La tempestad que se avecina
La votaci¨®n por la que hace unos d¨ªas se aprob¨® el plan de retirada israel¨ª de la franja de Gaza no es m¨¢s que el principio de un largo proceso. Son muchos los que se oponen a este plan y tratan de bloquearlo, fundamentalmente en los sectores de la derecha. No hay plena seguridad de que finalmente se lleve a cabo. Ahora mismo ese plan ya ha abierto una brecha en el pa¨ªs en el ¨¢mbito pol¨ªtico, social y religioso, y esa brecha se ir¨¢ agrandando a medida que se acerque el momento de la evacuaci¨®n. Sin embargo, s¨®lo si se acaba realizando el plan, dentro de un a?o podremos mirar atr¨¢s y considerar la votaci¨®n de hace unos d¨ªas como un giro hist¨®rico en el conflicto ¨¢rabe-israel¨ª.
Actualmente Ariel Sharon est¨¢ metido en la batalla pol¨ªtica m¨¢s dif¨ªcil y complicada de su vida. Sharon est¨¢ yendo en contra de la ideolog¨ªa que siempre ha defendido y que le ha guiado durante muchos a?os. Desde principios de los setenta promovi¨® y aceler¨® la construcci¨®n de asentamientos y se encarg¨® de ubicarlos precisamente en lugares que impidiesen cualquier posibilidad de un futuro acuerdo que incluyera la retirada israel¨ª de los territorios ocupados. Durante los ¨²ltimos treinta a?os, Sharon ha sido tambi¨¦n quien ha frustrado toda medida pol¨ªtica que en su opini¨®n pudiese implicar la desaparici¨®n de asentamientos de colonos.
Y ahora ha de emprender una lucha sin cuartel contra esa realidad que ¨¦l mismo cre¨®, contra una visi¨®n del mundo de la que ¨¦l ha sido uno de sus principales y m¨¢s carism¨¢ticos s¨ªmbolos. Ahora ha de enfrentarse a cientos de miles de israel¨ªes, no s¨®lo colonos que le han considerado su l¨ªder y su admirado gu¨ªa. Ahora mismo son muchos los que le ven como un traidor.
No importa cu¨¢les han sido los motivos ocultos que han llevado a Sharon a tomar una decisi¨®n como ¨¦sta. Sharon casi siempre tiene sus "motivos ocultos" y casi siempre hay un doble fondo en todos los pasos que da. No hace mucho confes¨® que la idea de la retirada le surgi¨® como un intento de frenar iniciativas "derrotistas" que se estaban dando como consecuencia del vac¨ªo pol¨ªtico y la frustraci¨®n, tales como la iniciativa de Ginebra.
Ya sea que se esconda tras esta decisi¨®n un intento de manipulaci¨®n o se trate de un aut¨¦ntico cambio de rumbo, el caso es que Sharon lidera hoy en d¨ªa una de las acciones m¨¢s importantes dentro del conflicto palestino-israel¨ª desde la guerra del 67, una guerra que no emprendi¨® Israel y que acab¨® con la ocupaci¨®n de la franja de Gaza y Cisjordania. El desmantelamiento de los asentamientos en la franja de Gaza (adem¨¢s de otras cuatro colonias jud¨ªas en Cisjordania) constituye para la derecha el reconocimiento de que Israel no es capaz ya de seguir dominando a los palestinos a trav¨¦s de la fuerza. Por supuesto que Sharon no admitir¨¢ una interpretaci¨®n as¨ª, pero en realidad, el hecho de plantear la retirada supone aceptar la idea de que en el futuro Israel tendr¨¢ que retirarse tambi¨¦n de los dem¨¢s territorios ocupados. Es m¨¢s, la aceptaci¨®n del plan de retirada por parte de la mayor¨ªa de los israel¨ªes significa que la ideolog¨ªa nacionalista y religiosa de la derecha israel¨ª, esa ideolog¨ªa que desde principios del siglo XX ha estado rechazando la partici¨®n de la tierra en dos Estados, ha sufrido un duro golpe.
Sharon est¨¢ actuando con mucho coraje, pero desgraciadamente tambi¨¦n cuando lleva a cabo una acci¨®n importante e hist¨®rica como ¨¦sta es incapaz de desprenderse del despotismo y estrechez de miras que han caracterizado su trayectoria pol¨ªtica. Y en vez de convertir la retirada israel¨ª en un trampol¨ªn para reanudar el di¨¢logo e intentar que Israel y los palestinos concilien sus posturas, Sharon lo que hace es sacar a los 7.500 colonos y al Ej¨¦rcito israel¨ª de la franja de Gaza en una acci¨®n unilateral, ignorando por completo a los palestinos, dado que en su opini¨®n ellos no tienen nada que ver en este acuerdo.
