El Athletic se queda en nada
El equipo bilba¨ªno cae merecidamente ante el Besiktas de Del Bosque sin dar sensaci¨®n de peligro
Con el Athletic, en Europa, se puede llegar tarde al partido. Los atascos no son un problema para los aficionados rojiblancos, que pueden prescindir de al menos 30 minutos hasta que el equipo le coge el pulso al partido y empieza a parecerse a s¨ª mismo. Da igual que el contrario sea previsible, que el seguidor menos avezado sepa, por ejemplo, c¨®mo juega John Carew, el t¨ªpico delantero grandull¨®n ya avistado en el Valencia, o que Sergen, un medio punta veterano e internacional, es el t¨ªpico futbolista que juega con la punta del zapato. Eso y el lateral izquierdo Ibrahim es b¨¢sicamente el Besiktas. Pues bien, el Athletic, fiel a su bendita o maldita inocencia se tir¨® la primera mitad defendiendo a Carew como lo har¨ªa cualquier colegial, olvid¨¢ndose de Sergen y siendo incapaz de frenar a Ibrahim, es decir acumulando problemas e invitando al gol a un equipo sencillamente aseado con un patr¨®n de juego muy claro. A l segunda que Sergen y Carew ejecutaron su particular sociedad limitada, se encontraron con el en¨¦simo despiste de Karanka y la descolocaci¨®n del resto de sus compa?eros para que Gunes marcara a placer.
BESIKTAS 3 - ATHLETIC 1
Besiktas: Ramazan; Uzulmez, Emre, Atan, Toraman; Gunes, Yyldirim (Tayfun, m. 83), Okan, Juanfran; Sergen (Akim, m. 60) y Carew (Pancu, m. 90).
Athletic: Lafuente; Iraola, Luis Prieto, Karanka, Casas (Del Horno, m. 62); Orbaiz (Tiko, m. 70), Gurpegui; Etxeberria (Azkorra, m. 83), Yeste, Ezquerro; Urzaiz.
Goles: 1-0. M. 25. Carew cede a Gunes que marca a placer.1-1. M. 48. Ezquerro marca tras una jugada de Yeste. 2-1. M.62. Carew se anticipa a Lafuente para empujar con la puntera. 3-1. M. 88. Bal¨®n en profundidad a Akin que recorta a Lafuente y marca a puerta vac¨ªa.
?rbitro: F. Meyer (Alemania). Amonest¨® a Gunes.
Unos 20.000 espectadores en el estadio Inonu.
Era lo l¨®gico, m¨¢s que por m¨¦ritos del Besiktas -al que hab¨ªa que reconocerle el tes¨®n- por la desorganizaci¨®n del Athletic, fiel a su gui¨®n m¨¢s deshilachado, ese en el que es imposible conjugar tres pases seguidos, el que destroza el centro del campo y el que acaba clavando a los laterales en su campo, m¨¢s por temor que por consigna. Como si supiera que lo normal es empezar perdiendo, como si asumiera que la remontada siempre es bella.
Perdiendo y perdido en el campo, el Athletic reinvent¨® el partido tras el descanso, simplemente junt¨¢ndose con mayor criterio para evitar apuros o pasarlos juntos. Incluso en plena reorganizaci¨®n an¨ªmica y deportiva tuvo la fortuna de encontrar a Yeste, al que se le buscaba sin ning¨²n indicio, que habilit¨® el gol de Ezquerro, otro desaparecido en la ciudad. Un situaci¨®n ideal, de esas que hacen crecer a cualquier equipo que se ha visto demasiado tiempo con la soga al cuello. Empatar desde la inferioridad tiene siempre dos lecturas: la el est¨ªmulo o la de la complacencia. El Athletic pareci¨® optar por la segunda, es decir, entender que el gol era un golpe de fortuna con muy poco que ver con el partido. Y sigui¨® igual, es decir despistado en defensa, desubicado en el centro del campo e incapaz, por ello, de combinar dos pases, de imaginar una jugada, de hacer peligro.
Era un Athletic menor frente a un rival liviano pero, al menos, convencido y bien ordenado. La obsesi¨®n con Carew le result¨® rentable. Al noruego le buscan con devoci¨®n y el delantero no defrauda: protege, cabecea y, si le dejan, corre con esa potencia creciente de los atletas grandullones. Con esas armas le hizo firmar a Karanka su noche m¨¢s oscura. El central rojiblanco acab¨® temblando y fallando como un debutante. Tan a gusto estuvo Carew que incluso alcanz¨® a meter la puntera ante la indecisi¨®n de Lafuente. Para el Athletic ese gol era demasiado. El tanto de Carew borr¨® el leve trazo que quedaba del Athletic. Tan era as¨ª que Del Bosque sac¨® a su joven perla, Akin, para que hiciera sangre en el centro de la defensa del Athletic. Y la hizo a la primera. Por velocidad, astucia y la definici¨®n que le falt¨® dos minutos despu¨¦s para haber hecho el cuarto gol en una jugada calcada. El Athleic que, como siempre, empez¨® tarde el partido, se hab¨ªa marchado antes de tiempo, incapaz siquiera de al menos lavar su imagen. Europa parece que para el Athletic tendr¨¢ su centro neur¨¢lgico en San Mam¨¦s y no en sus desplazamientos.
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