?D¨®nde est¨¢ el l¨ªmite, coraz¨®n?
D¨®nde est¨¢ el l¨ªmite en televisi¨®n? ?Hasta qu¨¦ extremo se puede difamar, inventar rumores, insultar, vejar, humillar, mentir impunemente? La muerte de Carmen Ord¨®?ez parece que ha sobrepasado este verano todos los l¨ªmites imaginables. M¨¢s horas que nunca dedicadas a desmenuzar la vida ¨ªntima de famosos o seudofamosos, m¨¢s informaciones sin contrastar, m¨¢s rumores, insinuaciones, calumnias o invenciones perpetradas por personas que se autoproclaman periodistas, con t¨ªtulo o sin ¨¦l; que se valen de expresiones propias de esta profesi¨®n como exclusiva, fuentes fidedignas, pero a menudo confunden la noticia con el rumor, el debate con la discusi¨®n, lo verdadero con lo veros¨ªmil, y raras veces contrastan la informaci¨®n.
"Estoy desbordado con tanta telebasura. Me he llegado a plantear dejar la profesi¨®n", declara el due?o de Korpa, la mayor agencia del coraz¨®n
"Por un muerto en accidente de tr¨¢fico se pagan s¨®lo 180.000 euros de indemnizaci¨®n. As¨ª que por manchar el honor, la cuant¨ªa es mucho menor"
"El problema de este formato es que tiene que ir cada vez m¨¢s lejos. Y si hay gente que lo ve, les damos m¨¢s basura", se?ala Eduardo Garc¨ªa Matilla, presidente de Corporaci¨®n Multimedia, empresa que se dedica a la medici¨®n de audiencia.
De vez en cuando, alguien recoge el guante de la calumnia y lo lleva a los tribunales. En el programa Aqu¨ª hay tomate, una persona que no se identific¨® ha acusado este verano a un empresario famoso de ser traficante de drogas. El personaje ha interpuesto una denuncia. Pero la sentencia no llegar¨¢ hasta dentro de varios a?os.
"Estoy desbordado con lo que est¨¢ pasando desde hace dos a?os. Me he llegado a plantear dejar esta profesi¨®n". Quien pronuncia estas palabras era amigo ¨ªntimo de Carmen Ord¨®?ez. Se llama ?lvaro Garc¨ªa Pelayo, es due?o de Korpa, la mayor agencia espa?ola dedicada a temas del coraz¨®n, con 130 personas en n¨®mina y 20 a?os de seguimiento, a veces persecuci¨®n, a todo tipo de famosos. Es tambi¨¦n marido y hermano de dos tertulianas habituales en programas del coraz¨®n. Y tiene como socios minoritarios en la empresa Korpa a los productores del programa Aqu¨ª hay tomate, cuyo formato, seg¨²n el propio Garc¨ªa Pelayo, ha batido todos los r¨¦cords de contenidos basura.
Garc¨ªa Pelayo cree que el periodista del coraz¨®n ha de perseguir la informaci¨®n en la calle con todos los medios legales a su alcance, y eso abarca, seg¨²n su criterio, desde el simple ingenio hasta las c¨¢maras ocultas y, por supuesto, las fotos tomadas con zoom a famosos en sus yates, est¨¦n o no desnudos.
Pero es tambi¨¦n el propio Garc¨ªa Pelayo quien cree que la basura en televisi¨®n ha tocado fondo. "Buena parte de la culpa proviene de la inclusi¨®n de no profesionales en televisi¨®n. De gente que no tiene ni idea de periodismo y que suelta lo que le viene en gana con expresiones como 'las malas lenguas dicen', 'se cuenta que' o 'se rumorea que...'. De m¨ª y de mi esposa han llegado a decir en un programa que cuando Carmen Ord¨®?ez muri¨®, llegamos a su casa, la vestimos y la metimos en la ba?era. ?Y ahora qu¨¦ haces? ?Denuncias a quien lo dice para que gane m¨¢s dinero pregonando en m¨¢s programas que se le ha puesto una denuncia? Y encima, cuando llega la sentencia es al cabo de varios a?os y normalmente es por poca cuant¨ªa".
