"Hay que llevar a Ortega y Gasset a la calle"
Figura intelectual indiscutible de la primera mitad del siglo XX en Espa?a, Jos¨¦ Ortega y Gasset (1883-1955) va m¨¢s all¨¢ de la filosof¨ªa y de ensayos como La rebeli¨®n de las masas y Espa?a invertebrada. La edici¨®n de sus obras completas muestra a un pensador que se dedic¨® al periodismo, a la docencia y a la pol¨ªtica. El presidente de la Fundaci¨®n Ortega actualiza esta visi¨®n.
"Ortega apost¨® por la modernizaci¨®n como actitud de un pa¨ªs que aumenta su nivel de exigencia"
"Era un intelectual que molestaba con sus ideas y que result¨® inc¨®modo para cualquier tipo de poder"
"Esa escuela de compromiso y de pensamiento global que represent¨® Ortega no existe hoy"
Desde su amplio despacho con terraza del centro de Madrid, en una tarde lluviosa y oto?al que le encanta, el abogado Antonio Garrigues Walker (Madrid, 1934) habla con pasi¨®n de la obra de Jos¨¦ Ortega y Gasset. No s¨®lo transmite su entusiasmo con las palabras, sino tambi¨¦n con la mirada, con una expresi¨®n muy viva de los ojos. Presidente de la Fundaci¨®n Ortega y Gasset, este abogado madrile?o muestra su orgullo por haber alcanzado uno de sus anhelos, publicar las obras completas de uno de los fil¨®sofos m¨¢s relevantes del ¨²ltimo siglo en Espa?a. Empe?ado desde hace a?os en divulgar el pensamiento orteguiano, Garrigues lamenta que las nuevas generaciones conozcan poco la aportaci¨®n de Ortega que no se limit¨® a la filosof¨ªa, sino que abarc¨® muchas facetas e inquietudes. "Junto a sus obras, Ortega fue una persona viajera y curiosa que se interes¨® por los toros, por los coches antiguos, por el teatro, por los aspectos m¨¢s diversos de la vida p¨²blica", comenta Garrigues.
PREGUNTA. ?Qu¨¦ sentido tiene comenzar a publicar ahora las obras completas de Ortega?
RESPUESTA. El objetivo fundamental pasa por llevar a Ortega a la calle aprovechando que el a?o pr¨®ximo conmemoramos 50 a?os de su muerte. Aunque creamos que lo conocemos, siempre obtenemos un gusto exquisito de la lectura de sus obras. Su trayectoria intelectual result¨® clave para la modernizaci¨®n de Espa?a y podemos afirmar que no ha habido un pensamiento superior al suyo despu¨¦s de su desaparici¨®n en 1955. Adem¨¢s era un gran seductor, una sirena que cautivaba desde la palabra a la idea. Durante dos a?os un equipo de orteguianos, tanto veteranos como j¨®venes, ha trabajado en las obras completas con todos los medios t¨¦cnicos disponibles para la digitalizaci¨®n completa. Hemos procurado que fuera la edici¨®n que se merece un pensador como Ortega y, a partir de ahora, no se podr¨¢ citarlo sin referencia a esta obra que ha representado una tarea colosal. Los dos primeros vol¨²menes, que comprenden su obra hasta 1916, han aparecido esta semana en las librer¨ªas y los restantes ocho tomos se publicar¨¢n a lo largo del a?o 2005. Reeditando sus obras contribuimos no s¨®lo a que sea m¨¢s le¨ªdo y conocido, sino a que vuelva a ser actualidad, un t¨¦rmino que en el sistema de categor¨ªas de Ortega representa presencia, realidad.
P. ?Qu¨¦ se puede hacer para popularizar m¨¢s la figura de Ortega y Gasset? ?Quiz¨¢ sea la ense?anza secundaria la principal asignatura pendiente?
