?pico final de Montoya y Alonso
El colombiano gana la disputad¨ªsima ¨²ltima carrera y el espa?ol consigue su objetivo, el cuarto puesto mundial
Decidido ya el Mundial, tanto de pilotos como de marcas, la ¨²ltima carrera del a?o parec¨ªa predestinada a convertirse en un formulismo. Pero en Interlagos se vivi¨® uno de los grandes premios m¨¢s complicados de los ¨²ltimos tiempos. Juan Pablo Montoya se llev¨® la ¨²ltima victoria en juego despu¨¦s de resistir el acoso del finland¨¦s Kimi Raikkonen, que le pis¨® literalmente los talones durante las ¨²ltimas 20 vueltas. El mano a mano fue bell¨ªsimo y se fragu¨® tras una infinidad de vicisitudes que hicieron trabajar a destajo y a ritmo de v¨¦rtigo a todas las escuder¨ªas. La culpa la tuvo la lluvia, que cay¨® con fuerza poco antes de empezar, y que remiti¨® justo cuando estaban los coches ya en la formaci¨®n de salida. El despliegue de estrategias fue abrumador. Faltaron computadoras y profetas para resolver adecuadamente las decisiones en torno a si los coches deb¨ªan calzar neum¨¢ticos para seco, lluvia o los intermedios, si era mejor parar dos o tres veces en boxes y cual era el momento id¨®neo para ello. Williams, que tanto irregular temporada ha llevado a cabo, logr¨® al final, en su ¨²ltima oportunidad, llevarse el gato al agua. Una paradoja para un equipo del que ayer se desped¨ªa Montoya, harto de no obtener los resultados esperados.
El piloto colombiano, adem¨¢s, compiti¨® por su primer triunfo del a?o, el cuarto de su carrera, con Raikkonen, precisamente el piloto del que ser¨¢ compa?ero el a?o pr¨®ximo en McLaren. Ambos aprovecharon el camino libre que dej¨® Michael Schumacher, siete veces campe¨®n mundial, que despu¨¦s de romper el motor en los entrenamientos, fue penalizo y tuvo que salir desde tan atr¨¢s, el 18? lugar, que le dej¨® sin posibilidad de aspirar al podio. Tampoco fue el d¨ªa de Rubens Barrichello, que perdi¨® nada m¨¢s empezar el primer puesto. El brasile?o no es profeta en su tierra, donde nunca consigui¨® imponerse y donde a los Ferrari se les escap¨® el triunfo por tercera vez en los 18 grandes premios de un a?o en el que arrasaron.
Fernando Alonso se las vio y se las dese¨® para concluir en un cuarto puesto que le otorg¨® los cinco puntos que necesitaba para no ser desbancado por Montoya de la cuarta posici¨®n de la clasificaci¨®n general final. El espa?ol part¨ªa desde el octavo puesto. Renault fue una de las pocas escuder¨ªas que se la jug¨® en el ¨²ltimo instante y decidi¨® poner neum¨¢ticos lisos en sus coches. Alonso tuvo que exhibir nervios de acero y mucha pericia en la conducci¨®n en las primeras vueltas en las que el asfalto estaba todav¨ªa mojado. Lleg¨® a perder m¨¢s de 20 segundos y a situarse en el 14? puesto. Pero la pista se sec¨®, dej¨® de correr el peligro de derrapar y, adem¨¢s, actu¨® con la ventaja de una estrategia concebida para efectuar dos paradas en boxes, una menos que la mayor parte de sus rivales. Ello le permiti¨® encabezar la prueba durante algunas vueltas. Pero cuando se detuvo en el giro 17, Montoya y Raikkonen cambiaron neum¨¢ticos, se situaron al frente y marcaron un ritmo irresistible y pusieron la directa.
Los acontecimientos se desencaderaron de manera fren¨¦tica. Alonso vio c¨®mo se degradaba el dibujo de sus neum¨¢ticos. Le super¨® Ralf Schumacher pero el alem¨¢n se pas¨® de frenada y recuper¨® el cuarto puesto. El adelantamiento fue providencial porque muy por detr¨¢s de Montoya, Raikkonen y Barrichello, Alonso necesitaba esa cuarta posici¨®n para no verse superado por Montoya en la clasificaci¨®n final. Lo consigui¨® a pesar de que Sato y los hermanos Schumacher le acosaron hasta la agon¨ªa.
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