"Hay que tener una ¨¦tica de trabajo y creer en lo que uno hace"
Julianne Moore ha sido candidata a los Oscar en cuatro ocasiones, y aunque hasta ahora no ha conseguido ninguno, no es demasiado arriesgado pronosticar que alg¨²n d¨ªa se har¨¢ con la preciada estatuilla. La actriz norteamericana ha estrenado el pasado viernes en Espa?a su ¨²ltimo trabajo, Misteriosa obsesi¨®n, en el que interpreta a una madre de clase media de Nueva York. La int¨¦rprete, famosa por sus magistrales interpretaciones en filmes como Boogie nights, Lejos del cielo o Las horas, insisti¨® ayer, durante un encuentro en M¨²nich con periodistas europeos, en que la actuaci¨®n es un oficio duro con altibajos.
"?Por qu¨¦ Julianne Moore se ha convertido en estrella a los 40 a?os?", pregunta de frente un colega. Y ella, a punto de cumplir los 44, estalla en una risa que m¨¢s que risa parece erupci¨®n, con siempre nuevas y m¨¢s sonoras carcajadas. "Esto, mi madre se lo discutir¨ªa. Dir¨ªa: 'Siempre ha sido una estrella'". Tarda un poco en ponerse seria: "Me siento muy afortunada de tener un empleo. Comenc¨¦ a trabajar en esta profesi¨®n a los 22 a?os y desde entonces siempre he tenido alg¨²n trabajo. Mi carrera profesional ha sido acumulativa. De los teatros regionales pas¨¦ a las telenovelas, de los escenarios alternativos de Broadway, a las series nocturnas en televisi¨®n, de los papeles secundarios en cine, a las interpretaciones protagonistas".
En 'Misteriosa obsesi¨®n', interpreta a una madre de clase media de Nueva York
Tambi¨¦n Meg Ryan, Kevin Bacon o John Travolta comenzaron en televisi¨®n. "Si eres una actriz joven y alguien te ofrece un trabajo, sueles decir que s¨ª. Me parece un poco absurda la idea de que se pueda planificar completamente una carrera profesional. Aquellos j¨®venes que de cuando en cuando saltan a la fama sin hacer escala en ninguna parte son la excepci¨®n que confirma la regla", insiste. Ella ha intentado no hacerle ascos a ning¨²n trabajo: "Despreciar el lugar en el que uno est¨¢ a nadie le sirve y tampoco mejora el trabajo. S¨®lo si todo lo que haces lo tratas con mucho respeto, y realmente te importan tu trabajo y tus compa?eros, saldr¨¢s adelante. Hay que tener una ¨¦tica de trabajo y creer en lo que se hace".
?Es todo ello, sencillamente, otro papel interpretado ante los periodistas por quien, al fin y al cabo, con su rojiza palidez, es una de las actrices m¨¢s hermosas e impactantes de las pantallas del siglo XXI? Veinte minutos de conversaci¨®n no dan para poner la mano en el fuego por ello, pero la sensaci¨®n que transmite Julianne Moore es que s¨ª, que es una mujer con los pies firmemente clavados en la tierra. Tiene dos hijos, un ni?o de seis a?os y una ni?a de dos, y no le cuesta desconectar despu¨¦s del trabajo: "Regreso a casa, abrazo a todos, hablo con ellos acerca de lo que hicieron y en cuesti¨®n de cinco minutos se me ha olvidado el cine". Su esposo es el director de cine Bart Freundlich.
Vive en Nueva York, Julianne Moore, en un costoso penthouse, s¨ª, pero en el hist¨®rico barrio bohemio de Greenwich Village. No lejos de all¨ª, al otro lado del East River, en Brooklyn Heights y debajo de los puentes que dan acceso a Manhattan, se rod¨® Misteriosa obsesi¨®n. Moore tuvo bastante que ver en la elecci¨®n de un escenario que le permiti¨® regresar todas las noches a casa. "Originalmente, el filme estaba ambientado en Boston", cuenta. "Pero yo, con mucha cortes¨ªa, le dije al director y a los productores: 'No hay ninguna raz¨®n para rodar en Boston, Nueva York nos viene igual de bien'. Ellos alegaron que era m¨¢s caro y pusieron miles de pegas. Al final, sin embargo, vieron que val¨ªa la pena, y tambi¨¦n entendieron que con ello me har¨ªan incre¨ªblemente feliz", sostiene. En su cara, una sonrisa maliciosa. No debe ser f¨¢cil negarle algo a esta mujer.
Por todo lo cual, su papel en Misteriosa obsesi¨®n, de madre aterrorizada por la sospecha de que el recuerdo de su hijo podr¨ªa estar enga?¨¢ndola, no difiere demasiado de la imagen que transmite de s¨ª misma: "Yo no quise que fuese una superh¨¦roe, sino la vecina de al lado. Se viste como los neoyorquinos que conozco, es una madre trabajadora, tiene un hijo, un esposo, una casa. No hay nada extraordinario en ella. Es como todos nosotros. Y est¨¢ pasando por un mal momento". La pesadilla de este personaje tiene nombre: la amnesia. "Es un cl¨¢sico tema de la literatura y el cine", explica Moore. "Perder la memoria significa tambi¨¦n perder la identidad. Somos lo que recordamos".
Y ella, Julianne Moore, es eso, hija de un juez militar y de una trabajadora social estadounidense, que, poco a poco, se ha abierto paso. Actriz y madre, s¨®lo falta un tercer papel a rese?ar: el de activista social, aunque no pol¨ªtica, porque de esto ¨²ltimo prefiere no hablar. "La fama de poco sirve, pero permite atraer la atenci¨®n sobre asuntos que a uno le importan. Desafortunadamente, hoy d¨ªa, la gente s¨®lo presta atenci¨®n a aquellos temas en los que hay un personaje medi¨¢tico de por medio. Es deplorable, pero as¨ª estamos. Yo soy activista a favor del derecho al aborto, pero tambi¨¦n participo en una alianza que se ocupa de la tuberoesclerosis, una enfermedad de la que hasta ahora muy poco se sabe. Ser¨¦ tambi¨¦n una de las personalidades que tomen asiento en el directorio de la Cruz Roja".
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