As¨ª que es importante ver qu¨¦ es lo que va a ocurrir siendo realistas: este plan no es un acuerdo o un proceso de paz. No hay que esperar que ahora cese la resistencia palestina a la ocupaci¨®n, ya que la mayor parte de los territorios palestinos seguir¨¢n bajo ocupaci¨®n israel¨ª. Y desde el punto de vista de la legalidad internacional, Sharon no oculta su intenci¨®n: la retirada de Gaza le conviene a Israel a fin de obtener el apoyo del Estados Unidos de George Bush para seguir con la ocupaci¨®n de Cisjordania, pues de hecho es all¨ª donde viven actualmente unos 230.000 colonos jud¨ªos. ?se es el coraz¨®n del movimiento de colonos y su centro ideol¨®gico. ?sa es tambi¨¦n la zona hacia la que la mayor¨ªa de los israel¨ªes siente una ligaz¨®n sentimental y religiosa mucho mayor que la que pueda sentir hacia la franja de Gaza. En t¨¦rminos de ajedrez, para Sharon, "sacrificar" los asentamientos de Gaza es una jugada de gambito para salvar a la reina israel¨ª: su presencia en Cisjordania.
Quiz¨¢ eso sea lo que explique la impresionante resistencia de los colonos a salir de la franja de Gaza. Gran parte teme que su lucha sea in¨²til, pero todav¨ªa hay parte que pretende convertir su lucha en un s¨ªmbolo. Se trata de una minor¨ªa muy peque?a, pero violenta y muy convencida, y que tal vez tenga inter¨¦s en grabar en la conciencia israel¨ª esta batalla contra la evacuaci¨®n como una tragedia nacional, con el fin de que tengan que pasar muchos a?os hasta que otro dirigente israel¨ª se atreva a arriesgarse a desmantelar las colonias jud¨ªas en Cisjordania.
En estos d¨ªas la lucha de los colonos est¨¢ llegando a grados extremos. Incluye amenazas de muerte contra el primer ministro y manifestaciones de rechazo contra el Estado de derecho. Adem¨¢s, los t¨¦rminos que emplean dan fe de la tremenda angustia en que viven actualmente: a los funcionarios que se ocupan del proceso de evacuaci¨®n los llaman judenrat (el consejo de jud¨ªos que los nazis establec¨ªan en los guetos para hacer m¨¢s eficaces, entre otras, su labor de exterminio de jud¨ªos) y llaman nazis a los soldados que est¨¢n dispuestos a participar en el desmantelamiento. Rabinos y personalidades de la derecha piden a los soldados que desobedezcan a sus superiores para no colaborar en "el destierro del pueblo de Israel de su propia tierra". Al escuchar las manifestaciones de los colonos uno se da cuenta de que para muchos de ellos el Estado de Israel y su democracia no son m¨¢s que una fase intermedia en el camino hacia la materializaci¨®n de una idea m¨¢s grande, una idea de car¨¢cter nacionalista, religioso y mesi¨¢nico. La mayor¨ªa silenciosa de Israel est¨¢ ahora aterrorizada al comprender cu¨¢l ha sido el precio de su indulgencia hacia ellos durante todos estos a?os. S¨®lo ahora, y quiz¨¢ demasiado tarde, el ciudadano medio israel¨ª despierta y descubre que su aceptaci¨®n pasiva hacia lo que los colonos les estaban haciendo a los palestinos ha ayudado a que se conviertan, a fin de cuentas, en un elemento de riesgo para ¨¦l mismo y para su Estado de derecho y la democracia de su pa¨ªs.
Ahora bien: es cierto que no hay que ignorar el dolor de todos esos miles de personas. Para ellos es una tragedia, ya que es el fin de un sue?o e implica marcharse de lo que consideran su hogar. Pero el Estado de Israel no puede permitir que una minor¨ªa como ¨¦sa dicte su vida e impida que haya un futuro mejor. Nadie duda de que tras la votaci¨®n del otro d¨ªa los colonos continuar¨¢n luchando con todas sus fuerzas contra el plan de retirada. No obstante, puede que Israel est¨¦ iniciando ahora un proceso que le lleve en el futuro a acabar con la ocupaci¨®n y a recuperar una forma de vida m¨¢s saludable y optimista.
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