Rechazado el plan de regionalizaci¨®n de Inglaterra

Los votantes de la regi¨®n noreste de Inglaterra, cuya capital es Newcastle, han dejado pr¨¢cticamente muertos antes de nacer los planes del Gobierno de dividir Inglaterra en ocho regiones con asambleas auton¨®micas, aunque de rango mucho menor que las autonom¨ªas de Escocia (que tiene Parlamento propio), Gales e Irlanda del Norte.

La regionalizaci¨®n de Inglaterra, un proyecto pol¨ªtico del viceprimer ministro, John Prescott, que ha sido siempre contemplado con gran escepticismo por el primer ministro, Tony Blair, puede quedar aparcado por mucho tiempo despu¨¦s de que el 78% de los votantes del noreste se pronunciaran contra el plan propuesto para esta regi¨®n a pesar de que la zona de Newcastle es, con mucho, la que m¨¢s ansias regionalistas parec¨ªa tener de toda Inglaterra. Este voto cuestiona la convocatoria de consultas en otras regiones inglesas.

Los analistas no acaban de ponerse de acuerdo sobre las razones del voto negativo. Mientras unos creen que se debe a que la oferta presentada por el Gobierno apenas a?ad¨ªa poder a los que ya tienen las autoridades locales, otros opinan que la oposici¨®n representa sobre todo un rechazo a la clase pol¨ªtica y a la creaci¨®n de una nueva estructura administrativa que inevitablemente acabar¨ªa creando m¨¢s burocracia.

Derrota abrumadora

M¨¢s all¨¢ de la negativa, relativamente esperada, ha sorprendido la contundencia del resultado: casi cuatro noes por cada s¨ª con una participaci¨®n apreciablemente alta, cercana al 50%, el nivel habitual de unas elecciones locales. La consulta popular se realiz¨® exclusivamente por correo, un sistema que se est¨¢ experimentando desde hace algunos a?os y que parece llevar a un sensible aumento de la participaci¨®n.

John Prescott, que llevaba un mes dedicado a hacer campa?a por el s¨ª, no pudo ocultar su decepci¨®n. "El pueblo ha contestado de manera clara. Soy un dem¨®crata y acepto el resultado. Ha sido una derrota abrumadora", declar¨® este veterano pol¨ªtico cuyo futuro puede verse afectado por un tropiezo personal que amenaza con afectar tambi¨¦n al Partido Laborista. Lo ¨²ltimo que necesitaba el laborismo era una derrota de estas proporciones en uno de sus feudos por un asunto relativamente menor a seis meses vista de las elecciones generales.