El Senado argentino enturbia la relaci¨®n de Kirchner con las empresas espa?olas
La C¨¢mara alta aprueba una ley que impide cortar el suministro a los morosos
El intento de recomponer el di¨¢logo entre el Gobierno argentino y las empresas espa?olas de servicios p¨²blicos ha recibido un varapalo que tensa de nuevo una relaci¨®n que lleva casi tres a?os en v¨ªa muerta. Una de cal y una de arena. Mientras en Madrid una delegaci¨®n de alto nivel del ministerio argentino de Planificaci¨®n escuchaba esta semana por primera vez las cr¨ªticas de las empresas al pol¨¦mico proyecto de ley de servicios p¨²blicos, en Buenos Aires el Senado aprobaba un proyecto de ley para impedir a las compa?¨ªas cortar el suministro a usuarios morosos.
Todo fue muy r¨¢pido y por sorpresa. El jefe del grupo parlamentario radical, Mario Losada, present¨® sin previo aviso un proyecto que llevaba meses aletargado en la C¨¢mara alta y, sin debate, fue aprobado por unanimidad. Se trata de un texto escueto, tres art¨ªculos, pero elocuente, que estipula que las concesionarias de servicios p¨²blicos no podr¨¢n cortar el servicio por falta de pago sin antes celebrar una audiencia de conciliaci¨®n. Actualmente, las empresas pueden dejar sin luz, gas o tel¨¦fono a quienes no pagaron los recibos de dos periodos consecutivos.
"Nadie nos hab¨ªa advertido", se?ala un ejecutivo del sector. "Normalmente, esas cosas se saben y desde la Secretar¨ªa de Energ¨ªa suelen avisarnos cuando hay alguna iniciativa en el Congreso que tenga que ver con los servicios p¨²blicos". El asombro e indignaci¨®n fueron may¨²sculos en las filiales argentinas de las empresas espa?olas, que tienen en conjunto m¨¢s de 20 millones de clientes y una morosidad que alcanza en algunos casos el 10%.
Con estas cifras, las audiencias de conciliaci¨®n para escuchar las razones del impago y buscar una salida satisfactoria para las partes se contar¨ªan por miles, se?alan los abogados de las empresas, que dibujan un escenario de menos inversi¨®n y peor servicio en el caso de aprobarse dicha ley. Para ello, tendr¨ªa que recibir la luz verde de la C¨¢mara de Diputados, lo que es poco probable que suceda a corto plazo, seg¨²n estiman los analistas.
Servicios p¨²blicos
De lo que no cabe duda es que la iniciativa echa m¨¢s le?a al fuego, ya que se produce en medio del debate parlamentario del proyecto de ley de servicios p¨²blicos para crear un nuevo marco regulatorio general. Dicho texto, firmado por el presidente N¨¦stor Kirchner; el jefe de Gabinete, Alberto Fern¨¢ndez; el ministro de Planificaci¨®n, Julio de Vido, y el de Econom¨ªa, Roberto Lavagna, ha sido recibido con amplio rechazo por las empresas y con cr¨ªticas de la Uni¨®n Europea y el Banco Mundial.
En un gesto conciliador y para escuchar en directo las quejas de los empresarios espa?oles, el lunes pasado lleg¨® a Madrid una misi¨®n enviada por Julio De Vido, integrada por Jos¨¦ Mar¨ªa Caula, principal asesor del ministro; Carlos Lisandro, de la Unidad de Renegociaci¨®n y An¨¢lisis de los contratos de servicios p¨²blicos, y Efra¨ªn Quevedo Mendoza, principal redactor del proyecto de ley de servicios p¨²blicos.
Ante la avalancha de cr¨ªticas recibidas, los interlocutores argentinos se mostraron dispuestos a recibir una carta con las modificaciones a la ley propuestas por las empresas. Las distintas empresas consensuaron un documento que fue entregado a los interlocutores argentinos por la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE). El texto se?ala que el proyecto de ley "altera sustancialmente" la regulaci¨®n de las prestaciones, "rest¨¢ndole previsibilidad y garant¨ªa de sustentabilidad", y advierte de que desincentiva la inversi¨®n, lo que tendr¨¢ consecuencias en la "evoluci¨®n del servicio y en general sobre la econom¨ªa en su conjunto".
En el listado de quejas de las empresas destaca, seg¨²n consta en el documento, el "ostensible desequilibrio entre los derechos que se confieren a los usuarios y los que se reconocen a las prestadoras", el incremento de obligaciones para las "concesionarias, social y judicial", m¨¢s intervenci¨®n estatal en la gesti¨®n de las empresas, menos derechos indemnizatorios, la eliminaci¨®n de los mecanismos de arbitraje internacional, y el no reconocimiento de "variaci¨®n de costos no controlados por el prestador, a trav¨¦s de ajustes tarifarios".
Una reuni¨®n que trae cola
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, comprob¨® personalmente en su primera visita a Buenos Aires de septiembre pasado el mal estado de las relaciones entre el Gobierno argentino y las empresas espa?olas de servicios p¨²blicos.
El ministro y el director de la oficina econ¨®mica de la Presidencia de Gobierno, Miguel Sebasti¨¢n, mantuvieron una reuni¨®n con los m¨¢ximos dirigentes de dichas empresas con la intenci¨®n de tomar el pulso de la situaci¨®n.
Los directivos all¨ª presentes dibujaron una Argentina al borde del desastre, donde las mayores cr¨ªticas fueron dirigidas al Gobierno de N¨¦stor Kirchner. Es de sobra conocido el malestar de las empresas desde que el pa¨ªs suramericano dej¨® de pagar la deuda, devalu¨® el peso y entr¨® en una etapa de incertidumbre para la inversi¨®n extranjera que todav¨ªa perdura. No pod¨ªan sorprender las quejas de los empresarios por la inseguridad jur¨ªdica, el cambio de las reglas del juego o la falta de un marco regulatorio en el que se desenvuelven hoy las compa?¨ªas concesionarias de servicios p¨²blicos.
El asombro de Moratinos y Sebasti¨¢n se produjo cuando sus interlocutores empezaron a disparar artiller¨ªa pesada contra el presidente argentino y sus ministros, cuya capacidad intelectual y preparaci¨®n fueron puestas en duda. Los asistentes a aquella reuni¨®n se despacharon a gusto a la hora de descalificar a los integrantes del Gobierno, sin ahorrar ataques personales. Moratinos y Sebasti¨¢n aguantaron la furia de los ejecutivos con cara de p¨®quer y se fueron con una imagen muy negativa de los directivos de las empresas espa?olas radicadas en Argentina. "No pudimos causar peor impresi¨®n", reconoce un testigo.
A su regreso a Espa?a, el ministro y el asesor econ¨®mico de La Moncloa se reunieron con las empresas espa?olas, a las que hicieron patente el estupor que les hab¨ªa causado lo visto y o¨ªdo en Buenos Aires. Lo acontecido en aquella reuni¨®n ha empezado a tener consecuencias. Han empezado los cambios en la c¨²pula de Telef¨®nica en Argentina y todo indica que los desplazamientos en puestos directivos seguir¨¢n en otras empresas.
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