De la estrategia de la negociaci¨®n al desbordamiento del Estado
Mikel Albizu Iriarte, Mikel Antza, (San Sebasti¨¢n, 1961) es el dirigente de ETA que m¨¢s tiempo ha estado al frente de la banda terrorista. Desde su aparato pol¨ªtico impuls¨® en los a?os noventa el decisivo cambio que llev¨® a ETA a sustituir la estrategia cl¨¢sica de utilizar la violencia para alcanzar la autodeterminaci¨®n mediante la negociaci¨®n con el Gobierno espa?ol, por otra f¨®rmula. Consist¨ªa ¨¦sta en conseguir el desbordamiento del Estado, usando el terror para romper la unidad de los dem¨®cratas en Euskadi, y avanzar en la "construcci¨®n nacional" mediante un pacto entre los nacionalistas, cuya expresi¨®n, luego frustrada por la ruptura de la tregua, fue el Pacto de Lizarra de septiembre de 1998. En este sentido, Antza ha sido un factor de continuidad y de ruptura entre la vieja ETA de Txomin Iturbe, que muta en 1992 con la ca¨ªda de Bidart, y la nueva ETA del cambio generacional y la kale borroka.
Antza ha sido en ETA un factor de continuidad y de ruptura entre la antigua organizaci¨®n de Txomin Iturbe y la nueva de la 'kale borroka'
Adem¨¢s de su largo mandato como autoridad intelectual de la banda, hay otro dato en su biograf¨ªa que le otorg¨® prestigio interno desde un principio. Prepar¨® y protagoniz¨® la fuga de la c¨¢rcel de Martutene (San Sebasti¨¢n) de Joseba Sarrionaindia y de I?aki Pikabea, que cumpl¨ªan condenas de 22 y 33 a?os respectivamente, escondi¨¦ndoles en el interior de los bafles utilizados en el concierto que dio en la prisi¨®n el cantante Imanol. Corr¨ªa 1985, y Albizu era entonces un escritor que empezaba a despuntar con fuerza en la incipiente galaxia de la cultura vasca, donde hab¨ªa conseguido alg¨²n premio literario. Esta operaci¨®n espectacular, con ciertos tintes rom¨¢nticos -Sarrionaindia era ya entonces un poeta de culto en el mundo euskaldun- fue su bautizo en la clandestinidad en Francia, donde tuvo que refugiarse. Es el ¨²nico episodio de acci¨®n que se conoce del hasta ahora ide¨®logo de la banda.
A las ¨®rdenes de Ternera
Nacido en el seno de una familia donostiarra acomodada y nacionalista -su padre perteneci¨® a Ekin el embri¨®n del que naci¨® ETA a finales de los cincuenta-, Antza lleg¨® a la organizaci¨®n terrorista con un bagaje intelectual que le permiti¨® acceder directamente al aparato pol¨ªtico. Entr¨® a las ¨®rdenes de Jose Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, entonces al frente de ¨¦ste, y de Jos¨¦ Luis Alvarez Santacristina, Txelis, que le sucedi¨® al ser detenido en 1989. En esos primeros a?os, Antza viv¨ªa en Par¨ªs, estudiaba en la Universidad de Nanterre, del mismo modo que Txelis lo hab¨ªa hecho en La Sorbona, y multiplicaba sus contactos con j¨®venes franceses. As¨ª se forj¨® una red de colaboradores que le ha permitido vivir en la clandestinidad casi 20 a?os, escabull¨¦ndose de la vigilancia policial.
La detenci¨®n de los m¨¢ximos dirigentes de ETA en Bidart, en marzo de 1992, entre los que se encontraba Alvarez Santacristina, supuso su acceso a la direcci¨®n pol¨ªtica de ETA, en un momento cr¨ªtico por su extrema debilidad. Mientras la presi¨®n policial consigui¨® detener, en poco m¨¢s de un a?o, a tres jefes militares sucesivos, el aparato pol¨ªtico dirigido por Antza se vio obligado a asumir que ETA no era imbatible, m¨¢s bien al contrario sobreviv¨ªa a duras penas a la ofensiva del Estado. Esta debilidad y la fallida experiencia de las conversaciones de Argel provocaron profundos y tensos debates en el seno de la banda que se cuestion¨® incluso la conveniencia de continuar utilizando la violencia.
