R¨¢pido, listo y divertido
El goleador Giuly, heredero de Stoichkov, personifica el nuevo estilo del Bar?a
Ludovic Giuly ha entrado en la Liga como un tornado. Tan r¨¢pido como juega, se ha ganado a la afici¨®n y, de broma en broma, al vestuario. Puede que su fichaje fuera mejor recibido por los compa?eros y el cuerpo t¨¦cnico que por la hinchada, por mucho que su rendimiento en la eliminatoria de la pasada Champions ante el Madrid pudiera ser comentado entre el barcelonismo, pero la firma del ex capit¨¢n del M¨®naco llen¨® de alegr¨ªa a la secretar¨ªa t¨¦cnica del club y a Frank Rijkaard: "Era ni m¨¢s ni menos el perfil de jugador que quer¨ªamos" reconoce Pep Costa, uno de los ayudantes de Txiki Beguiristain y que, como Alexanko y Mart¨ªnez Vilaseca, empez¨® a seguirle en octubre de 2003. Ninguno aport¨® un solo informe negativo.
"Quer¨ªa un buen equipo, con hambre de t¨ªtulos, adversarios potentes y campos llenos"
"?Sergi Barju¨¢n? No s¨¦ qui¨¦n es. Le preguntar¨¦ a mi hijo, que conoce m¨¢s futbolistas que yo"
Ajeno a la maldici¨®n que persigue a los jugadores franceses que pasaron por el Camp Nou -Blanc s¨®lo jug¨® un a?o precediendo a Dutruel, Dugarry, Christanval, Petit y Dehu-, Giuly no pierde ni un minuto en comentar la leyenda negra: "Tonter¨ªas", responde el extremo que explica, con la boca llena, que por sus venas corre sangre mestiza: "Mi padre es corso y mi madre pied noir; se apellida Ortega porque su padre era espa?ol", confiesa. "Los corsos son muy diferentes a los franceses y mi madre era hija de espa?oles y se cri¨® en Argelia". ?l, que naci¨® (1976) y creci¨® en los suburbios de Ly¨®n, reconoce en sus antepasados rasgos del car¨¢cter que le permiti¨® abrirse paso en las divisiones inferiores del f¨²tbol franc¨¦s, pese a su peque?a estatura (1,64 y 62 kilos): "Los corsos son peleones y orgullosos; y soy medio corso".
"Es muy listo. Y muy divertido", cuenta Gerard, que le hizo de cicerone durante la pretemporada. "Compart¨ªamos la habitaci¨®n de los mimos", recuerda: "?l no habla ni espa?ol ni ingl¨¦s, y yo no s¨¦ casi nada de franc¨¦s, as¨ª que nos entend¨ªamos por gestos". No resulta extra?o que el centrocampista no le haya visto con un libro en la mano. "S¨®lo he le¨ªdo la biograf¨ªa de Maradona", reconoce Giuly. "Leo los peri¨®dicos deportivos; el resto no me interesa". Eso s¨ª, Gerard, Xavi y Fernando Navarro saben bien de su habilidad en el p¨®ker: "Juega bien", asume Xavi, que ha tenido que echarse a menudo la mano al bolsillo: "Son unos cabrones", se r¨ªe Ludovic, cuando se le pregunta por c¨®mo se manejan sus compa?eros con las cartas.
De hecho, si en el campo se caracteriza por su facilidad para encontrar la espalda del lateral izquierdo por velocidad, en el vestuario ya es famoso por su predisposici¨®n a las bromas: "Es perfecto como compa?ero", explica Ronaldinho. "Facilita mucho el pase y, fuera del campo, te partes de risa con ¨¦l", a?ade el brasile?o, que se maneja en franc¨¦s por sus tiempos en Par¨ªs y siempre le gusta re¨ªrse.
Giuly se?ala a Ronaldinho y Xavi como los grandes culpables de que su irrupci¨®n en el f¨²tbol espa?ol haya sido tan exitosa y productiva: "Es f¨¢cil jugar con futbolistas de tanto talento porque en cada jugada te ponen en ventaja sobre el rival", dice antes de lanzar un mensaje a modo de aviso: "Llevo tres goles en tres partidos , pero no soy un goleador. Mi media es de unos diez tantos".
Por su velocidad y capacidad para enfilar la porter¨ªa con sus diagonales, la afici¨®n aspira a que Giuly se convierta en el heredero de Stoichkov. "Si lleva el 8 es que es bueno", responde el b¨²lgaro. "El que se lo pone, triunfa". Giuly reconoce que lleva el dorsal con orgullo, pues sabe el aprecio de la afici¨®n por Stoichkov y no ignora que Cocu jugaba con el 8 -"un buen futbolista"-, pero asegura que lo pidi¨® porque estaba libre y ya lo llevaba en el M¨®naco. Tampoco a Txiki le gusta demasiado la comparaci¨®n: "Como Hristo, es muy listo en el campo y por su velocidad de arrancada puede parec¨¦rsele, pero son diferentes". A Ferrer, el lateral diestro del dream team, le recuerda m¨¢s al Overmars del Ajax que a su excompa?ero b¨²lgaro: "Para frenarle es mejor dejar que reciba la pelota y te encare porque para ganarle por velocidad tienes que ser muy r¨¢pido".
Giuly est¨¢ contento en Barcelona, aunque su hijo Diego -"quer¨ªa un nombre espa?ol para ¨¦l; en Francia todos los ni?os se llaman Jacques o Pierre"- viva en Ly¨®n, con su ex esposa. Para colmo, se siente muy c¨®modo con las consignas de Rijkaard: "S¨®lo me pide que juegue bien y me limite a hacer lo que s¨¦". As¨ª, convertido en un pu?al, viaja a Madrid para disfrutar de lo que vino buscando cuando fich¨® por el Bar?a: "Un buen equipo, con futbolistas que tengan hambre de t¨ªtulos, rivales potentes y campos llenos", harto como estaba de jugar entre gradas "medio vac¨ªas". Ignora, eso s¨ª, con qui¨¦n se las tendr¨¢ que ver hoy: "?Sergi Barjuan?" se pregunta. "No s¨¦ qui¨¦n es. Prefiero no conocer a los rivales", asegura. "Le preguntar¨¦ a mi hijo; ¨¦l conoce m¨¢s futbolistas que yo". Sentado en el nuevo banquillo del Camp Nou, cierra la frase con una carcajada, coge la pelota y se pierde escaleras abajo, buscando el vestuario donde ya se siente importante. "El bal¨®n", recuerda, "es el eje de nuestro juego". Giuly parece que lleve toda la vida en el Barcelona.
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