R. Es cierto que las referencias a Ortega est¨¢n muy presentes en las universidades espa?olas. No en vano Ortega fue catedr¨¢tico universitario y represent¨® el arco que comunic¨® la Instituci¨®n Libre de Ense?anza con una Facultad de Filosof¨ªa y Letras reformada que se encontraba a comienzos de los a?os treinta entre las mejores de Europa y donde ense?aban, entre otros, Besteiro, Zubiri, Morente, Gaos, Zambrano y Ayala. Pero en la ense?anza secundaria nos encontramos con carencias, y desde la fundaci¨®n estamos estudiando un convenio de financiaci¨®n para enviar las obras completas a todos los institutos de Espa?a. Tambi¨¦n buscamos una mayor proyecci¨®n de su obra en Am¨¦rica Latina, porque es imposible entender a Ortega sin su relaci¨®n con Argentina, por ejemplo. Al mismo tiempo negociamos la posibilidad de traducciones a otros idiomas, especialmente al alem¨¢n y al ingl¨¦s.
P. Ortega y Gasset fue un abanderado del europe¨ªsmo, un intelectual formado en Alemania, que en las primeras d¨¦cadas del siglo XX representaba el faro para cualquier pensador o artista. ?Cree usted que Ortega se sentir¨ªa hoy satisfecho de la construcci¨®n europea?
R. Sin duda alguna estar¨ªa satisfecho, en l¨ªneas generales, con esta Europa y con una Espa?a integrada en el continente. No conviene olvidar que Ortega acu?¨® aquel aforismo, hoy ya tan famoso, de Espa?a es el problema, Europa es la soluci¨®n. Ahora bien, no dejar¨ªa de aplicar su esp¨ªritu cr¨ªtico para lamentar la lentitud de la construcci¨®n europea o lagunas como la ausencia de pol¨ªticas unificadas de defensa o de emigraci¨®n. Con toda la importancia que tiene la moneda com¨²n, el euro, resulta poca cosa para aquellos que aspiran a una Europa m¨¢s integrada. Es asimismo muy probable que Ortega y Gasset analizara con preocupaci¨®n la ruptura de los lazos transatl¨¢nticos porque, entre otras cosas, es una situaci¨®n m¨¢s peligrosa para Europa que para Estados Unidos. En definitiva, si hubiera conocido la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn en 1989, lo habr¨ªa interpretado como una confirmaci¨®n de que la democracia liberal sigue siendo el invento pol¨ªtico m¨¢s justo y delicado que han concebido los hombres para organizar su insociable convivencia.
P. ?Y Espa?a? ?C¨®mo ver¨ªa ahora Ortega la vertebraci¨®n y la modernizaci¨®n de Espa?a?
R. Creo que ning¨²n espa?ol puede dejar de mostrar agradecimiento a Europa en la pol¨ªtica, en la econom¨ªa o en la solidez democr¨¢tica. Ortega apost¨®, sobre todo, por la modernizaci¨®n entendida como la actitud de un pa¨ªs que aumenta permanentemente su nivel de exigencia. Si hubiera contemplado la restauraci¨®n democr¨¢tica que signific¨® la Constituci¨®n de 1978 y el nuevo orden auton¨®mico configurado, quiz¨¢ habr¨ªa sonre¨ªdo al advertir que sus propuestas recogidas en La redenci¨®n de las provincias no iban tan desencaminadas.
P. Sin embargo, algunos atrasos que Ortega y Gasset denunci¨® hace d¨¦cadas siguen pesando en el desarrollo espa?ol.
R. Pienso que, en primer lugar, si viviera, ¨¦l destacar¨ªa el d¨¦ficit en materia tecnol¨®gica, una carencia que subray¨® en sus ensayos sobre ciencia. Tambi¨¦n protestar¨ªa contra la falta de proyecci¨®n, de internacionalizaci¨®n de Espa?a. Pero la mayor queja del pensamiento orteguiano proceder¨ªa de la falta de articulaci¨®n de la sociedad civil. Seguimos siendo un pa¨ªs que mira demasiado al pap¨¢ Estado a la espera de que todas las soluciones lleguen del sector p¨²blico. Esa debilidad de la sociedad civil, para un liberal como Ortega y Gasset, ser¨ªa el d¨¦ficit m¨¢s importante.
P. El periodismo fue uno de los ejes de la vida del fil¨®sofo hasta el punto de que dec¨ªa, como hijo de periodista, que hab¨ªa nacido sobre una rotativa.
