple capricho, sino una inversi¨®n seria y productiva.

Puede que el educar a un ni?o resulte caro, pero para una sociedad sale mucho m¨¢s caro dejar a un ni?o sin educaci¨®n. Los ni?os sin educaci¨®n ser¨¢n una carga para su sociedad durante d¨¦cadas. Es mucho m¨¢s sensato gastar un poco m¨¢s de dinero ahora por unos cuantos a?os de escolarizaci¨®n, que enfrentarse a d¨¦cadas de costes sociales debidos a la cantidad de trabajadores sin preparaci¨®n.

El mundo rico no deber¨ªa ser mezquino en su ayuda a India. Proporcionando ahora unos cuantos miles de millones de d¨®lares anuales de asistencia, el mundo donante se asegura de que India ser¨¢ un socio pr¨®spero, democr¨¢tico y estable en las pr¨®ximas d¨¦cadas. En otras palabras, es hora de que los donantes se decidan a ayudar a pa¨ªses pobres, pero dispuestos a establecer reformas como India, y, de manera incluso m¨¢s urgente, a los pa¨ªses africanos que se esfuerzan igualmente por alcanzar el desarrollo econ¨®mico.