Difamar sale barato en Espa?a. ?sa es la experiencia del abogado Antonio Bernal, quien lleva varios lustros defendiendo a profesionales de la prensa del coraz¨®n y trabaja como abogado para el programa Salsa rosa. "En Espa?a, por un muerto en accidente de tr¨¢fico se pagan 138.000 euros como indemnizaci¨®n. As¨ª que por manchar el honor o quebrantar la intimidad de alguien, la cuant¨ªa es mucho menor. Y adem¨¢s es dif¨ªcil que se llegue a indemnizar. En el sutil equilibrio entre la libertad de expresi¨®n y de informaci¨®n, por un lado, y el derecho al honor y a la intimidad, por otro, los jueces se han ido inclinando casi siempre por lo primero".
La audiencia, al mismo tiempo, se ha ido inclinando por las cr¨®nicas llamadas "del coraz¨®n". Hace s¨®lo tres a?os, el tiempo que TVE, Antena 3 y Tele 5 dedicaban a este tipo de programas era del 10,6%. Este verano creci¨® hasta el 18,5%. La audiencia de estos programas ha pasado del 6,6% al 15%, seg¨²n datos de Corporaci¨®n Multimedia. Mientras en TVE s¨®lo ocupan un 9,7% del tiempo de emisi¨®n, en Antena 3 abarcan el 16,7%, y en Tele 5, el 28,9%.
"La clave es que son programas muy baratos", indica un experto de televisi¨®n que prefiere mantenerse en el anonimato, "porque un Salsa rosa no cuesta m¨¢s de 240.000 euros, y una serie de las de m¨¢s ¨¦xito te sale por m¨¢s del doble. Y encima, las declaraciones que hagan en un programa del coraz¨®n te sirven para llenar minutos en otros programas de tu misma cadena. Son baratos y muy rentables".
"En misa y repicando"
Tan rentables son, que nadie ha logrado desbancar a Cr¨®nicas marcianas durante siete a?os en el mejor horario de la noche. Ni siquiera los propios accionistas de la cadena, cuando Javier Sard¨¢ arremeti¨® contra ellos en el programa.
Ocurri¨® en julio del a?o pasado. La revista El semanal TV, del Grupo Vocento, accionista de Tele 5, cadena donde se emite Cr¨®nicas marcianas, elabor¨® un reportaje preguntando a 11 cr¨ªticos de televisi¨®n cu¨¢les eran para ellos los programas m¨¢s ilustrativos del g¨¦nero telebasura. Cr¨®nicas marcianas quedaba el cuarto, inmediatamente por delante de Aqu¨ª hay tomate y de Gran Hermano, todos ellos de Tele 5. Desde el plat¨® de Cr¨®nicas marcianas y entre los aplausos del p¨²blico, Sard¨¢ acus¨® a los accionistas de Vocento de "hip¨®critas" y de querer estar "en misa y repicando", los invit¨® a que devolvieran "el dinero ganado con la telebasura" y declar¨®: "Si tanto les molesta, que den ese dinero a una ONG".
Ninguna cr¨ªtica ha frenado la carrera de las cadenas privadas en su lucha por la audiencia. En mayo del a?o pasado, el entonces presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, declar¨® durante una entrevista con Luis del Olmo: "En televisi¨®n se ven a diario espect¨¢culos de gente que no se sabe qui¨¦n es, de d¨®nde ha salido, contando miserias, insult¨¢ndose de la manera m¨¢s descarnada, aireando todo tipo de intimidades". "Soy partidario, probablemente m¨¢s que nadie, de la libre competencia entre los medios de comunicaci¨®n, pero todo tiene sus l¨ªmites".
?Cu¨¢les son los l¨ªmites?
Para Joan Ramon Mainat, productor ejecutivo de Cr¨®nicas marcianas, el l¨ªmite en televisi¨®n est¨¢ muy claro: la ley. S¨®lo la ley.
A pesar de eso, Mainat y sus socios decidieron imponerse el a?o pasado un l¨ªmite que no ven¨ªa marcado por la ley. Los insultos entre los colaboradores del programa arreciaron de tal forma que la direcci¨®n los oblig¨® a firmar un contrato en el que asum¨ªan que en caso de proferir alg¨²n insulto, ese d¨ªa no cobrar¨ªan. Mainat no quiere decir cu¨¢ntas veces se ha dejado a alguien sin cobrar. Aclara, eso s¨ª, que el mayor n¨²mero de insultos proviene de las p¨¢ginas de los peri¨®dicos dedicadas a criticar a la televisi¨®n que insulta.
"El l¨ªmite lo marca la ley", sostiene tambi¨¦n el director de uno de los programas del coraz¨®n de m¨¢s ¨¦xito. "Pero el problema es que la ley no es siempre lo suficientemente clara. Y la materia prima con la que trabajamos nosotros es m¨¢s dif¨ªcil de legislar".