R. Aparte de sus colaboraciones en medios de comunicaci¨®n desde muy joven, Ortega particip¨® junto con su amigo, el empresario Nicol¨¢s Mar¨ªa Urgoiti, en el nacimiento del diario El Sol, uno de los m¨¢s prestigiosos de la ¨¦poca, y puso en marcha la Revista de Occidente, que sigue viva gracias a los esfuerzos de su hija Soledad y que la fundaci¨®n pretende mantener en la calle, a pesar de las dificultades de la prensa escrita no diaria en Espa?a. Desde El Imparcial, primero, y m¨¢s tarde, desde El Sol, Ortega y Gasset no dej¨® sin comentar uno solo de los acontecimientos relevantes de la vida p¨²blica espa?ola. Cuando el ritmo hist¨®rico se aceler¨®, decidi¨® intervenir directamente en la vida pol¨ªtica.
P. ?Se refiere, sobre todo, a la fundaci¨®n en 1931 de la Agrupaci¨®n al Servicio de la Rep¨²blica?
R. Junto con Mara?¨®n y P¨¦rez de Ayala fund¨® aquella agrupaci¨®n y obtuvo un acta de diputado por Le¨®n en las Cortes constituyentes de 1931. No obstante, las cosas no marcharon por donde Ortega crey¨® que deb¨ªan ir. Predijo la Guerra Civil y tom¨® la decisi¨®n en 1932 de retirarse y guardar silencio sobre los asuntos pol¨ªticos. Luego estall¨® la guerra, vino el exilio y la vuelta a Espa?a como ciudadano privado que no entr¨®, en ning¨²n caso, en contacto formal con la dictadura de Franco. En realidad vivi¨® en una especie de semiexilio y pas¨® largas temporadas en el extranjero, donde era invitado a pronunciar conferencias e impartir cursos. Su entierro en Madrid en 1955 provoc¨® la primera manifestaci¨®n p¨²blica de oposici¨®n al r¨¦gimen franquista.
P. En cualquier caso, ?fue un intelectual inc¨®modo para el poder?
R. Era una persona que molestaba con sus ideas y que result¨® inc¨®modo para cualquier tipo de poder: la monarqu¨ªa de Alfonso XIII, la dictadura de Primo de Rivera, la II Rep¨²blica y el franquismo.
P. ?Un intelectual comprometido es algo que pertenece al pasado? ?Existen figuras en la actualidad que representen en esta ¨¦poca lo mismo que Ortega en la suya?
R. Sinceramente creo que no. Lejos de mi ¨¢nimo ofender a nadie, pero esa escuela de compromiso y de pensamiento global no existe hoy. Un personaje como Ortega y Gasset no se ha repetido. Es cierto que el mundo actual tiende a la especializaci¨®n y ese fen¨®meno act¨²a en contra de los pensadores m¨¢s universalistas. Han surgido movimientos de vanguardias intelectuales en los ¨²ltimos a?os, sobre todo en Francia y en Italia, pero sin aquel universalismo de otras ¨¦pocas. Por eso, esperamos que las obras completas de Ortega y Gasset sirvan como b¨¢lsamo intelectual para muchos espa?oles. Leer a Ortega produce a veces un goce casi f¨ªsico.
BIBLIOGRAF?A
La rebeli¨®n de las masas (Tecnos, Planeta-De Agostini, Espasa Calpe, Castalia,
Altaya).
Espa?a invertebrada (Alianza, Espasa Calpe, Biblioteca Nueva,
Universidad de
Extremadura).
La deshumanizaci¨®n del arte y otros ensayos de est¨¦tica (Alianza, Espasa Calpe).
Meditaciones del Quijote
(Alianza, Biblioteca Nueva, C¨¢tedra).
Discursos pol¨ªticos (Alianza).
Ensayos escogidos (Taurus).
En torno a Galileo (Espasa Calpe).
Las atl¨¢ntidas y del Imperio romano (Alianza).
Cartas de un joven espa?ol (Ediciones El Arquero).
Ideas sobre el teatro y la novela (Alianza).
Sobre la caza, los toros y el toreo (Alianza).
Origen y ep¨ªlogo de la filosof¨ªa (Alianza y Espasa Calpe).
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