Pol¨¦mica entre antrop¨®logos, Clos y arquitectos sobre el modelo urbano

El debate sobre el modelo de ciudad sigue generando controversias en el di¨¢logo Ciudades y ciudadanos del siglo XXI y Espacio Urbano colectivo. Los ponentes convinieron ayer en que la regeneraci¨®n de Barcelona debe servir para que los ciudadanos tengan lugares de encuentro, pero hubo controversia sobre las transformaciones que se han emprendido. La m¨¢s viva, en torno a la densidad y a los efectos de las nuevas urbanizaciones.

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, apost¨® por una ciudad compacta, densa y con actividad, mientras Neil Smith, antrop¨®logo urbano de la City University de Nueva York, advirti¨® de que los nuevos proyectos urban¨ªsticos de Barcelona pueden "expulsar a las clases bajas de sus barrios". En un t¨¦rmino medio se situ¨® el arquitecto Richard Rogers, que se mostr¨® de acuerdo con la filosof¨ªa de Clos y alab¨® las transformaciones, aunque se quej¨® de que Barcelona se haya convertido en "una ciudad para los coches".

Clos pidi¨® que se abra un debate sobre la necesidad de convertir Barcelona en una ciudad densa y compacta. No se trata, razon¨®, de ocupar nuevos espacios, sino de ir transformando los barrios urbanos de forma progresiva. "Hoy s¨®lo hay dos modelos posibles: el de la ciudad mediterr¨¢nea y el de las urbanizaciones, con su caseta i hortet, donde lo que hay en el exterior es s¨®lo ocasional", asegur¨® Clos, que opina que as¨ª se malversa el espacio p¨²blico.

Para algunos ponentes Diagonal Mar presenta otros inconvenientes. "?Qu¨¦ va a pasar con los vecinos del F¨®rum dentro de un mes", se pregunt¨® el antrop¨®logo Neil Smith. A su juicio, el modelo de Barcelona puede seguir la direcci¨®n de otras ciudades, como ?msterdam y Londres, donde las renovaciones urbanas han supuesto el desplazamiento de la poblaci¨®n. "He observado que en los barrios lim¨ªtrofes al F¨®rum han aumentado los precios de los alquileres, lo que supone una amenaza para los vecinos que no pueden costearse estos costes y deben buscarse otro emplazamiento", destac¨®.

Para Smith, el F¨®rum ha sido "la mayor promoci¨®n urbana de los ¨²ltimos a?os en Europa", y deber¨ªa procurar que sus instalaciones sean usadas por toda la poblaci¨®n. Valor¨® que en la construcci¨®n del recinto haya participado sobre todo capital p¨²blico, pero asegur¨® que en otras ciudades europeas luego ceden los espacios a empresas privadas al no poder mantener los costes de mantenimiento y no instalar equipamientos p¨²blicos. "?Qui¨¦n paga el pato? Los ciudadanos, puesto que las administraciones pueden subir los impuestos para llenar el territorio de oficinas en aras de sanear la econom¨ªa de Barcelona", denunci¨®.