Dicho periodista no tiene ning¨²n problema en dar su nombre, pero la cadena privada para la que trabaja no quiere hablar de sus programas de "coraz¨®n". Ni Antena 3 ni Tele 5, contactadas por este peri¨®dico, desean hablar de la cuesti¨®n.
La ley, entonces. Pedro Farr¨¦ L¨®pez, letrado de la Sociedad General de Autores Espa?oles, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Nebrija, cree que las personas que se ven atacadas directamente dan el tema por perdido. "Porque los juicios en Espa?a son muy largos. Por vulneraci¨®n del derecho al honor, desde que se dicta la primera sentencia en un juzgado de guardia hasta que se hace firme por el Supremo o el Constitucional pueden pasar diez a?os".
Farr¨¦ propone que se fortalezca la figura jur¨ªdica del derecho de rectificaci¨®n para reparar el honor vulnerado, algo que, seg¨²n Farr¨¦, se ejerce con mucha normalidad en las televisiones de Alemania, Francia y el Reino Unido.
Pero hay quien a¨²n sugiere m¨¢s medidas. "La ley deber¨ªa actuar con prontitud. Pero deber¨ªa haber un sistema de autocontrol de las televisiones. Y luego, un ¨®rgano de defensa, un Consejo de lo Audiovisual, formado por organismos de la sociedad independientes, que pueda presentar a la sociedad un informe para que pueda quitarles audiencia o anunciantes a este tipo de programas", se?ala Eduardo Garc¨ªa Matilla, presidente de Corporaci¨®n Multimedia.
Joan Ram¨®n Mainat, productor de Cr¨®nicas marcianas, se muestra en contra de ese Consejo de lo Audiovisual, cuya posible creaci¨®n est¨¢ estudiando un comit¨¦ de expertos nombrado por el Gobierno. "?Aceptar¨ªan la prensa o el cine un Consejo que regulara sus contenidos? No, s¨®lo se ve con la televisi¨®n y la publicidad".
Fernando Gonz¨¢lez-Urbaneja, presidente de la Asociaci¨®n de la Prensa de Madrid y miembro del comit¨¦ de expertos nombrado por el Gobierno para presentar un proyecto de reforma de los medios p¨²blicos, teme que la ley al final se vuelva contra quienes ejercen el buen periodismo. "Yo no puedo tolerar que derechos constitucionales como el secreto profesional se los apropie un tipo que no respeta las m¨ªnimas normas de rigor del periodismo, de veracidad, diligencia y contraste de fuentes. Pero el problema es que venga una corriente de jurisprudencia restrictiva al derecho de la informaci¨®n por la mala pr¨¢ctica de programas que no tienen nada que ver con la informaci¨®n, aunque a veces haya periodistas all¨ª", indica.
"Lo que no debemos permitir", a?ade el director de Korpa, "es que ocurra como en Francia, que Mitterrand sac¨® una ley s¨®lo para que no se supiera que ten¨ªa una hija a la que no hab¨ªa reconocido p¨²blicamente".
"Yo tengo un gran respeto por la prensa rosa espa?ola. Porque ha tenido reglas del juego. Pero parece que eso est¨¢ cambiando ahora", subraya Urbaneja.
Garc¨ªa Pelayo recuerda los tiempos en que las revistas s¨®lo hablaban de temas agradables de los famosos. "No hab¨ªa af¨¢n de herir. De Lola Flores, por ejemplo, todo el mundo sab¨ªa que ten¨ªa c¨¢ncer, pero como ella no lo dec¨ªa, nadie lo publicaba. Pero todo esto ha cambiado con la basura de los T¨®mbola, Aqu¨ª hay tomate y Cr¨®nicas marcianas".
"No somos amigos de nadie"
"Nosotros no somos amigos de nadie", reconoce el director de uno de los programas rosas de m¨¢s audiencia. "A m¨ª me daba verg¨¹enza cuando antes se contaban cosas del coraz¨®n que no ten¨ªan nada que ver con la realidad. Se pactaba hacer una entrevista de la pareja feliz y, dos meses despu¨¦s, la ruptura. Nosotros hemos levantado ampollas no s¨®lo entre famosos, sino tambi¨¦n entre compa?eros que no trabajaban as¨ª y ven c¨®mo se les est¨¢ acabando el chollo. Alguna vez podemos meter la pata, pero tambi¨¦n ocurre en los peri¨®dicos".
