Historia tejida con hilos de colores

El d¨ªa que se celebra el mercado es un d¨ªa importante y la cita no se cancelar¨¢ aunque haga mal tiempo. Se charla, se cierran tratos, se vende la producci¨®n y se compra lo necesario. Todos participan: los ind¨ªgenas, vestidos con sus mejores galas; los mestizos, con ropa de faena; los mercaderes for¨¢neos, discretos; los turistas... Los pueblos cambian su ritmo a medida que el comercio se extiende por calles y plazas. El lugar de los coches lo ocupan los puestos. Las rejas de las ventanas sirven para colgar art¨ªculos, las paredes de las casas se convierten en escaparates, y los ¨¢rboles, en pilares de tenderetes. Un espect¨¢culo ¨²nico.

Las mercanc¨ªas suelen estar agrupadas por temas. Y las m¨¢s impresionantes son las telas, que evidencian una larga tradici¨®n. En los pueblos precolombinos mayas e incas, los textiles ten¨ªan una importancia especial; aparte del uso como abrigo, en las telas plasmaban su visi¨®n de la vida y su historia. Los incas no ten¨ªan escritura y dejaban constancia de fechas y acontecimientos en los quipus, entramados de nudos y cuerdas. Los colores, dibujos y calidad del hilado son diferentes en cada regi¨®n.

Pero color aportan tambi¨¦n otros art¨ªculos: desde productos agr¨ªcolas (arroces, ma¨ªces, papas, hortalizas, frutas...) hasta peque?os electrodom¨¦sticos y menaje, ropa de hogar, vestido y calzado, herramientas, hierbas medicinales, juguetes, muebles, artesan¨ªas... El pl¨¢stico y los sint¨¦ticos est¨¢n ganando espacio al barro y la madera, y los jeans deste?idos compiten con las ropas tradicionales.

CHICHICASTENANGO

(GUATEMALA)

- Jueves y domingos. A 144 kil¨®metros de Ciudad de Guatemala.

En Chichicastenango se aprecia la fusi¨®n de las religiones maya y cristiana. Sobre la base de santuarios mayas se construyeron las iglesias enfrentadas de Santo Tom¨¢s y El Calvario. En la primera se encontr¨® el famoso libro Popol Vuh, escrito en maya-quich¨¦ con alfabeto latino, que cuenta la historia y cosmovisi¨®n quich¨¦ desde la creaci¨®n del mundo hasta la conquista espa?ola. En la escalinata de piedra original del templo maya arde siempre el fuego de la vida, del que los ind¨ªgenas toman las brasas para sus incensarios. En el interior de la iglesia, con pocos bancos y grandes espacios cubiertos por velas, flores y telas, los feligreses escuchan al p¨¢rroco cat¨®lico y al sacerdote mayor maya.

En el mercado local destacan los textiles: telas, huipiles (camisas), fajas, listones (cintas largas para recoger el pelo), anacos (faldas), hamacas, mochilas, manteles... Igualmente se encuentran m¨¢scaras de animales (jaguares, cocodrilos), de santos y ¨¢ngeles; cester¨ªa de palma, paja y sisal (agave), y cer¨¢mica (tosca sin barnizar o esmaltada y con dibujos). En las figuras de madera destacan las frutas. Y por ¨²ltimo, joyer¨ªa de plata y jade, cuero y angelitos de cera.

QUIBOR

(VENEZUELA)

- Todos los d¨ªas, los fines de semana hay m¨¢s puestos. A 35 kil¨®metros de Barquisimeto.

Quibor es un pueblo que de ind¨ªgena s¨®lo conserva su nombre, que significa "sembrar y cosechar". Es punto de encuentro de los artesanos de la zona. La especialidad es la madera, aunque tambi¨¦n trabajan vidrio, papel, barro, marionetas, bisuter¨ªa, piedra calcita y textiles. Los colores naturales y las maderas de distintas durezas de los ¨¢rboles caracal¨ª, zapatero, curari, ¨¦bano, cedro, caoba o roble son las estrellas de la zona. Fabrican todo tipo de muebles, objetos ¨²tiles y de decoraci¨®n. A pocos kil¨®metros, en Guadalupe, los artesanos se dedican ¨ªntegramente a la madera. Y en Tintorero trabajan en exclusiva los textiles (son famosas las hamacas).

R?QUIRA

(COLOMBIA)

- Fines de semana. Se sit¨²a a 190 kil¨®metros de Bogot¨¢, muy cerca de Villa de Leyva.

R¨¢quira es un peque?o pueblo repleto de acogedores restaurantes y tiendas con todo tipo de artesan¨ªas y de anticuarios en casas pintadas de alegres colores. Lo m¨¢s importante aqu¨ª es la cer¨¢mica. En una de sus plazas se encuentra una escultura de barro de una mujer sentada en el suelo dando forma a una vasija rodeada de ollas, platos y cuencos.

OTAVALO

(ECUADOR)

- S¨¢bados. A 95 kil¨®metros al norte de Quito.

Los textiles otavalos son conocidos en medio mundo. Ellas visten falda azul marino, camisa blanca bordada, chal azul sobre la cabeza o los hombros y collar de bolitas doradas con much¨ªsimas vueltas. Ellos, camisa y pantal¨®n blancos, poncho azul y trenza a la espalda.Antes, los turistas madrugaban para ver bajar de los cerros a los ind¨ªgenas cargados con los productos para el mercado; ahora, los ind¨ªgenas esperan la llegada de los autobuses cargados de turistas.

PISAC

(PER?)

- Domingos. A 30 kil¨®metros al norte de Cusco.

Al llegar, hay que dejarse llevar por el olor para llegar a un gigantesco horno de le?a donde cuecen pan y unas deliciosas empanadillas de queso. ?Qu¨¦ se compra? Textiles de todo tipo. En cer¨¢mica destacan las reproducciones de vasos incas y figuras er¨®ticas de culturas anteriores a los incas que los vendedores jurar¨¢n que son aut¨¦nticas. Tambi¨¦n se encuentran los famosos toritos de Pucar¨¢, que dan buena suerte y que se ven colocados en los tejados de las casas. Por encima de la ciudad, en las laderas de las monta?as, se pueden visitar espl¨¦ndidos restos incas.

TARABUCO

(BOLIVIA)

- Domingos. A 60 kil¨®metros de Sucre.

Los dise?os tradicionales en las telas de los tarabucos son centrados y sim¨¦tricos. Dividen la pieza en bandas horizontales donde representan personas, animales, fiestas, bailes, labores agr¨ªcolas, bodas, incluso la muerte en peque?as figuras sobre fondo blanco. Las lanas suelen ser de llama, alpaca, oveja y algod¨®n. La de alpaca es liviana, muy caliente e impermeable. Son especialmente originales los sombreros de los ind¨ªgenas. Ellos lucen el antiguo casco colonial espa?ol de cuero con adornos, y ellas, una viserita llena de lentejuelas.