Centenares de gays celebran en Chueca el matrimonio entre homosexuales

Chueca estall¨® anoche en una emocionante e inmensa fiesta. Durante unas horas, los vecinos y la Polic¨ªa Municipal hicieron la vista gorda al botell¨®n y la m¨²sica alta en el barrio que los gays y las lesbianas han hecho suyo. Cientos de personas celebraron con m¨²sica, cerveza y discursos la aprobaci¨®n del anteproyecto de ley, que permitir¨¢ el matrimonio de personas del mismo sexo. La fiesta empez¨® a las diez de la noche en la plaza de Chueca. Desde mucho antes las terrazas estaban atiborradas de gente y muchos j¨®venes consum¨ªan minis de cerveza sentados en las esquinas.

Ning¨²n hueco de la plaza qued¨® libre. Familias con ni?os, solitarios, parejas heterosexuales y homosexuales salieron a la calle a festejar el fin de la discriminaci¨®n legal del colectivo de gays y lesbianas. Micr¨®fono en mano, la portavoz del grupo federal de los gays, lesbianas, transexuales y bisexuales del PSOE, Carla Antonelli, dio paso a las distintas intervenciones. Hablaron el presidente del Colectivo de Gays y Lesbianas (Cogam), Arnaldo Gancedo; la portavoz de IU en el Ayuntamiento de Madrid, In¨¦s Saban¨¦s; Pedro Zerolo, responsable de Movimientos Sociales y ONG del PSOE, y Beatriz Gimeno, presidenta de la Federaci¨®n Estatal de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales.

El discurso de Zerolo comenz¨® como lo hab¨ªa hecho tres horas antes en la fiesta dada en la sede del PSOE para celebrar el anteproyecto de ley: "Hoy comienza la cuenta atr¨¢s". "Nuestra lucha es el reconocimiento a la dignidad homosexual", afirm¨® Zerolo, cuyo discurso fue interrumpido varias veces por los aplausos y por los ?bravos! El pol¨ªtico socialista fue caldeando el ambiente con su discurso reivindicativo y termin¨® con tres gritos: "?Viva la libertad!, ?Viva la libertad!, ?Viva la solidaridad!", que hizo estallar la plaza de Chueca en un estruendoso aplauso. Muchos de los presentes ten¨ªan los ojos rojos de la emoci¨®n. Otros, los menos y los m¨¢s j¨®venes, no se hab¨ªan enterado del anteproyecto de ley y ped¨ªan explicaciones en los corrillos. "?Anda, qu¨¦ bien!", gritaba un chaval a sus amigos mientras daba saltitos. "?Nos vamos a ir de boda, todas emperifolladas!", bromeaban otros. El escritor Francisco Ors, de 74 a?os, compart¨ªa la alegr¨ªa con unos amigos. "Yo soy un homosexual de la prehistoria. Voy por libre, no soy asociacionista. De siempre he estado en contra del matrimonio para los gays porque estoy en contra del matrimonio en general, pero ya me van convenciendo", explic¨®, con una rosa roja en la mano.

En otra esquina de la plaza, una pareja de colombianos con la nacionalidad espa?ola reci¨¦n conseguida ten¨ªan dudas de si ellos tambi¨¦n podr¨ªan acogerse a la ley. "Yo s¨¦ que me quiero casar. Me apetece porque te quita de muchos l¨ªos", comentaba William, mientras compart¨ªa cerveza en vaso de pl¨¢stico con su compa?ero Yair. ?ste se mostraba m¨¢s emocionado por el hecho de poder adoptar. "Me apetece poder dejar todo mi dinero a alguien a quien yo he cuidado".

Algunos tambi¨¦n se sent¨ªan como extraterrestres. Muchas vecinas mayores del barrio confundieron la celebraci¨®n con las fiestas que celebra el colectivo gay en Chueca. "?Pero esto no fue ya antes del verano?", comentaban dos mujeres, sentadas en un banco, mientras a su alrededor todo el mundo bailaba, se daba besos en la boca y se hac¨ªa fotos con los tel¨¦fonos m¨®viles.

La fiesta termin¨® en la plaza de Chueca con todo el mundo bailando una de las canciones m¨¢s identificadas con el colectivo homosexual: A qui¨¦n le importa lo que yo haga, de Alaska. Las parejas, agarradas, agitaban el brazo libre al aire. La fiesta se traslad¨® despu¨¦s a los bares del barrio. En la puerta de los locales, un cartel: "Aqu¨ª no discriminamos".