"En el fondo hay mucho en com¨²n entre EE UU y Europa"
"Sigo siendo fiel a mis or¨ªgenes jud¨ªos y estadounidenses", comenta Barbara Probst Solomon (Nueva York, 1929), "y lo soy de la misma manera que he sido fiel a Espa?a en estos ¨²ltimos 50 a?os. Habr¨¢ cosas con las que est¨¦s de acuerdo y otras que no, pero la fidelidad est¨¢ por encima de esos detalles". La escritora recibi¨® ayer en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, el Premio Antonio de Sancha, que le entreg¨® Emiliano Mart¨ªnez en nombre de la Asociaci¨®n de Editores de Madrid por su "apoyo a la cultura escrita en espa?ol y a su permanente labor de puente cultural entre Espa?a y Estados Unidos".
Si en los a?os cincuenta defendi¨® a los exiliados espa?oles en Estados Unidos, ahora le toca aclarar en Espa?a qu¨¦ pasa con su pa¨ªs. "Nunca lo hab¨ªa visto tan dividido como en estas elecciones, y tambi¨¦n me ha sorprendido la movilizaci¨®n ciudadana. Un mont¨®n de gente de las ciudades se ha trasladado al Sur y al Medio Oeste para controlar que no haya trampas. El recuerdo de lo que pas¨® en Florida no se ha borrado", explica la escritora, que reconoce que no hay manera de adivinar qui¨¦n ser¨¢ el pr¨®ximo presidente. "Lo que s¨ª se puede decir es que el tiempo corre a favor de los dem¨®cratas. La base que sostiene a Bush, ese sector profundamente ultraderechista que se apoya en argumentos religiosos, no ha crecido. Lo que, sin embargo, s¨ª est¨¢ creciendo es la gente que procede de otras culturas y que dentro de un a?o va a convertir este pa¨ªs, que ha sido siempre el basti¨®n de los protestantes, en un pa¨ªs con mayor¨ªa de cat¨®licos".
As¨ª que crecer¨¢ un amplio sector en el que no har¨¢n tanta mella los mensajes fundamentalistas de George W. Bush. "En Europa es dif¨ªcil de entender, pero los inmigrantes son ya estadounidenses en la generaci¨®n siguiente. Y para entender bien el fen¨®meno hay que consultar la secci¨®n de bodas de un peri¨®dico. Una chica, de padre chino y madre mexicana, se casa con un chico, de padre tejano y madre italiana, y lo hacen siguiendo el rito de una secta animista africana. Eso es Estados Unidos. Una enorme pizza en la que conviven todos los sabores".
Nacida en el seno de una familia jud¨ªa de la alta burgues¨ªa liberal, Barbara Probst Solomon viaj¨® a Europa antes de cumplir los 20 a?os para saber de los estragos que caus¨® la II Guerra Mundial. Conoci¨® en Par¨ªs a un grupo de exiliados espa?oles con los que hizo una profunda amistad. Colabor¨® con Francisco Benet y Barbara Mailer en la aventura de sacar de la c¨¢rcel franquista de Cuelgamuros a Nicol¨¢s S¨¢nchez Albornoz y Manuel Lamana -"de la fuga no quiero hablar, s¨®lo fue un incidente min¨²sculo frente a la lucha y el sufrimiento de tanta gente an¨®nima: un escritor no es m¨¢s noble porque retrate una tragedia", dice.
Autora de Los felices cuarenta, donde narra sus andanzas por Espa?a y Europa, y de Latidos en la gran ciudad, donde refleja los cambios de Nueva York, entre otros t¨ªtulos, Barbara Probst reconoce su optimismo -"una jud¨ªa que no se queja", dice que comentan sorprendidos sus amigos. "Si gana Kerry, las relaciones con Europa mejorar¨¢n. Si sigue Bush..., no creo que las cosas puedan empeorar a¨²n m¨¢s. S¨¦ que en el fondo hay mucho en com¨²n entre Europa y Estados Unidos. No hablo de pactos, ni de acuerdos concretos, sino de algo m¨¢s profundo. Creo que al final estar¨¢n juntos contra el alarmante crecimiento del terrorismo islamista".
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