Audacia

Israel Galv¨¢n siempre es un enigma. Se sabe que va a romper, pero jam¨¢s hasta d¨®nde llegar¨¢ su audacia. En esta ocasi¨®n ha ido m¨¢s lejos que nunca, a unos l¨ªmites que, en ocasiones, rondan ya otras galaxias. El mejor bailaor de todos los tiempos, dicen. No s¨¦, no lo s¨¦. Es un bailaor adelantado a su tiempo, esto s¨ª es cierto, pues nadie ha bailado as¨ª jam¨¢s. En Arena se cuenta una corrida de toros. Pero a su modo, sin ninguna conexi¨®n con una realidad tangible. Las escenas filmadas de p¨²blico, de gente en los ruedos, son pura an¨¦cdota. Lo que importa es lo que est¨¢ en Israel, en su entorno. En el toro Grana¨ªno, por ejemplo, todo pasa en torno a una silla mecedora. Todo. Y es impresionante lo que hace Galv¨¢n, c¨®mo se integra en la silla, c¨®mo forma un todo con ella o se desprende suavemente de ella, c¨®mo baila con la silla como una parte m¨¢s de su propio cuerpo. ?Pero es baile eso? Una pregunta que nos haremos en m¨¢s de una ocasi¨®n a lo largo de la representaci¨®n.

Hay toros m¨¢s dram¨¢ticos, hay toros m¨¢s ligeros. El toro de las alegr¨ªas, Pocapena, nos da la imagen de un Galv¨¢n que hasta se hace casi cl¨¢sico, bailando por derecho. Pero es de las pocas ocasiones en que le vemos as¨ª, tan normal. Por lo general, su imagen es bien otra, pase¨¢ndose en torno al albero. En el toro Burlero es el soniquete, el sonar de palmas, en la voz de Diego Carrasco. Por bujer¨ªas de Jerez. Y Galv¨¢n, que vuelve a ser cl¨¢sico como nunca, integral, redondo hasta donde puede serlo un hombre como ¨¦l, que siempre, siempre, es distinto.