Superlativo
Para algunos espectadores la exposici¨®n de la Caja Vital Kutxa de Vitoria (Postas, 13-15), va a quedar grabada en su memoria como un acontecimiento superlativo. Pintores y escultores con excelentes manos artesanales, unos m¨¢s que otros, dan p¨¢bulo en im¨¢genes a sus particulares mundos figurativos bajo el t¨ªtulo Visiones de la realidad.
Sin embargo, en t¨¦rminos rigurosos la exposici¨®n acapara momentos bastante decepcionantes, en especial por parte de Antonio L¨®pez, del que tanto se espera siempre. Sus dos paisajes de gran formato carecen de calidad. Resultan planos, con una luz sin matices. Est¨¢n a falta de muchas m¨¢s sesiones, esas sesiones donde el pintor de Tomelloso sabe introducir en sus cuadros, con paciente maestr¨ªa, el paso tiempo. Tampoco vale gran cosa el cuadro titulado Lilas. Destaca en bueno su escultura en bronce, Mar¨ªa de pie, fechada en 1963, y realizada al modo de las esculturas de Degas.
El pintor Eduardo Naranjo pasa de cultivar un surrealismo demasiado pobret¨®n y prescindente, tal los cuadros firmados en los finales de los setenta, al actual hiperrealismo, sumamente amable, muy friolento y harto comercial. Ha tallado con pericia las perlas del collar; l¨¢stima que se olvidara del hilo. El que no se ha olvidado de hacer todas las trampas imaginables es Crist¨®bal Toral. El mundo atrabiliario de las maletas en el paisaje est¨¢ repleto de trampas pict¨®ricas, adem¨¢s de ser vacua y excesiva la aparatosidad teatral impostada en los temas.
Mas la exposici¨®n la salvan otros. Por encima de todos la sevillana Carmen Laff¨®n. En los cinco ¨®leos mostrados pervive un perfume pl¨¢stico lleno de sugerencias y vaporosidades. En ese vaporamiento guarda sus secretos, haciendo aparici¨®n lo po¨¦tico. Sobre cada tema, sea paisaje o bodeg¨®n, la artista ha vertido muchas horas de mirada extasiada y otros tantos pensamientos en ella inmersos en torno al modelo a pintar. Las pinceladas han tejido el cuadro no en el sentido de plasmar la realidad tal cual, sino en probar c¨®mo queda esa realidad mediante im¨¢genes incompletas de aquello que se tiene por realidad. Nada m¨¢s oportuno que dar entrada a la po¨¦tica de lo ausente. Es como si tuviera en cuenta en su quehacer el taxativo decir de los m¨ªsticos: "s¨®lo tenemos lo que no tenemos".
Tambi¨¦n merece destacarse la obra de Jos¨¦ Hern¨¢ndez, con su universo monocolor impregnado de monstruos y surrealidades. Pintor y grabador de raza. Hay en ¨¦l una mezcla de Gr¨¹newald y Arcimboldo. Como asimismo cabe nombrar a los escultores, hermanos Julio y Francisco L¨®pez. Los dos aportan su buen oficio, tanto como orfebres como escultores propiamente dichos. Con m¨¢s o menos buenos resultados, en sus obras no cabe hacer alusi¨®n a trampa alguna y de m¨¢s socorridos embaucamientos. Todo lo contrario. Son sobrios como una pared de adobe.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.