Contrastes zurdos
Fran supera en el campo sus conflictos con el Deportivo y relega a un Luqueque personifica los males del conjunto de Irureta
Algunas de las cosas que m¨¢s amaba Fran se volvieron de s¨²bito contra ¨¦l. La bandera a la que sirvi¨® durante 17 a?os, el Deportivo, despedaz¨® su imagen. En los foros intern¨¢uticos en los que se dirimen las cuestiones de fe blanquiazules restallaban los peores insultos. Una buena parte de Riazor le recibi¨® con abucheos y hasta su esposa tuvo que escuchar alguna barbaridad. Fran estaba hundido en agosto, noqueado por un conflicto econ¨®mico con el club que se convirti¨® casi en un drama para los que le rodean. Y en uno de los peores momentos de su existencia Fran se ha levantado para desmentir los lugares comunes sobre su personalidad. El hombre, el futbolista, acomplejado y sin car¨¢cter, al que tantos acusaban de doblegarse a la primera dificultad, ha reverdecido en las circunstancias m¨¢s aciagas.
En medio de la deriva en la que est¨¢ metido el Depor desde el comienzo del curso, Fran ha sido casi el ¨²nico que no ha perdido el temple. Las pocas veces que se le han encendido las luces al equipo gallego en las ¨²ltimas semanas -algunos minutos en San Mam¨¦s o la primera parte contra el Betis en Riazor- se produjeron con Fran al mando de las operaciones. En dos meses, la afici¨®n ha pasado de silbarle por denunciar al club en reclamaci¨®n de atrasos salariales a arremeter contra el entrenador, Javier Irureta, cuando le sustituye para no exprimir en exceso sus 34 a?os de edad.
Poco dado a confraternizar con sus futbolistas, Irureta se ha esforzado por tratar con mimo el caso de Fran. "Es un gran jugador y una mejor persona", dijo cuando el enfrentamiento con el club estaba en su momento culminante. Con el curso ya iniciado, el entrenador le ofreci¨® un gesto ins¨®lito. Todos los futbolistas del Depor saben de las dificultades de regresar al equipo tras una ausencia por lesi¨®n. Fran, quien se hab¨ªa perdido la pretemporada, tuvo su oportunidad de inmediato, sin apenas preparaci¨®n previa. A Irureta le apremiaban las circunstancias, con un equipo muy da?ado por las bajas, pero su gesto fue inequ¨ªvoco. Contra lo que algunos pudieran pensar, y aunque su relaci¨®n con el club se haya roto por completo, Fran sigue teniendo un puesto en el equipo en la que probablemente ser¨¢ la ¨²ltima campa?a de su carrera.
El renacer de Fran ha tenido un efecto colateral e involuntario sobre el otro atacante zurdo del conjunto. La tristeza de Luque, patente desde hace meses, se acrecienta ahora en el banquillo. Pocos futbolistas como ¨¦l personifican el desplome del Depor. A estas alturas del ejercicio pasado, era un cohete que atravesaba por el costado a todos los rivales. Ahora cuesta trabajo recordar la ¨²ltima vez que desbord¨® a un defensa. En el club, entre los aficionados y en el equipo ha cundido la sensaci¨®n de que no ha levantado cabeza desde que hace meses coquete¨® con el Bar?a, en la misma ¨¦poca en que se vio envuelto en ciertos chismorreos rosas. Su estado de nervios explot¨® el d¨ªa en que se lio a pu?etazos con el bronquista Pandiani, quien le hab¨ªa acusado veladamente de no saber centrar al tiempo que reclamaba la titularidad para su amigo Munitis.
Luque quiere ahora regresar a su origen como delantero centro. "Es la posici¨®n que me gusta, la que me trajo al Depor y en la que podr¨ªa aportar cosas si tuviera minutos", dijo ayer. Salvo sorpresa, hoy, en el Bernab¨¦u, estar¨¢ en el banquillo junto a su amigo Trist¨¢n, convocado por primera vez esta temporada y un caso cl¨ªnico m¨¢s severo que el suyo.
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