Espa?ol y europeo

De vez en cuando, en la cultura espa?ola surgen personajes como Vicente Mart¨ªn y Soler (1754-1806), avispados de ni?os y emprendedores de j¨®venes, que un d¨ªa intuyen que s¨®lo fuera de casa podr¨¢n buscarse la vida con arreglo a sus ansias. Nacido en Valencia, formado en Italia, famoso en Viena, aventurero en Londres, imprescindible en San Petersburgo, consigui¨® algo muy importante en su ¨¦poca: el respeto de los que hall¨® como protectores, fueran ¨¦stos Fernando IV de N¨¢poles, el emperador Jos¨¦ II de Austria o la tremenda Catalina de Rusia, la m¨¢s famosa de sus libretistas junto con Da Ponte. Fue, por as¨ª decir, el m¨²sico del despotismo ilustrado, del m¨¢s d¨¦spota y del m¨¢s ilustrado. Y espa?ol. Y europeo.

Los Siglos de Oro celebra el 250? aniversario de Mart¨ªn y Soler con unos cuantos conciertos, entre ellos ¨¦ste quemostr¨® un retrato doblemente amable del m¨²sico, pues tra¨ªa su obra maestra, la ¨®pera Una cosa rara -citada por Mozart en su Don Giovanni-, en la versi¨®n para cuarteto de cuerda que el propio autor har¨ªa de catorce de sus n¨²meros. Es decir, que se recordaba tambi¨¦n una pr¨¢ctica habitual entonces: la reducci¨®n de las partituras oper¨ªsticas, o sinf¨®nicas, para el uso privado.

Una cosa rara es una suma de delicias, y la versi¨®n para cuarteto las respeta desde una ¨®ptica que no olvida ni el original ni su objeto ¨²ltimo. La versi¨®n del Cuarteto Canales, que se ha propuesto recuperar mucha m¨²sica espa?ola del XVIII y el XIX, lo hizo estupendamente, por clase individual, por empaste conjunto y, sobre todo, porque estuvieron siempre en estilo.