Azul gana a rojo

A veces, la historia se repite. A finales de la d¨¦cada de los ochenta, la afici¨®n espa?ola segu¨ªa el Campeonato del Mundo polarizada por sus dos m¨¢ximas figuras presentes en el cuarto de litro, Sito Pons y Joan Garriga. Su rivalidad dentro de la pista y fuera de ella suscitaba enconadas pol¨¦micas entre sus seguidores. Dos personalidades opuestas, dos estilos distintos, dos maneras de pilotar la moto. Quince a?os despu¨¦s parece que las cosas toman un cariz similar con los dos primeros espadas catalanes en 250, Dani Pedrosa y Toni El¨ªas. De nuevo, dos pilotos de excepci¨®n, ambos sobre Honda. El primero es el w¨¹nderkid (chico maravilloso) de la categor¨ªa, tiene como fan declarado al mism¨ªsmo dottore Rossi, y en su primer a?o ya va l¨ªder del Mundial. El segundo, tambi¨¦n revelado como gran promesa en 125, vuelve a estar delante tras resolver sus problemas de estabilidad recuperando el anterior chasis utilizado en su moto.

Si se les analiza en escena puede verse que Dani es la precisi¨®n y la eficiencia personalizadas sobre una moto de carreras. Encoge su escueta osamenta tras el carenado, traza con finura y seguridad, y generalmente no comete un solo error; es fr¨ªo y cerebral -se dice que recuerda a Sito Pons- pero posee el instinto asesino que hace falta para pasar de ser un buen piloto a campe¨®n del mundo. Toni tiene un estilo de pilotaje mucho m¨¢s agresivo, exhuberante incluso. Todo ¨¦l es arrojo y valor, se le ve c¨®modo en la lucha cuerpo a cuerpo, conduce casi como en MotoGP -tambi¨¦n su envergadura le acompa?a- entrando en las curvas de trav¨¦s, frenando a muerte y sin ahorrar en derrapajes.

La rivalidad existente entre ambos se extiende a sus equipos, a sus representantes, a sus familias, hasta rebasar lo estrictamente deportivo. Toni ha vuelto a esgrimir el argumento del peso para justificar su segundo puesto. Pedrosa dice que El¨ªas iba muy r¨¢pido y que "no pesa mucho m¨¢s que yo" (Dani poco m¨¢s de 44 kilos y Toni algo menos de 57). Este insiste que esos 12 kilos de diferencia suponen "10 o 15 metros menos en aceleraci¨®n", un argumento que no se sostiene aplicado a la moto, donde entran en juego factores de mayor peso. La Honda n?26 del sabadellense y la n?24 del manresano son virtualmente id¨¦nticas excepto en cuesti¨®n de reglajes y puesta a punto. La trazada m¨¢s definida de Dani le permite apurar las trayectorias y conservar mejor los neum¨¢ticos que Toni. Sus objetivos sobre la pista tambi¨¦n son distintos. Dani se puede mostrar m¨¢s conservador de cara a acumular puntos, mientras que a Toni s¨®lo le sirve ganar carreras. Los casi cien puntos que le separan de su rival, l¨ªder en la tabla, dejan pr¨¢cticamente fuera de su alcance cualquier opci¨®n al t¨ªtulo. Y hacen de esta pol¨¦mica algo rid¨ªculo.