Fruto de esta etapa es la nueva estrategia, que sus ide¨®logos denominaron "Alternativa democr¨¢tica", y que la banda hizo p¨²blica en 1995. ETA ha renunciado a la negociaci¨®n con el Estado espa?ol para forzar un acuerdo que considera imposible y ha optado por buscar el pacto entre los nacionalistas para imponer por la v¨ªa de hecho la autodeterminaci¨®n de "Euskal Herria", t¨¦rmino que cobra fuerza con Antza. La forma de poner en pr¨¢ctica esta nueva estrategia est¨¢ contenida en las ponencias Txinaurriak (Hormigas) y Oldartzen (Acometiendo), que consagran la "socializaci¨®n del sufrimiento".
El asesinato del concejal donostiarra del PP Gregorio Ord¨®?ez, en enero de 1996, supone el arranque de esta nueva ETA, dirigida ya con mano firme por la oficina pol¨ªtica de Mikel Antza. Mientras, se intenta desestabilizar al Estado con atentados muy selectivos (Aznar, el Rey, Tom¨¢s y Valiente), en las calles de Euskadi se pone en marcha una pol¨ªtica de agitaci¨®n y presi¨®n que alcanza tambi¨¦n a las sedes de partidos nacionalistas, y el uso intensivo de la kale borroka, ideada ya en tiempos de Alvarez Santacristina, Txelis, pero dirigida m¨¢s a perseguir y amenazar a los partidos no nacionalistas.
El Pacto de Lizarra
Esa ofensiva despiadada, que llega a su cenit con el secuestro y asesinato de Miguel ?ngel Blanco, consigue su objetivo de romper la unidad de los dem¨®cratas, representada en la Mesa de Ajuria Enea. Mikel Antza consigui¨® en enero de 1998 entrevistarse en Bruselas con el entonces eurodiputado del PNV, Josu Jon Imaz, para transmitirle la pretensi¨®n de la banda de negociar un acuerdo entre nacionalistas. Ese mismo verano, los interlocutores de PNV y EA sellaron el pacto que culminar¨ªa en el Pacto de Lizarra. Se pon¨ªan as¨ª los cimientos para la ansiada "construcci¨®n nacional", cuya m¨¢xima expresi¨®n ser¨ªa la posterior constituci¨®n en Pamplona de Udalbiltza, la asamblea de cargos electos nacionalistas que representaba a los siete territorios hist¨®ricos de Euskal Herria a ambos lados de la frontera.
El periodo de tregua fue el momento culminante del liderazgo de Mikel Antza en ETA, al poder ofrecer resultados concretos de sus planteamientos te¨®ricos. Pudo paladearlo en el encuentro secreto mantenido en mayo de 1999 en Z¨²rich con los tres representantes del Gobierno enviados por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar para pulsar las intenciones de la banda. En esa entrevista con Javier Zarzalejos, Ricardo Mart¨ª Flux¨¢ y Pedro Arriola, en la que estuvo acompa?ado de Bel¨¦n Gonz¨¢lez Pe?alva, una hist¨®rica etarra, Albizu se mostr¨® displiciente y chulesco, seg¨²n trascendi¨®.
La ruptura de la tregua en 1999, seguida de una brutal campa?a de asesinatos, dej¨® a Mikel Antza en minor¨ªa en la direcci¨®n de ETA. Sin embargo, las sucesivas ca¨ªdas de los jefes procedentes de la kale borroka y la fuga de Josu Ternera, que vuelve a la clandestinidad desde el Parlamento vasco, refuerza a Antza en la oficina pol¨ªtica, que compensa con golpes de efecto medi¨¢tico el debilitamiento de la organizaci¨®n por los golpes policiales. De hecho, ambos fueron los interlocutores del l¨ªder de ERC, Josep Luis Carod Rovira, en la pol¨¦mica entrevista de enero pasado en Perpi?¨¢n, que dio lugar, a que d¨ªas despu¨¦s, ETA anunciara una suspensi¨®n de los atentados circunscrita a Catalu?a.
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