Otra dosis de felices pesadillas

El microrrelato o narraci¨®n hiperbreve cuyo cultivo ha ido ganando terreno en los ¨²ltimos tiempos consiste en un fulgor repentino que concentra en un solo tiempo principio, desarrollo y desenlace de toda una narraci¨®n. El conjunto que cabe casi siempre en una sola p¨¢gina se percibe de un vistazo. Sus posibilidades expresivas lo acercan al poema, a la par¨¢bola y a la f¨¢bula, incluso al aforismo, y en alg¨²n caso evocan las greguer¨ªas de G¨®mez de la Serna. Iwasaki es un notable cultivador del g¨¦nero que en esta extensa y estupenda colecci¨®n recurre a las soluciones mejores para realzar las gracias de cada pieza. Cada palabra, irremplazable por ser la m¨¢s necesaria, adquiere un sentido singular y ¨²nico.

En la apertura del libro, en compa?¨ªa de citas de Poe, Lovecraft y Borges, se?eros maestros, figuran unas palabras que todo dentista pronuncia varias veces al d¨ªa "y ahora, abra la boca" que el contexto las convierte en palabras terror¨ªficas. Efectivamente, m¨¢s adelante la silla del dentista aparece metamorfoseada en una met¨¢fora de la silla el¨¦ctrica. Con un impecable y calculado lenguaje aleg¨®rico, el dentista se transmuta en un verdugo y los discos, tenazas, pinzas y otros en instrumentos de tortura y la sala de espera en corredor de la muerte, un ritual de tortura al que nos sometemos peri¨®dicamente. Es un ejemplo de lo que se propone Iwasaki, recrear la presencia del terror en la vida cotidiana y dispensar sentidos homenajes a los mitos de la literatura, el c¨®mic y el cine fant¨¢sticos que han alimentado nuestros sue?os, las "felices pesadillas" evocadas en un libro reciente.

Como en una enciclopedia de lo fant¨¢stico, todos los monstruos que alguna vez nos han asustado o maravillado tienen cabida en estas p¨¢ginas: vampiros, magos y ¨¢ngeles, casas encantadas y libros misteriosos. Las referencias a los libros en s¨ª mismos abundan. As¨ª, aparece el lovecraftiano Necronomic¨®n acompa?ado de los ep¨ªtetos habituales que est¨¢n en nuestra memoria lectora. Combinado con la menci¨®n de otros libros y personajes de esa mitolog¨ªa, la adjetivaci¨®n propia de ese ciclo de relatos y el concepto de libro infinito de Borges, sin olvidar las referencias al mundo actual para enraizar la narraci¨®n en la realidad (la librer¨ªa electr¨®nica, la crisis argentina), tenemos como resultado la remembranza po¨¦tica y honda de un universo aut¨®nomo y ¨²nico. Los ni?os son personajes que aparecen en muchos de los relatos. Intervienen en historias en que son v¨ªctimas o verdugos o bien, como tantas veces, tienen un papel ambiguo: invocan al diablo, hablan airados desde su ata¨²d, son cruelmente asesinados o en su inocencia se alegran "por mam¨¢" de haber pedido y conseguido la resurrecci¨®n de la abuela "toda llena de gusanitos". No, decididamente, ¨¦ste no es un libro para lectores con ni?os peque?os como sugiere la contraportada.