Todos los responsables de programas consultados tienen la convicci¨®n de que la preocupaci¨®n por la supuesta mala calidad de la tele s¨®lo preocupa a una ¨¦lite, no es un problema en s¨ª para los espa?oles.
"Estos programas los ven como mucho tres millones de personas. Y somos al menos cuarenta millones de espa?oles", indica el director de uno de estos programas.
El profesor de Derecho Constitucional Pedro Farr¨¦ cree, sin embargo, que banalizar los temas importantes de una sociedad y vulnerar de forma constante el derecho al honor y a la intimidad de la gente tiene una clara repercusi¨®n en la calidad de nuestro sistema democr¨¢tico.
Roberto Ontiveros, director de Gran Hermano, sostiene que el verdadero problema en este pa¨ªs no es la calidad de los espacios de entretenimiento, sino la vivienda, por ejemplo. "Mucho m¨¢s peligrosos que los programas de televisi¨®n son quienes quieren controlarlos. Con esas cosas se sabe d¨®nde empiezan, pero no d¨®nde acaban".
"Son mucho m¨¢s peligrosos los informativos en los que se manipula claramente a la gente", indica Mainat, productor de Cr¨®nicas marcianas, y en eso coincide tambi¨¦n con el presidente de la Asociaci¨®n de la Prensa en Madrid.
Pero la periodista Mariola Cubells, autora del libro ?M¨ªrame, tonto!, sobre el g¨¦nero de la telebasura, alega: "Cada vez que Mainat dice que hay informativos que manipulan, yo digo: 'S¨ª, vale, algunos informativos manipulan, de acuerdo. ?Y qu¨¦? ?Eso os exonera de lo que hac¨¦is? Eso os da derecho a reiros de gente indefensa e intentar disfrazar bajo un formato blanco toda esta sarta de barbaridades?".
?Hipocres¨ªa del espectador o indefensi¨®n?
EL PRODUCTOR de Cr¨®nicas marcianas, Joan Ramon Mainat, comenta que a veces alg¨²n amigo se le queja en estos t¨¦rminos: "?C¨®mo os pasasteis ayer cuando fulanito hizo esto y menganito lo otro y despu¨¦s ella le dijo tal cosa! Mainat suele decirles: "Parece que lo viste entero, no?".
Mainat asegura que nadie obliga a nadie a ver un canal, y que dejar de ver un programa es tan f¨¢cil como pulsar un bot¨®n. Pero Mariola Cubells, periodista y autora del libro ?M¨ªrame, tonto!, sobre el g¨¦nero de la telebasura, cree que el espectador se ve atrapado en un tela de ara?a: "Esos programas se dise?an para que no puedas apartar la mirada porque van dirigidos a los instintos primarios. Cuando vas por la calle, hay un accidente o una discusi¨®n, te giras a mirar. El espectador es la ¨²ltima cadena, la m¨¢s indefensa, en un eslab¨®n que empieza con los grandes ejecutivos que imponen las modas audiovisuales. Y la moda ahora es la telebasura".
Mainat no acepta ese t¨¦rmino. "Para m¨ª no existe la telebasura hasta que alguien me diga qu¨¦ es exactamente. Ahora, a cualquier programa que a alguien no le gusta se le llama telebasura. Y se pretende dar la imagen de que s¨®lo lo ven gente con poca formaci¨®n. Cuando la realidad es que al cabo de un d¨ªa a uno le da tiempo de hacer muchas cosas que no tienen nada que ver. Uno puede leer EL PA?S por la ma?ana y ver Cr¨®nicas marcianas por la noche".
El presidente de la la Asociaci¨®n de Usuarios de la Comunicaci¨®n, Alejandro Perales, cree, como Mainat, que hay mucha hipocres¨ªa en el espectador cuando asegura sentirse asqueado de tales programas, pero no deja de verlos.
Pero aclara que la oferta que llega a las casas no depende s¨®lo de la supuesta aceptaci¨®n con que los espectadores la acogen. Ni siquiera, seg¨²n Perales, depende de los grandes ejecutivos o de los periodistas que hacen esos programas. Perales considera que la telebasura desaparecer¨¢ en cuanto haya una buena televisi¨®n p¨²blica de calidad, que sirva como referente y en cuanto se abarate y aumenten el n¨²mero de canales digitales. "Siempre habr¨¢ un Cr¨®nicas marcianas, a lo mejor mucho m¨¢s duro que el que hay ahora, pero lo ver¨¢n bastante menos personas. No se depender¨¢ tanto de la publicidad ni del n¨²mero de espectadores que ven un programa".
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