Una cultura enigm¨¢tica

Los ¨ªberos dieron nombre a un territorio cuyos l¨ªmites ni imaginaron remotamente, pero tambi¨¦n es cierto que los principales rasgos sociales y econ¨®micos de esta cultura incluyen un gran n¨²mero de los pueblos que habitaron el Este y el Sur de la actual Pen¨ªnsula Ib¨¦rica, entre los siglos sexto y primero A. C. La exposici¨®n ?beros: pr¨ªncipes, guerreros y artesanos, que se presenta en una carpa en la plaza de los Fueros de Vitoria, muestra la historia de una sociedad enigm¨¢tica que fue absorbida por el poder pol¨ªtico y cultural de Roma.

El recorrido por esta exposici¨®n, patrocinada por La Caixa, recoge algunos de los hitos arqueol¨®gicos m¨¢s conocidos de los ¨ªberos, como la enigm¨¢tica Dama de Elche o la de Baza (en reproducciones fidedignas a escala natural). Bastan estas referencias y la presentaci¨®n del alfabeto ¨ªbero (curiosamente, se conoce el sonido de las palabras, pero no su significado) para situar al visitante ante una sociedad compleja, avanzada, que mantuvo f¨¦rtiles relaciones con griegos, fenicios y cartagineses, pero que no pudo con el Imperio Romano.

Los restos de los distintos pueblos ¨ªberos se pueden encontrar desde el Languedoc hasta lo que hoy es el Sur de Portugal. En este territorio planificaron n¨²cleos urbanos dotados con importantes fortificaciones, desarrollaron un arte propio y adem¨¢s crearon una fuerte estructura econ¨®mica de bases agr¨ªcola, ganadera y minera. Todo ello en una sociedad muy jerarquizada y con poca preparaci¨®n militar, que supl¨ªan con representaciones m¨ªticas.

La exposici¨®n, did¨¢ctica sobre todo, se abre con una serie de esculturas idealizadas de algunos de los personajes caracter¨ªsticos, como una sacerdotisa, un arist¨®crata, una campesina y un artesano. Una vez que el visitante se ha sumergido en el mundo ¨ªbero, podr¨¢ disfrutar de las maquetas de algunas de los poblados m¨¢s importantes, como Puente Tablas, en Jaen, o Puig Castellar, en Barcelona, o de la reproducci¨®n a tama?o real de una vivienda, construida en adobe y con techumbre plana. El recorrido concluye con los ritos funerarios, fuente de las principales referencias conocidas hoy, las estatuas que se constru¨ªan para homenajear a los difuntos.