Del Instituto Anat¨®mico

Como consecuencia de unas declaraciones realizadas por Carmen Baladia Olmedo, directora del Instituto Anat¨®mico Forense de Madrid (IAF), el pasado 26 de agosto al peri¨®dico que usted dirige, quiero puntualizar lo siguiente. En dichas declaraciones la doctora Baladia asegura: "Cuando hay cad¨¢veres en los pasillos del IAF se debe a que tres afiliados a CC OO se niegan a meterlos en una c¨¢mara especial que llamamos de grandes cat¨¢strofes". Contin¨²a Carmen Baladia calificando de recurrente la denuncia de CC OO y asegura: "Cada cierto tiempo emiten un comunicado. Es cierto que algunos materiales est¨¢n obsoletos, pero ya hemos puesto los medios para renovarlos". No s¨¦ qu¨¦ motivos impulsan a la doctora Baladia a realizar estas declaraciones, cuando el mismo consejero de Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Alfredo Prada, en declaraciones a los medios, reconoce y asume los problemas.

Pero la opini¨®n p¨²blica debe conocer que lo que la doctora Baladia llama c¨¢mara de grandes cat¨¢strofes es una sala di¨¢fana plagada de virus y bacterias con cad¨¢veres y restos en su interior que llevan largo tiempo esperando para ser inhumados o incinerados, y que cada vez que se abre la puerta dejan un hedor insoportable en los pasillos. Y que ha motivado continuas quejas de los trabajadores que realizan su trabajo en zonas pr¨®ximas. En una inspecci¨®n realizada por Prevenci¨®n de Riesgos Laborales aconsejan la no utilizaci¨®n de esta c¨¢mara y su transformaci¨®n, con m¨®dulos y puertas independientes como las ya existentes en el IAF. La doctora, como m¨¦dico, deber¨ªa ser quien nos prohibiese la entrada en esa c¨¢mara que pone en peligro la salud de los trabajadores y trabajadoras.

En lo que respecta a los medios materiales, la doctora Baladia asegura que efectivamente est¨¢n obsoletos, pero que "ya se han puesto los medios para renovarlos". No s¨¦ a qu¨¦ se refiere la directora; desde hace un a?o, en que se denunciaron por primera vez estas deficiencias, en la sala de autopsias siguen cuatro mesas inutilizadas y en las otras dos no funcionan los aspiradores ni los trituradores. Una de ellas, adem¨¢s, se encuentra atrancada y con el sif¨®n roto. Como medida se ha sujetado con cinta adhesiva y se ha atado con hilo de suturar cad¨¢veres, toda una obra de artesan¨ªa. Ello conlleva que, durante la realizaci¨®n de las autopsias, por este sif¨®n se vierta al suelo toda una gama de sangre y fluidos corporales de los cad¨¢veres, que en muchos casos est¨¢n infectados de sida, hepatitis, tuberculosis u otras enfermedades.

Pero esto parece no importarle a la doctora Baladia. Cuando acabamos de realizar las autopsias, eso s¨ª, tenemos derecho a lavarnos pero con agua fr¨ªa, que despeja la mente, porque desde hace un a?o no tenemos agua caliente en la sala de autopsias y en invierno se trabaja a cero grados; cuando, acabada la jornada, nos retiramos al vestuario, pedimos la vez para poder cambiarnos porque tenemos un ¨²nico vestuario para cinco mujeres y 13 hombres con un solo servicio.

El consejero deber¨ªa conocer que, en los dos ¨²ltimos a?os, de una plantilla de 15 personas han fallecido dos por tumores y hepatitis C, un tercero ha estado seis meses hospitalizado con tuberculosis y hepatitis, y otros cinco tenemos anticuerpos de hepatitis B. En estas condiciones se realizan 2.500 autopsias en el Instituto Anat¨®mico Forense de Madrid.