?Descarrila Kerry?
?Ser¨¢ George W. Bush un nuevo presidente tefl¨®n? Su impermeabilidad al error quiz¨¢ no llegue a la del presidente Reagan, a quien as¨ª se calific¨® por su capacidad de atravesar sin menoscabo alguno cualquier circunstancia, pero s¨ª parece que la guerra de Irak no le est¨¢ haciendo el da?o que cab¨ªa prever, y con lo que, sin duda, contaba el candidato dem¨®crata John Kerry.
La candidatura de Bush se refuerza a pesar de que se ha rebasado la frontera de los mil muertos propios en Irak, de las infamantes im¨¢genes sobre las torturas aplicadas en la prisi¨®n de Abu Ghraib, de la cada d¨ªa m¨¢s evidente imprevisi¨®n con la que Estados Unidos se embarc¨® en la contienda, del invisible progreso de la democratizaci¨®n de Irak y del agravamiento del conflicto de Oriente Pr¨®ximo. Que todo ello no da?e las perspectivas de Bush ante las presidenciales de noviembre tiene m¨¢s que ver con las limitaciones del candidato dem¨®crata, John Kerry, que con las cualidades del republicano.
Es, por definici¨®n, dif¨ªcil para cualquier aspirante a la presidencia norteamericana posicionarse en contra de un titular que libra una guerra exterior, porque sus cr¨ªticas pueden ser siempre interpretadas como falta de patriotismo; por ello Kerry trata de hilar fino, dejando claro que apoya a sus soldados, al tiempo que ataca la conducci¨®n de la guerra. Pero en ese terreno, el de defensor de la seguridad del pa¨ªs y debelador de la amenaza terrorista, la iron¨ªa es que el presidente que no fue a Vietnam resulta m¨¢s convincente, belicosa fanfarroner¨ªa incluida, que el que sirvi¨® con alguna distinci¨®n en aquella desdichada guerra.
Hay quien sostiene que Kerry, en vez de tratar de dibujar una l¨ªnea tan sutil como indefinida -s¨ª pero no a la guerra de Irak-, con el agravante de que vot¨® a favor de la acci¨®n militar, pero en contra de la asignaci¨®n de fondos para la misma, deb¨ªa hacer hoy una cr¨ªtica mucho m¨¢s de fondo contra lo que muchos juzgan agresiva postura exterior de Estados Unidos. Pero tampoco est¨¢ claro que eso tenga mucho p¨²blico.
El resultado de todo ello es que, Kerry, el candidato preferido fuera de Estados Unidos, es hoy incapaz de vender a la opini¨®n un programa sobre la guerra, ni, a¨²n peor, sobre la posguerra. Bush, cuya presidencia qued¨® intensamente cincelada por el 11-S, tiene una pol¨ªtica contra el terrorismo: guerra y m¨¢s guerra. Disparatada y nefasta, seg¨²n gran parte de la opini¨®n europea, pero comprensible. Mientras tanto, nadie sabe lo que ofrece Kerry.
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