Imagen sin principios
Se ha cerrado un congreso, el del Partido Popular de Andaluc¨ªa (PP-A), en el que m¨¢s que sobre las ideas se hab¨ªan abierto amplias expectativas en torno a los cambios en las personas que Javier Arenas establecer¨ªa en la nueva direcci¨®n regional. Desveladas las inc¨®gnitas, la decepci¨®n se ha apoderado de quienes esperaban un PP-A ampliamente renovado, al haberse aplicado al mismo las tesis continuistas y bloqueantes que han marcado la gesti¨®n org¨¢nica de Arenas en estos a?os de atr¨¢s. Me explico.
La direcci¨®n de un partido pol¨ªtico, el d¨ªa a d¨ªa, no recae, como todos supondr¨¢n, en el conjunto de los integrantes de su comit¨¦ ejecutivo. Son cuatro o cinco las personas que asumen la toma de decisiones y que marcan las pautas de la organizaci¨®n interna, encuadradas en el denominado como n¨²cleo duro o comit¨¦ de direcci¨®n. Dentro de ese n¨²cleo de direcci¨®n, en la estructura estatutaria del PP, son el presidente, el secretario regional, el vicesecretario de organizaci¨®n y el vicesecretario de pol¨ªtica municipal quienes se ocupan fundamentalmente de la din¨¢mica interna e institucional, al recaer en el portavoz del Parlamento andaluz la tarea en esa ¨¢rea.
En esta ocasi¨®n no se ha producido novedad alguna, como por otra parte ya se conoc¨ªa, en las figuras del presidente y secretario regional, ocupando la vicesecretaria de organizaci¨®n y electoral quien ha venido ocupando desde 1994 cargos de la entera confianza de Arenas, siempre muy cercanos a ¨¦l. Me refiero a Juan Jos¨¦ Matar¨ª.
En cuanto a la vicesecretar¨ªa de pol¨ªtica municipal, vuelve a ella quien tambi¨¦n la ocupaba en anteriores direcciones regionales, el onubense Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez.
Si a ello sumamos el que Javier Arenas llame nuevamente a Jos¨¦ Luis Sanz a cumplir el cometido de hombre-comod¨ªn, como ya hiciera en el pasado, al frente de una vicesecretaria de indudable contenido pol¨ªtico como es la de adjunto a la presidencia, cabe afirmar con total rotundidad que el PP-A nacido del 11 congreso no se ha renovado en las ideas, cosa evidente tras el escaso empe?o puesto en pr¨¢ctica para dar a conocer los cambios que pudieran inducir las ponencias debatidas, ni por supuesto lo ha hecho en las personas, al menos en aquellas que van a tener capacidad de decisi¨®n.
Vuelve por tanto Arenas a un esquema ya probado y agotado, que en lugar de integrar nuevos impulsos apuesta por agotar los que todav¨ªa pudieran existir, a¨²n a sabiendas del esfuerzo que representa el reto electoral que hay por delante.
En cuanto a la alcaldesa de Fuengirola, Esperanza O?a, su nombramiento ha representado simplemente el tributo a la cuota femenina, en una c¨²pula de direcci¨®n claramente masculinizada, ampar¨¢ndose para ello en unos innegables valores pol¨ªticos que poco cauce de expresi¨®n van a tener al margen de su alcald¨ªa y el esca?o parlamentario que ocupa.
El resto, vicepresidencias, vicesecretar¨ªas de ¨¢reas varias y secretarias de todo tipo, representan el pago a los compromisos personales y provinciales -llama la atenci¨®n el abandono a C¨®rdoba- que son obligados a fin de alimentar algunos egos pol¨ªticos y obtener los apoyos necesarios.
Cambios s¨ª parece que quiere aplicar Javier Arenas en los Consejos Asesores -ya los instituy¨® en 1994- introduciendo, como entonces, a independientes al frente de los mismos, si bien aquellos terminaron en la mayor¨ªa de los casos por cansarse y desertar tras la escasa receptividad que se brindaba a sus propuestas y trabajo.
Pero al inicio de este art¨ªculo hablaba, tambi¨¦n, de tesis bloqueantes.
Si en algo se ha sentido inseguro Arenas a lo largo de su carrera pol¨ªtica esto ha sido la posibilidad de que alguien, con mejores cualidades, le hiciera sombra.
Por este motivo han sido muchos los muertos pol¨ªticos que ha dejado en el camino, rompiendo con ello la premisa del buen dirigente y gestor que busca rodearse de los mejores a fin de hacer cada vez m¨¢s rentable social y pol¨ªticamente el proyecto que defiendan en com¨²n.
En este congreso el gran sacrificado ha sido Carlos Rojas, hasta hace poco alcalde de Motril, hombre en el que muchos confiaban como posible relevo de Arenas de cara a competir por la presidencia del Gobierno de la Junta.
Rojas se muestra como el pol¨ªtico cuajado, dentro de su juventud, con recursos dial¨¦cticos, con claridad de ideas y magn¨ªfica imagen p¨²blica, que podr¨ªa representar la verdadera alternativa al continuismo que Chaves representa y el propio Arenas sugiere.
Seguro que por ello se le ha relegado a un segundo nivel en la vicesecretar¨ªa para las relaciones con las ONG's, dejando pasar, una vez m¨¢s, la oportunidad para afrontar con las mayores garant¨ªas el asalto al Palacio de San Telmo.
Si democracia es cambio, como recog¨ªa el lema del congreso, mucho me temo que la ausencia de uno de los t¨¦rminos invalide al otro. Ese es el riesgo que se corre cuando se apuesta por la imagen sin tener claros los principios que deban sustentarla.
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