M¨¢s que una foto
Zapatero ya tiene lo que algunos han llamado despectivamente la foto, la del presidente del Gobierno con los de todas las comunidades aut¨®nomas, todas. Algo sin precedente en los 25 a?os transcurridos desde la aprobaci¨®n de los primeros estatutos. Con independencia de qui¨¦n o qui¨¦nes sean m¨¢s responsables de esa anomal¨ªa, ser¨ªa injusto no reconocer a Zapatero -bien secundado por el ministro Sevilla- su tenacidad, paciencia o voluntarismo para convencer uno a uno a todos los presidentes de que participaran en la conferencia. Tambi¨¦n es elogiable que en esos presidentes haya pesado m¨¢s el sentido de responsabilidad institucional -no representan s¨®lo a sus votantes, sino a su comunidad- que inercias partidistas.
Es l¨®gico que se valore en particular la presencia de Ibarretxe, por la falta de costumbre. Y que se sentaran con ¨¦l todos los presidentes del PP, que estuvieron a la altura de las circunstancias: no cediendo a la tentaci¨®n de utilizar su propuesta de documento sobre el modelo de Estado como instrumento para boicotear la reuni¨®n. Tampoco ha faltado Maragall, que encauz¨® su protagonismo hacia compromisos positivos en la direcci¨®n de favorecer la confianza mutua. Acept¨® defender en una pr¨®xima sesi¨®n de la conferencia su propuesta de reforma del Estatuto. Tambi¨¦n acept¨® defender la suya Ibarretxe, lo cual supone de entrada un avance, o un entrenamiento, hacia el multilateralismo auton¨®mico del futuro Senado.
La foto, con todas las banderas al fondo, ha visualizado las dos dimensiones complementarias de la autonom¨ªa: el autogobierno de cada parte y la voluntad de participaci¨®n en la pol¨ªtica compartida. Tambi¨¦n ha expresado el pluralismo de la Espa?a auton¨®mica, con una mayor¨ªa de comunidades gobernadas por partidos diferentes al que gobierna Espa?a. Era Voltaire el que se entusiasmaba ante la diversidad de religiones que encontr¨® en Londres, porque una sola religi¨®n oprime, dos se matan y muchas conviven en libertad. ?Es esto la Espa?a plural? Si lo es, no se entiende por qu¨¦ se ha tardado tanto en fotografiarla. La presencia del Rey en el almuerzo posterior ha servido para ratificar simb¨®licamente el descubrimiento.
?Anuncia esto un m¨¦todo de trabajo aplicable a las reformas institucionales? Ser¨ªa ingenuo ignorar la dificultad de encajar en un marco com¨²n ciertos planteamientos; pero la principal reforma pendiente, la del Senado, que compendia muchas de las aspiraciones de las autonom¨ªas, parece hoy m¨¢s viable que ayer; y tal vez haga innecesarias otras reformas maximalistas incompatibles con la l¨®gica del Estado auton¨®mico.
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