Una aviesa encerrona

FELIPE GONZ?LEZ, Jos¨¦ Barrionuevo y Jos¨¦ Luis Corcuera elevaron el martes al Gobierno una petici¨®n de indulto total a favor de Rafael Vera, condenado el 21 de enero de 2002 por la Audiencia Provincial de Madrid -el Supremo acaba de confirmar el fallo- a siete a?os de prisi¨®n y dieciocho de inhabilitaci¨®n como autor de un delito continuado de malversaci¨®n de caudales p¨²blicos; el beneficiario de la gracia desempe?¨® -entre el 8 de diciembre de 1982 y el 29 de enero de 1994- los cargos de director de la Seguridad del Estado, subsecretario de Interior y secretario de Estado para la Seguridad a las ¨®rdenes de los tres peticionarios: como presidente del Gobierno, el primero, y como ministros del Interior, los otros dos. La solicitud se extiende a Rodr¨ªguez Colorado, ex director general de la Polic¨ªa, castigado a un pena ligeramente menor por el mismo delito; el tercer condenado, Juli¨¢n Sancrist¨®bal, que testific¨® contra sus compa?eros del Ministerio del Interior en varios procesos, ha quedado excluido de la s¨²plica. El ex gobernador civil de Vizcaya y el director del gabinete de informaci¨®n de la Polic¨ªa condenados por la Audiencia han sido absueltos por el Supremo.

Los socialistas se suicidar¨ªan ante las urnas si pretendieran obligar a los votantes a elegir entre el rechazo en bloque a los a?os de gobierno de Felipe Gonz¨¢lez y su acr¨ªtica aceptaci¨®n cerrada

Gonz¨¢lez, Barrionuevo y Corcuera apoyan la gesti¨®n de Vera y Colorado "al frente de sus respectivas responsabilidades pol¨ªticas" y subrayan "sus meritorios servicios al Estado y a la democracia, con total entrega y riesgo de sus personas" en ese desempe?o; si bien sostienen que "las razones de justicia y equidad" para otorgarles la gracia son "muy especiales y suficientes", no terminan de precisar la naturaleza de tal singularidad excepcional. El historial penal y la reincidencia delictiva de Vera, sin embargo, pondr¨¢n muy cuesta arriba al Gobierno la concesi¨®n del indulto. Entre los hechos que la Audiencia de Madrid consider¨® probados figura la apropiaci¨®n de -al menos- 141 millones de pesetas de fondos reservados que el imputado aplic¨® a la compra de una casa en Torrelodones y de una finca en Albacete, inscritas registralmente a nombre de su suegro como testaferro. Por lo dem¨¢s, el Supremo le hab¨ªa condenado el 29 de julio de 1998 por el mismo delito de malversaci¨®n de caudales p¨²blicos, esa vez en concurso medial con el secuestro de Segundo Marey, a una pena de diez a?os de prisi¨®n. Vera tambi¨¦n fue acusado de otro delito de malversaci¨®n de caudales p¨²blicos en el juicio por la desaparici¨®n y posterior asesinato de Joxean Lasa y Joxi Zabala, pero qued¨® absuelto por la Audiencia Nacional el 26 de abril de 2000.

Tampoco es la primera vez que se solicita un indulto a favor de Vera: en diciembre de 1998, el Gobierno de Aznar le rebaj¨® en dos tercios la pena de c¨¢rcel (tambi¨¦n a Barrionuevo) por la condena del caso Marey. Dados los antecedentes del caso, el argumento en pro del indulto -los servicios a la democracia prestados "con total entrega y riesgo de sus personas" por Vera y Colorado- resulta extravagante; numerosos altos cargos -leg¨ªtimamente remunerados- y muchos ciudadanos -de manera altruista- son acreedores de ese mismo elogio, pero no aspiran a recibir un trato privilegiado ante la ley. Los magistrados del Supremo y de la Audiencia que condenaron a Vera por malversaci¨®n aplicaron la misma diligencia en la b¨²squeda de la verdad -para comprobarlo, basta con leer sus trabajadas y minuciosas sentencias- que los jueces de la Audiencia Nacional que le absolvieron del mismo delito.

Zapatero no habr¨ªa ganado el 14-M con la bandera del indulto de Vera. Constituye cuando menos una indelicadeza que Felipe Gonz¨¢lez se haya prestado, como ex presidente del Gobierno socialista y ex secretario general del PSOE, a forman parte de la aviesa encerrona que ha sido tendida a su sucesor en ambos cargos. Los socialistas se suicidar¨ªan ante las urnas si pretendiesen obligar a los votantes a elegir -todo o nada- entre el rechazo en bloque a los a?os de gobierno de Gonz¨¢lez y su acr¨ªtica aceptaci¨®n cerrada sin margen para el beneficio de inventario. Zapatero ha sido colocado ante un provocador dilema: o concede el indulto, cediendo al oscuro chantaje de Vera, o se enfrenta a la vieja guardia del PSOE, neg¨¢ndole la gracia solicitada.