Informe demoledor
Despu¨¦s de lo escuchado ayer en el Congreso de los Diputados de boca del actual ministro de Defensa, Jos¨¦ Bono, pocas dudas quedan para solicitar que su antecesor en el cargo, Federico Trillo, tenga la decencia de entregar su acta de diputado, al menos como compensaci¨®n moral a las familias de los 62 soldados espa?oles que perecieron en el accidente del avi¨®n ucranio Yakovlev-42 hace 15 meses en Trabzon (Turqu¨ªa), cuando regresaban a Espa?a desde Afganist¨¢n. Los familiares estudian denunciar al ex ministro ante los tribunales, aunque Trillo ya ha recalcado que le basta con pedir perd¨®n, pero que no asume responsabilidades pol¨ªticas ni, por tanto, tiene intenci¨®n de ceder su esca?o por Alicante.
"Queremos pasar p¨¢gina, pero no enterrar la verdad", sentenci¨® Bono en el debate sobre el tr¨¢gico suceso, al resumir el c¨²mulo de negligencias, ignorancias -voluntarias o involuntarias-, falta de control, abusos desmedidos en el pago de intermediarios y, sobre todo, mentiras por parte de quienes gestionaron la contrataci¨®n del aparato y la identificaci¨®n de los cad¨¢veres. ?Por qu¨¦ tanta premura en la repatriaci¨®n sobre la que se ufanaba Trillo como muestra de eficacia del Gobierno? Las autoridades turcas identificaron correctamente 32 cad¨¢veres; los dos m¨¦dicos militares espa?oles que se hicieron cargo de 30 cuerpos sin identificar erraron en todos los casos
. El examen se hizo en un tiempo r¨¦cord: algo m¨¢s de tres horas. Adem¨¢s, los dos generales responsables de la identificaci¨®n, actualmente en la reserva tras haber sido apartados del servicio el pasado julio, mintieron groseramente al negar que se hubieran tomado muestras de ADN de todos los fallecidos. Uno de ellos, el teniente general Beltr¨¢n, fue ascendido poco despu¨¦s.
?Respond¨ªa a un deseo de calmar la irritaci¨®n de las familias y de ocultar la mala conciencia ante el desastre que hab¨ªa supuesto la propia operaci¨®n de transporte? Muy probablemente s¨ª. Ahora se sabe ya con total certeza que el avi¨®n hab¨ªa sufrido al menos dos fallos mec¨¢nicos graves, la caja negra no funcionaba, la tripulaci¨®n era inexperta y estaba agotada tras 23 horas de vuelo; y que, en contra de lo que dijo p¨²blicamente el anterior ministro en una de sus comparecencias en el Congreso, a su departamento hab¨ªan llegado informes preocupantes sobre la seguridad de los vuelos contratados. Otros, en cambio, fueron m¨¢s prudentes. Por ejemplo, las advertencias de un capit¨¢n noruego llevaron a que el Gobierno de su pa¨ªs decidiera anular los vuelos contratados a trav¨¦s de la compa?¨ªa Namsa.
En una instituci¨®n donde la ley impide a sus miembros afiliarse a organizaciones sindicales, el Gobierno y los mandos militares tienen la obligaci¨®n de atender al m¨¢ximo las quejas, como subray¨® Bono, y reforzar las garant¨ªas sobre la idoneidad de los medios empleados. No fue as¨ª. Cualquier cosa val¨ªa para descargar desde Madrid el fardo a otros, como el poco diplom¨¢tico intento de Trillo de implicar directamente a la OTAN en el desbarajuste, para enfado del entonces secretario general de la Alianza Atl¨¢ntica, George Robertson, por haber sido su agencia Namsa la que intermedi¨® en el contrato. Hubo hasta cinco comisionistas. Se pag¨® m¨¢s de la cuenta e incluso el Ministerio de Defensa reconoce ignorar todav¨ªa la cifra exacta que cobr¨® finalmente la compa?¨ªa ucrania al desconocer qu¨¦ sucedi¨® en el ¨²ltimo tramo de subcontratas. Todo eso cost¨® la vida a 62 soldados, dolor a sus familias, y tambi¨¦n mucho dinero al erario p¨²blico, m¨¢s de 4,5 millones de d¨®lares s¨®lo en concepto de cobertura de un seguro inexistente. Todo eso para ahorrarse 6.000 euros, que era la diferencia que supon¨ªa el alquiler de un avi¨®n Tupolev que pod¨ªa haber realizado un vuelo directo sin escalas. Y todo ello por encima del coste actual de un avi¨®n comercial.
Bono estuvo contenido y hasta elegante con el Gobierno anterior, sin criminalizar a nadie en particular, aunque anunci¨® que habr¨¢ m¨¢s depuraciones. Ten¨ªa los deberes bien hechos y pormenoriz¨® con todo lujo de detalles pruebas aplastantes que desmontan las burdas explicaciones que hab¨ªa ofrecido su antecesor. Sin duda, esta cat¨¢strofe del Yak-42 es uno de los baldones del anterior Gobierno, que reaccion¨® con intolerancia frente a quienes ped¨ªan en el Parlamento la apertura de una investigaci¨®n y con paternalismo, y hasta con maltrato, ante las reclamaciones que fueron formulando las familias de los fallecidos. Ante la demoledora exposici¨®n del ministro, el portavoz del PP, Eduardo Zaplana, perdi¨® los papeles. Y el ex ministro Trillo son¨® pat¨¦tico cuando aleg¨® que lo desconoc¨ªa todo y que nunca hab¨ªa tenido voluntad de causar da?o. Por lo tanto, de nada se siente responsable.
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